Wednesday, February 6, 2013

"Un mafioso y paramilitar “pura sangre” gobernó a Colombia durante 8 años"

-- : FARC-EP La Habana, Febrero 2 de 2013 Compatriotas de Nuestra América:
 No hace mucho un mafioso y paramilitar “pura sangre” ciñó
fraudulentamente la banda presidencial y gobernó a Colombia durante 8 años.
 Sus campañas políticas fueron financiadas por los jefes paramilitares con
dólares provenientes del narcotráfico, según lo confiesan sus antiguos
hermanos en el crimen, presos hoy en los Estados Unidos.   Es el
responsable directo del horror de esos crímenes de lesa humanidad que el
mundo conoció con la denominación triste de “falsos positivos”. Durante el
gobierno de Álvaro Uribe Vélez, su ministro de Defensa, Camilo Ospina,
emitió la Directiva 029 que desencadenó esa enloquecida campaña de la
muerte que segó la vida a miles de jóvenes inocentes que serían presentados
en los medios de comunicación, como “guerrilleros dados de baja en
combate”. El Fiscal general debe explicar al país por qué no ha abierto aún
los procesos judiciales contra las jerarquías, responsables de estos
crímenes.   Fue Álvaro Uribe Vélez, junto con su hermano Santiago, el motor
principal del grupo paramilitar “Los Doce Apóstoles” que bañó en sangre el
norte de Antioquia, y para borrar las huellas de su responsabilidad,
eliminó uno a uno a todos los testigos, menos a un oficial de policía que
lo denuncia desde su refugio argentino. Sugerimos leer el libro de la
escritora Colombiana Olga Behar, Los Doce Apóstoles, el cual abunda en
detalles.   Siendo gobernador de Antioquia emitió la orden operativa a los
paramilitares que perpetraron la masacre de El Aro. Cuando el jefe
paramilitar, Villalba, quien dirigió esa acción, mencionó a Uribe en el
proceso, le hizo cambiar la versión y “apremiándolo” con el beneficio de
casa por cárcel, lo mandó a matar en la puerta de su residencia.   Cuando
el cabecilla paramilitar Salvatore Mancuso en sus confesiones, prendió el
ventilador que salpicaba a industriales, generales, gobernantes y
políticos, 13 jefes paramilitares fueron extraditados a los Estados Unidos
por Uribe, no para hacer justicia, sino para silenciarlos. Terminó
traicionando a sus compañeros con los que diseñó el proyecto paramilitar
desde las sabanas del Urabá antioqueño y cordobés.   En el momento de la
reelección de su Fiscal de bolsillo, Mario Iguarán, envió a su ministro del
interior Sabas Pretel de la Vega a recoger dinero entre los paramilitares
para sobornar magistrados. Entre “Macaco” y otros cabecillas recogieron 5
millones de dólares para ese propósito, pero estos se esfumaron en las
manos de Sabas y Ramiro de la Espriella.   Realmente, los crímenes del
dictador guatemalteco, Ríos Montt, juzgado por estos días, palidecen frente
a la obra criminal del señor Álvaro Uribe Vélez, que ahora anda reagrupando
la extrema derecha, como recurso desesperado, para blindarse jurídicamente
a futuro.   Un personaje nefasto, que no pudo ganar la guerra asesinando a
tanta gente inocente y humilde de un país, no puede impedir hoy que en
Colombia se intente la solución política del conflicto. Las colombianas y
los colombianos todos, deben movilizarse para defender la mesa de diálogos
de la Habana y exigir al mismo tiempo el derecho constitucional que les
asiste para ser protagonistas principales de la paz con justicia social, en
democracia y soberanía.   DELEGACIÓN DE PAZ DE LAS FARC-EP    

 FUENTE *Samuel Barinas Varela*
Corfisocial

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