Wednesday, December 9, 2009

Paren la prensa que me voy a declarar “intelectual”

Paren la prensa que me voy a declarar “intelectual”
nchamah miller
www.insumisos.com

Estoy seriamente estudiando la posibilidad de declararme una intelectual, y por añadidura internacionalista. Creo que a nadie le debe escapar las ventajas que tal medida conlleva. Imaginaros: (1) al declararme intelectual no tengo que escribir con el rigor que se me exige en la academia y esto quiere decir que puedo (a) ser vaga, (b) escribir todo un ensayo sin dar citas de otros pensadores que ya hayan podido pronunciarse sobre el tema, (c) o citar a las personas porque son famosas aunque sus trabajos nada tengan que ver con el tema sobre el cual escribo, y (d) mas que todo rajarme a dar opiniones especialmente las que nadie me ha pedido.

¡Genial! Con esto me escapo de todo ese meollo de la disciplina que se requiere en la academia, la verdad es que me quitaría un peso increíble y podré escribir todo cuanto pensamiento se me venga a la cabeza. Esto me lleva al punto siguiente. (2) La verdad es que desde los tiempos de Aristóteles se distinguía entre la mera opinión dada, así a su libre albedrío, el pensamiento reflexivo, el raciocinio, la ciencia y la filosofía política. En realidad parece que en el juego político ahora se trata en dar opiniones sin ninguna base científica o filosófica. De resto parece ser que el proceso es buscar a que rama del poder me puedo acercar o trepar. Es mas, delicia de las delicias, así poder retar los programas y procesos vigentes de cualesquiera nación basándome en la superestimación de mis habilidades para dar al blanco de los problemas sociales, políticos y económicos sin estar directamente involucrada en el manejo diario de los mismos, como en el curubito del cielo.

¿Pero a qué todo esto? Pues, siguiendo esta mi brújula curandera de la opinión, todo me indica que lo que falta política y socialmente es una columna de intelectuales, algo como una quinta rueda. Esta gran rueda de pegante la pueden echar a andar los otros intelectuales que compartan mi metodología, y de esta forma hacernos sentir aunque sea como espina en el trasero, pero podemos aducir que contribuimos al proceso de cambio político, o talvez no, no importa, pero vaya opiniones que vamos a producir.

Además, puedo igualmente declararme internacionalista y evitar todo ese otro inconveniente de la responsabilidad hacia una comunidad específica, sea la cual fuese, evitando tener que lidiar con la cotidianidad, y tener que declararme comprometida a un algo y que escándalo tener disciplina!

Por supuesto, la desventaja es que si los otros intelectuales con los cuales me agrupe son tan o mas ineptos que yo, lo único que vamos a lograr es teñirnos con la misma tinta, y poco o nada vamos a adelantar con este círculo de convencidos y al final el desligarnos los unos de los otros costará un enorme capital político. Si esto puede suceder vale la pena preguntar si - ¿Se debe o no tener sigilo – las opiniones que queremos hacer pasar por críticas se deben hacer públicas? Si la respuesta es no entonces díganme: ¿ a quién le entrego el fruto de mi máxima sabiduría, tesoro de la humanidad, sin la cual no se rescata el mundo? ¿Qué hacían los intelectuales de antaño en América Latina? - se limitaban a escribir, sin insistir en automática publicación y nunca permitieron que de sus pensamientos se hiciese una Doxa. Hay otra posibilidad también. Ahora bien, si mi crítica no es superior en ningún respecto a aquella que se lanza cotidianamente por parte de las oligarquías y la prensa de la derecha tengo el problemita que se puede aducir que no hay distinción entre estas críticas y mis pronunciamientos intelectuales. ¿Será talvez que si las consecuencias son iguales, entonces se debe pensar antes de ir lanzando ilustres petardos por doquier? Obviamente no es cuestión de la libertad de expresión tampoco porque ahí aparece, mano a mano la crítica de la prensa burguesa y la de los nuovo intellettuali nuovo illuminati.


Vuelvo a mi pequeño y poco ilustre escritorio pues me queda contemplar que bien lo dijo Marx en su tesis de Feuerbach - la filosofía es para cambiar el mundo – y como ven, la opinión da espacio para joder.

nchamah miller,
Caracas 05 dic 2009

Friday, September 18, 2009

CON LOS POBRES DE LA TIERRA - Pablo Gonzalez Casanova - PATRIA Y HUMANIDAD

CON LOS POBRES DE LA TIERRA
PALABRAS DE CON MOTIVO DEL 25 ANIVERSARIO DEL DIARIO MEXICANO LA JORNADA.
PABLO GONZÁLEZ CASANOVA
14 SEPTIEMBRE 2009
SELECCIÓN DE TEXTOS
Se trata de una ocupación “integral” que los estrategas del Pentágono llaman también “dominación de espectro completo”. Abarca la ocupación de lo social, de lo político o gubernamental, de lo económico y administrativo, de lo cultural y mediático, de lo territorial y lo ecológico.
[...]
Privatizaciones y desnacionalizaciones de los bienes de la República (Re-pública)) y de la Nación, dieron lugar a una ocupación compartida por compañías extranjeras y mexicanas, y no sólo por empresarios, sino por funcionarios y líderes de la CTM y otros sindicatos oficiales, que forjaron desde entonces un estrecho lazo de poder, intereses y complicidades. Todos ellos vendieron, malbarataron y, también adquirieron, inmensas fortunas mal habidas con las que sellaron el pacto del complejo de poder hoy dominante en México, y que es parte de una red de dominación mundial, en esta región encabezada por Estados Unidos.
[...]
Por todas esas y otras razones el problema prioritario a vencer es el imperialismo compartido por las oligarquías criollas avasalladas, que ¡no conocen al pueblo mexicano! En las condiciones actuales, para los insumisos y la izquierda el recurso ineludible a forjar, desde las movilizaciones sociales o desde las luchas electorales, es la organización y articulación de pueblos y trabajadores, para una lucha pacífica, como el pueblo mexicano quiere, pero en la que su capacidad de defenderse aumente hasta triunfar. El triunfo se logrará si desde los colectivos hasta las vanguardias se impone una moral de lucha que fortalezca la dignidad y el coraje de los pueblos. Moral social y nacional frente a la corrupción del capital, moral de lucha frente a la intimidación del imperio. Sólo el fortalecimiento de la dignidad, de la voluntad y la lucidez en colectivos que no pretendan instrumentar a los demás permitirá defender los intereses de la nación y de los trabajadores. Respetuosos de las políticas en que los colectivos difieran, y a partir de sus distintas posiciones de lucha lograrán la unidad y la fuerza. Pero ésta sólo se preservará para consolidar el triunfo si los pobres de la tierra y quienes están con ellos se organizan en formas autónomas, como hermanos y compañeros a los que se respeta en su dignidad y en sus decisiones emancipadoras.
TEXTO COMPLETO
Dedico estas palabras a los jornaleros y a los periodistas, que con su entereza y a veces con su vida, han defendido y defienden a la Patria y a la Humanidad. Las dedico también al fundador de La Jornada, Carlos Payán Velver y a la directora Carmen Lira.
Anda la “izquierda” preguntándose dónde se encuentra. Dice que está buscándose porque así como va, está perdida. Su inquietud parece razonable. Tal vez debiera preguntarse qué entiende por izquierda si quiere precisar lo que está buscando. No necesita ir muy lejos: Marcuse y otros han definido la izquierda tradicional como integrada por aquéllos que toman partido, en la lucha de clases, por los trabajadores, y en la lucha contra el imperialismo, con los pobres de la tierra. En cuanto a la izquierda más reciente también hace suya, en un primer plano, la lucha por la libertad de expresión, incluidas las radios comunitarias; hace suya la lucha por la democracia, incluida aquélla en que gobierna el pueblo y no una oligarquía plutocrática. Asume la lucha por la mujer con todos sus derechos personales y públicos; por las juventudes y su futuro con universidades gratuitas, creadoras y abiertas; por la paz que no sea de sepultureros, por los pueblos oprimidos o discriminados, como los indios de México, para que no sean “excluidos” ni como pueblos ni como ciudadanos o comunidades, o dirigentes; por los derechos de los homosexuales, por los derechos de los niños y los ancianos.
Las luchas de la izquierda varían según situaciones concretas de dominación y de represión, de acumulación y explotación, de mediación e inmediación violenta. Algunas se dan en el mundo entero. Corresponden, en general, a proyectos por la emancipación humana en que participan los insumisos y rebeldes. Tenerlas presentes ayuda a saber dónde se halla la izquierda en los distintos países, incluido el nuestro.
Aquí sólo quiero apuntar cuatro problemas que en México se plantean a la izquierda: 1 ¿Cuál es la principal atadura o enajenación del país? 2 ¿Qué hechos o actos configuraron a la izquierda? , 3 ¿Qué hacer desde nuestra izquierda formal e informal?, y 4 ¿cómo organizarnos y articulamos desde nuestras distintas posiciones de lucha? Me referiré a la historia reciente como la mejor forma de conocer la historia emergente.
Ni la comprobación de las tesis que sostengo, ni la determinación precisa de los hechos que registro, ni las indicaciones puntuales sobre qué hacer y cómo hacerlo están a mi alcance y menos en el breve tiempo de que dispongo. Los hechos hablan, y nuestras experiencias futuras confirmarán o echarán abajo (y a la izquierda) este planteamiento. Aquí sólo pretendo desbrozar un cierto camino para encontrarnos y en el que la información e interpretación de los jornaleros será particularmente valiosa.

La principal atadura o enajenación del país es algo que apenas alcanzamos a ver en forma disgregada...La principal atadura del país es la ocupación de México. No me refiero a la ocupación como un hecho consumado, sino como un proceso actual y que el pueblo de México, como otros pueblos –incluido el de Estados Unidos--se encargarán de echar abajo. Se trata de una ocupación “integral” que los estrategas del Pentágono llaman también “dominación de espectro completo”. Abarca la ocupación de lo social, de lo político o gubernamental, de lo económico y administrativo, de lo cultural y mediático, de lo territorial y lo ecológico.
No se trata de una ocupación de México como la de l847, que Gilberto López y Rivas ha documentado cuidadosamente. Es la ocupación como privatización de todos los cimientos de la soberanía nacional. Combina la intervención “abierta” y “encubierta”, la “convencional” y “no convencional”, las de “efectos directos” y “efectos laterales”, “buscados” y “no buscados”; o supuestamente “no buscados”. Corresponde a un colonialismo o imperialismo postmoderno y financiero. Lo llaman globalización, y tiene redes de dominio en el interior y no sólo en el exterior de los países dominados.
La ocupación integral no se da de golpe. Se da lo largo de un imperceptible proceso en que el país va perdiendo más y más su capacidad soberana. Enuncio algunos hechos conforme me vienen a la memoria, o como aparecen en análisis anteriores. Ni siempre guardo un orden cronológico ni menos incluyo todos los datos significativos. Otros lo harán, o lo han hecho.
En las últimas décadas México asistió a un proceso cuyos enlaces sirven para atar cabitos.
Se trata de una ocupación “integral” que los estrategas del Pentágono llaman también “dominación de espectro completo”. Abarca la ocupación de lo social, de lo político o gubernamental, de lo económico y administrativo, de lo cultural y mediático, de lo territorial y lo ecológico.

Privatizaciones y desnacionalizaciones de los bienes de la República (Re-pública)) y de la Nación, dieron lugar a una ocupación compartida por compañías extranjeras y mexicanas, y no sólo por empresarios, sino por funcionarios y líderes de la CTM y otros sindicatos oficiales, que forjaron desde entonces un estrecho lazo de poder, intereses y complicidades. Todos ellos vendieron, malbarataron y, también adquirieron, inmensas fortunas mal habidas con las que sellaron el pacto del complejo de poder hoy dominante en México, y que es parte de una red de dominación mundial, en esta región encabezada por Estados Unidos. La ocupación fue bautizada con uno de esos eufemismos en boga: Se le llamó“desincorporación del sector paraestatal”: Como se advierte, la expresión no dice lo que sus beneficiarios no quieren que se diga, y que tampoco les importa si se dice en una especie de cinismo institucional hoy reinante.

Desde los años ochenta del siglo pasado fueron privatizados y desnacionalizados la industria siderúrgica y los bancos, la industria azucarera y sus ingenios, las 12 unidades de que disponíamos para la producción de fertilizantes, los teléfonos de México, los ferrocarriles, los aeropuertos y líneas aéreas, las supercarreteras, y más tarde, con los mismos y otros amaños la televisión y el control de los “medios”…y,.. el petróleo, que dejó de ser nuestro precisamente en el momento en que representa un valioso “bien no renovable”.
Toda esta etapa tuvo antecedentes. Al adelgazamiento del Estado y la engorda de los señores del mercado contribuyeron muchas represiones y alianzas que se habían tomado desde los tiempos de los mineros de“Cloete” y “Nueva Rosita”, y de las luchas también indomables de los ferrocarrileros. Desde entonces México fue cambiando y adquirió un nuevo sentido que entre tropiezos se consolidó hasta ahora.
Los ferrocarriles nacionales y sus servicios de pasajeros fueron desmantelados. Eran como el símbolo del México anterior. Dejó de oírse cada vez más el silbido de los trenes y el barullo de las estaciones. Los militares empezaron a ser entrenados para la llamada “guerra de contrainsurgencia”, otro eufemismo de lo que antes llamaban “guerra interna”. En nuestras repúblicas la “guerra interna” es, por cierto, la guerra del ejército nacional contra su propio pueblo. La Secretaría de Hacienda preparó y operó el detonador social con el “equilibrio presupuestal” que entonces, como ahora, tomaba como una “constante” el escaso o nulo ingreso fiscal con que contribuía la codiciosa, “evasora” y “subsidiada”clase patronal, y que no podía ser castigado. Por supuesto, eso ocurría cuando aún no retomaba la ofensiva en que exigiría mucho más y sería ampliamente satisfecha en sus deseos. En los años sesenta la Secretaría de Hacienda hizo… admirables recortes a los servicios médicos y a las universidades. Hoy los repite. Hacienda le echó leña al fuego y provocó la llamarada del movimiento médico y del estudiantil-popular. Éstos empezaron a expresar un inhabitual descontento de las clases medias y los marginados urbanos, hoy nuevamente anunciado.
Cuando en 1968 estalló el Movimiento estudiantil--popular, gobierno y ejército ya estaban preparados. Combinaron la represión y la cooptación, con la confusión y la falsa radicalización que legitimaran la violencia gubernamental. Esto último no lo lograron. Tlatelolco produjo un rencor inolvidable, aunque de él muchos jóvenes de entonces ya se hayan olvidado. En la sierra y los llanos proliferaron movimientos guerrilleros de campesinos y juventudes rebeldes que no veían otra salida para hacerse presentes. El gobierno estaba preparado. Aplicó las técnicas de la “guerra sucia”… A la confusión de la izquierda mundial añadió “juegos de revoluciones confusas y violentas” en los que “quien manda” es el jugador que mueve, tanto a los “para-militares” como a los “para-revolucionarios”, y con quienes arma un galimatías en que cualquier protesta o rebeldía parece como de locos.
Con simulaciones virtuales y reales. el poder dominante envolvió a la juventud en crueles y desorientadoras batallas. Con sus técnicas de “escenarios en vivo” quitó al movimiento estudiantil-popular el apoyo de buena parte de la población, intimidada y escéptica. Por su lado, a la izquierda, ayuna de ortodoxias y en plena confusión ideológica postmoderna, el Estado le dio la bienvenida. La legalizó con la esperanza de cooptarla y con la seguridad de enredarla más de lo que ya estaba. La mayoría de los sindicatos eran oficiales y los obreros de las grandes empresas en que operaban estaban controlados por los líderes y grupos de choque que se apoyaban en la fuerza pública. Las clases medias y los marginados urbanos parecían los únicos capaces de escapar a todo control o a buena parte del control. Al no contenerlos, el gobierno intentó replantear la política social y nacional. Dio un fuerte apoyo a Universidades y servicios de salud, y aplicó medidas calificadas de “populistas” por izquierdas y derechas. Para cubrir los gastos, juzgó “imprudente”, o”impolítico”, realizar una reforma fiscal que afectara a los “sectores de altos ingresos”. Decidió aceptar ofertas --en boga mundial-- de préstamos con bajísimos intereses, –variables a discreción del acreedor-- quien por el momento le tendía su “tabla de salvación”. Así, empezó a subir la pendiente del endeudamiento externo más grande en la historia del país. Tras la sucesión presidencial el nuevo presidente continuó encontrando la oposición de tirios y troyanos. Su enfrentamiento con los empresarios ensoberbecidos lo condujo a nacionalizar la banca para escarmentarlos. El contragolpe de las finanzas y el capital fue brutal.
Todo mostró que el PRI ya no podía gobernar. Tenía que hacer concesiones. Tenía que “ser flexible” en una elección presidencial que abriera las puertas al neoliberalismo. A poco de haber ocupado el Mandato, el presidente Miguel de La Madrid desnacionalizó la banca recientemente nacionalizada y también la que de tiempo atrás pertenecía a la República. El neoliberalismo oficial, todavía encubierto, empezó la liberalización total del crédito y de las finanzas, cerco y espada de las trasnacionales y el imperio. El estado mexicano, cada vez más empresarial y avasallado, disminuyó hasta punto cero la posibilidad de orientar la política nacional y social de créditos e inversiones. Fue el principio de una “política del mal menor” “de lo posible”, de “lo menos malo” que lleva a “lo más peor”. En el sexenio siguiente se dio un “golpe de Estado electoral”. Como metáfora y como realidad, “se cayó el sistema”. Carlos Salinas de Gortari – inició “en grande” la política neoliberal. La “ocupación compartida” por oligarquías de yanquis y nativos se concertaría en los pasos a dar. La “iniciativa privada-unida”, la nacional-y-la extranjera “enlazadas”, se regodearon de su inmenso triunfo. Pronto darían nuevos pasos cerrando filas. Así surgiría la primera reforma del Estado oligárquico-tecnocrático--avasallado que haría suyas todas las instituciones y costumbres autoritarias del Estado anterior y crearía otras, más funcionales a sus propósitos. En vez del partido del Estado forjaría los “partidos de Estado”, funcionales al Estado neoliberal de los países dependientes, e iría asociando, sometiendo, eliminando cualquier brote de izquierda capaz de alcanzar algún objetivo de corto o largo plazo por la vía pacífica… y también por la violenta. Los partidos de izquierda no sólo dejaron de hablar en concreto de las medidas a tomar para la defensa nacional, sino para mantener los derechos de los trabajadores y de los campesinos. No todos sus miembros se habían “doblado o vendido” pero todos percibían su escasa o nula fuerza, y en buena proporción se daban a luchar entre sí para ocupar puestos de “representación popular” que significaban jugosas regalías o satisfacían vanas esperanzas.
Así se construyó la fuerza que permitiría a las megaempresas ocupar todo, o casi todo, en México. La izquierda electoral, que venía del PRI y del antiguo Partido Comunista, encabezada durante dos sexenios por el hijo del General Cárdenas, no sólo sufrió la bien subvencionada y organizada “derrota” electoral de 1988 en que los expertos del PRI contaron con los apoyos empresariales del PAN y con todos los “medios” de enajenación, conculcación y cooptación. Como todos los partidos de izquierda del mundo, la izquierda de México vivió y colaboró –con respetables excepciones-- por su autodestrucción ideológica, política, social y moral. Buena parte de ella perdió hasta la dignidad, esa arma de valor excepcional contra la corrupción. Quienes se salvaron de la debacle fueron y son muchos y se encuentran abajo, en medio y arriba de la pirámide social. No sólo son respetables. Son potencialmente más fuertes hoy por su moral de acero y sus nervios de hierro. Pero no logran dominar en los partidos ni cumplir en los gobiernos; ni hacer que sus partidos obedezcan las decisiones mayoritarias de quienes los eligieron, ni impedir que el grueso de sus representantes vote con la derecha leyes y medidas contrarias a los intereses de la nación, contrarias a los trabajadores, a los campesinos, y en general a los marginados, discriminados y super-explotados.
La descomposición de la política en México resulta cada vez más visible desde la elección electrónica de Salinas. Desde entonces apareció una nueva categoría: “la clase política”, que apoyó –hasta por unanimidad- las grandes medidas neoliberales. Tal es la gloriosa victoria de la democracia de pocos para pocos y con pocos, y no de los mejores… Tal es nuestra derrota.
Muchas otras se han dado en estos años. Todas desangraron la Independencia de México. Se perdió la Autonomía del Banco de México y de la política monetaria. Ambas pasaron a depender –discretamente-- del Banco Mundial, controlado por Estados Unidos y por las grandes potencias financieras. El Estado Mexicano perdió la posibilidad de controlar la política de divisas para defender su capacidad de pago de la deuda externa en formas menos inequitativas, o para controlar las inflaciones de los insumos necesarios a la pequeña y mediana empresa, o para controlar las “crisis de casino” que a tantos países han arruinado. México perdió la posibilidad de definir las políticas de Ingresos, y también las de Egresos. Éstas fueron diseñadas, cada vez más, --sin que hasta hoy nos demos del todo cuenta--, por los expertos de Hacienda y del Fondo Monetario Internacional auxiliados por funcionarios locales… El país perdió toda posibilidad de contener el creciente pago del “tributo colonial” que representa la deuda externa en dólares, varias veces pagada e impagable. Perdió la posibilidad de impedir el deterioro de la planta industrial salvo en aquellos casos en que estaba integrada, asociada o sub-contratada por las empresas transnacionales. Perdió hasta la posibilidad de conservar la planta industrial de unidades bien conservadas, pues fue obligado a abandonarlas o a dejar que se destruyeran para que las megaempresas trasnacionales vendieran plantas nuevas que no hallaban mercado. El gobierno se vio obligado, o inclinado, a acordar “difericiones” y reducciones de pago de sus ingresos por impuestos, así como a acordar crecientes inversiones en infraestructura que, con cargo al erario público, aumentarían la eficiencia (es decir las ganancias) y disminuirían los costos de las megaempresas. El país entero perdió la capacidad de convertirse en uno de los principales productores de petróleo y derivados del mundo. El gobierno des-estructuró sus institutos de alta tecnología – como el Instituto Nacional del Petróleo que contaba con numerosos ingenieros de nivel mundial a los que privó de recursos y expulsó velada o abiertamente, mientras contrataba expertos y servicios de los monopolios petroleros. Con esas medidas, deliberadamente, asfixió a PEMEX. No conforme con eso, le hizo pagar tasas de impuestos ¡superiores al 50%.de sus ingresos! Desnacionalizó a PEMEX, y lo sigue denacionalizando, entre privatizaciones disfrazadas de contratos de servicios con los grandes monopolios petroleros, y entre cuantiosas y rentables corrupciones de los líderes obreros con sus grupos de choque. A las pérdidas anteriores añadió la pérdida de la autonomía alimentaria. Permitió, e incluso alentó, la importación de semillas transgénicas mientras echaba abajo los derechos agrarios que la Constitución había reconocido a los campesinos en los años que siguieron a la Revolución Mexicana y, sobre todo, durante el período del general Lázaro Cárdenas. La regulación de la emigración de los mejores jóvenes, útiles a los empresarios y sectores medios de Estados Unidos, fue fomentada y controlada por Estados Unidos. La negativa de visas sirvió dos propósitos: dejar en la ilegalidad a trabajadores que entraban sin visa y que estaban inhabilitados para reclamar derechos iguales por trabajos iguales-, y no dejar que pasaran la frontera más “ilegales” de los que su industria y servicios necesitaban. Así, el imperio construyó ese otro piso del infierno transnacional, donde el necesario sufrimiento, les sigue pareciendo a los “ilegales” menos malo que el padecido en los pueblos que abandonaron, donde desempleo, hambre, enfermedades amenazan aún más su vida y la de su familia si no los abandonan sucesiva o definitivamente para irse a ganar algo en el “Norte”.
La pérdida de la autonomía financiera, acompañada del cogobierno que en los hechos impuso el PRIAN --o unión del PRI y del PAN, resulta poco cuando se piensa que algunas de las medidas fundamentales de la privatización, la desnacionalización y la ocupación de la República Mexicana fueron también votadas por la inmensa mayoría de los diputados y senadores del PRD y de la izquierda institucional, hechos que no cabe recordar sólo por resentimiento sino para pensar bien y actuar mejor. En el terreno político, la debacle de la supuesta “transición democrática” empezó cuando el legislativo votó contra los derechos de los pueblos indios, es decir contra el único camino para alcanzar una democracia en un país donde todavía existen y se renuevan las luchas del colonizador y el colonizado.
La alianza de todos los partidos del México Criollo y Mestizo, incluso el que se dice de izquierda, privatizó además la televisión y los “medios”, armas poderosas de persuasión y educación por las imágenes, los sonidos, las palabras y las sinrazones. A poco los “medios” privatizados se voltearon contra sus generosos adversarios a los que hoy atacan con sonriente furor.
La pérdida del poder financiero y la sujeción implícita o explícita de todos los partidos políticos significó la muerte por asfixia de la educación en todos sus niveles. El “Poli”, “Chapingo”, la Normal, las normales rurales, la “UNAM” y más de treinta universidades públicas sufrieron –y están amenazadas de sufrir aún más-- recortes de presupuesto, mutilaciones de planes de estudio, acosos de grupos de choque, cercos de narco-menudeo, sindicalismo gangsteril, en muchos casos, encargado de enseñar con el ejemplo, que la corrupción y “la transa” son el mejor camino del éxito. Con tan nobles principios, se dieron los elementos para formar nuevas generaciones de mexicanos funcionalmente analfabetos, moral e intelectualmente débiles, muchos de ellos drogados, o autodestruidos en su ética y en su capacidad de comprender y de amar, víctimas de una nueva personalidad festejada por la Televisión en la que destacan los “consumidores babosos”, que se azoran de los bajos precios y la alta calidad de las mercancías mientras dan saltos de felicidad por las bondades del Mercado. El sistema escolar se diseñó como fábrica de ciudadanos que ignoren la historia universal y nacional y con maestros a quienes se prohíbe enseñar filosofía, término que etimológicamente significa amor a la verdad. Prohibido amar la verdad y la vida. Prohibido también conocer la verdadera historia del pueblo mexicano y de la Humanidad.
El neoliberalismo significó también el abandono de la política social y del desarrollo nacional. Generó una cultura del cinismo frente a las acusaciones de robos y peculados gigantescos; un “a mí me vale” frente a las críticas y las protestas fundadas, razonadas, incluso de altos funcionarios oficiales. Practicó la violencia en el uso de la razón, la violencia en la interpretación y aplicación del derecho; la violencia en la falta de respeto a las garantías individuales, en la fingida guerra contra la corrupción y en una supuesta guerra contra el narcotráfico que hizo sus principales víctimas entre civiles, niños, mujeres, jóvenes y viejos, sobre todo cuando eran pobres o medio pobres. Al mismo tiempo que la escenificación de la guerra sembró el “espanto” dejó fuera de foco a los verdaderos beneficiarios encargados del “lavado de dinero billonario” del narcotráfico. Estos siguieron cómodamente instalados en los “segundos pisos” de los grandes bancos y en sus sucursales en Islas Caimán, Luxemburgo, Suiza, hechos todos que no sólo han denunciado las fuerzas de oposición o las organizaciones de la sociedad civil, sino los propios servicios de información del gobierno de Estados Unidos, del Banco Mundial, del Fondo Monetario Internacional.
Al usar semejantes políticas, alentadas por las fuerzas de un imperialismo que se reserva el derecho de criticar y enjuiciar a sus aliados y subordinados, los gobernantes neoliberales de México, sentaron las bases de un “Estado Fallido” y también las de un “Estado Canalla”. La violación permanente del derecho por el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial, la violación del derecho positivo, del derecho natural, de los derechos humanos y las libertades democráticas, no se diga ya de los derechos sociales; la aplicación del derecho para legitimar las acciones delictuosas de los amigos y validos y para criminalizar la información y la críticaa través de los “medios”, se convierte en el estilo neoliberal de gobernar de una llamada “Democracia consociativa”, cuyos soberanos del Imperio mañana aplicarán “el garrote” a quienes hoy corrompen con “la zanahoria”, medida que tomarán en México como las han tomado en Irak, en Afganistán, y en muchos otros países, cuando sus socios avasallados y entrenados ya no le sirven para continuar la expansión de su poder y de sus mercados. Por lo pronto, el Imperio los prepara con base en los manuales de la política y la “guerra de baja intensidad”, que ahora se libra contra “el terrorismo”, “el narcotráfico”, o “el fundamentalismo”. Alienta a expertos en terrorismo (que a veces lo traicionan), deja hacer y deja pasar al narcotráfico (fuente de otros negocios), subsidia los cultos del cristianismo del miedo – de muertes y de fuego--, todo –entre otros fines--para aterrorizar a los pueblos y privarlos de valor cívico, de voluntad de lucha; de comunicaciones, de informaciones, de organizaciones. Incluso arma teatros de revolución limitada para que los gobiernos alebrestados “entren en razón”.

Un peligro manifiesto amenaza a México: la inmensa “muralla de la ignominia”, construida a altos costos a lo largo de más de cuatro mil kilómetros de Frontera política entre México y Estados Unidos. La “muralla de la ignominia” es el más claro signo de los malos augurios que “del otro lado” se hacen sobre el futuro de México. La “frontera amurallada significa, hasta dónde quieren llevar al país –y con él y Colombia- a América Latina, y cómo esperan reacciones sociales de gran violencia, y éxodos de inmensas multitudes de miserables que la Frontera ayudaría a detener, como en Palestina. Quienes la levantaron bien saben que todas las políticas que con sus asociados y subordinados están aplicando en América Latina, “van a verse obligados” –sigue “la carga del hombre blanco”--, tarde o temprano, a asumir el mando militar de la inmensa región tantas veces subyugada y depredada, en la que sustituirán a presidentes más y más desprestigiados por otros que representen una “verdadera transición a la democracia”, por supuesto al estilo de Irak o de Afganistán. Si aquí y allá están totalmente equivocados en su cruel y necio triunfo no por eso dejan de ser temibles en sus empresas intervensionistas. Si varios países de América del Sur han pasado a la ofensiva, no por eso van ellos a limitarse a la defensiva, y menos cuando cuentan con fuertes aliados y subordinados como México y Colombia, en los que pueden intervenir cada vez más y con más fuerza.
Para el Imperio, México da visos crecientes de ser un “Estado Fallido”, y todo indica que en la solución de sus problemas, el gobierno de México opta cada vez más por el uso de la violencia y la violación de los derechos humanos, lo que quiere decir que para pronto también caerá en la categoría que sus padrinos y jueces aplican: la de “Estados Canallas”. Semejantes “conclusiones” de “políticas” supuestamente “no buscadas”, confirman que el Imperio busca hacer de nosotros y de Nuestra América, su “Patio Trasero” y un puente más de la conquista del continente, y de la reconquista de Brasil, Venezuela, Bolivia, Cuba.
Por todas esas y otras razones el problema prioritario a vencer es el imperialismo compartido por las oligarquías criollas avasalladas, que ¡no conocen al pueblo mexicano! En las condiciones actuales, para los insumisos y la izquierda el recurso ineludible a forjar, desde las movilizaciones sociales o desde las luchas electorales, es la organización y articulación de pueblos y trabajadores, para una lucha pacífica, como el pueblo mexicano quiere, pero en la que su capacidad de defenderse aumente hasta triunfar. El triunfo se logrará si desde los colectivos hasta las vanguardias se impone una moral de lucha que fortalezca la dignidad y el coraje de los pueblos. Moral social y nacional frente a la corrupción del capital, moral de lucha frente a la intimidación del imperio. Sólo el fortalecimiento de la dignidad, de la voluntad y la lucidez en colectivos que no pretendan instrumentar a los demás permitirá defender los intereses de la nación y de los trabajadores. Respetuosos de las políticas en que los colectivos difieran, y a partir de sus distintas posiciones de lucha lograrán la unidad y la fuerza. Pero ésta sólo se preservará para consolidar el triunfo si los pobres de la tierra y quienes están con ellos se organizan en formas autónomas, como hermanos y compañeros a los que se respeta en su dignidad y en sus decisiones emancipadoras.
Si la izquierda quiere encontrar su camino tiene que respetar a los pobres de la tierra. Está obligada a adquirir un compromiso a la vez moral y político y comprobar que cumple en cada uno de sus pasos. No esa hora de recriminaciones, sino de convocatoria a una nación como la mexicana donde la inmensa mayoría de la población es de ciudadanos pobres. Es un llamado a respetar y apoyar otros movimientos emancipadores como el de Cuba, Venezuela, Ecuador, Brasil, Paraguay que tienen el camino abierto para profundizar y extender el poder de sus pueblos cada vez más organizados, educados, informados y creadores. Que el camino no esté asegurado nos induce a fortalecernos con los caminantes organizados en múltiples redes y crecientes vanguardias.
La lucha emancipadora entrañará una fuerza capaz de re-nacionalizar, capaz de des-privatizar a una nación y a una sociedad saqueadas y oprimidas por el más despiadado proceso de acumulación primitiva, de macro-robos legalizados e ilegítimos.
En la nueva historia participarán pueblos y trabajadores experimentados y entrenados en luchas anteriores por la Patria, la Paz y la Humanidad, por “El socialismo” que será el del siglo XXI e irá más allá del socialismo parlamentario y del socialismo burocrático.
En la nueva historia participarán los militares patriotas y democráticos que tantos precursores tienen en México desde Allende y Aldama, desde Juan de la Barrera y los jóvenes héroes de Chapultepec, desde el General Zaragoza, desde el general Angeles, desde el general Lázaro Cárdenas: todos irán más allá del nacionalismo revolucionario que se aburguesó y liquidó.
En la nueva historia participarán los cristianos que han vivido la “reconversión” y que irán más allá del paternalismo y de la caridad que no resuelven los problemas de los pobres, que antes humillan su dignidad y hasta los llevan a practicar una humildad enajenada.
En la nueva historia participarán los herederos de Hidalgo y de Bolívar, de Juárez y de Martí, de Flores Magón y de Zapata.
La lucha emancipadora entrañará un nuevo pacto social que vaya más allá del estado benefactor, populista, o burocrático-socialista, hacia una democracia en que las avanzadas recuperen, con el país, el proyecto de la emancipación humana.
En la creación histórica necesaria y posible será válido para todos, y no sólo para los nuevos zapatistas, el grito de “Libertad, Justicia, Democracia.”
Tejer en formas concretas la unidad de los pobres de la tierra y de quienes estén con ellos, y organizar redes de colectivos que incluyan a los excluidos y explotados, definirá nuestra posición en la creación de un mundo capaz de sobrevivir y de dar un paso inmenso en la lucha por la emancipación humana.
Es necesario comprender que pronto va a sonar el otro grito de la Independencia. Los pueblos y los trabajadores organizados, informados y conscientes, abrirán el camino de la victoria. ¡Viva México! ¡Viva la vida! ¡Viva la jornada que nos espera!

Thursday, September 17, 2009

Reto Constitucional a URIBE VELEZ

Estimad@s compañer@s,

Tanto Canadá, como los EE.UU. están a punto de firmar un Tratado de Libre Comercio con Colombia, al igual que la aprobación dada por el Ejecutivo, Presidente Colombiano, Álvaro Uribe Vélez, para permitir 7 bases militares en Colombia. Aun cuando se haya hablado separadamente de estos dos instrumentos, en efecto están íntimamente ligados. El primero siendo el pago de la soberanía entregada y que se rinde con el segundo.

Pido a la opinión internacional, jurisconsultos, académicos, intelectuales, activistas que se unan a un esfuerzo que iniciamos para hacer un reto judicial a nivel internacional basándonos en la inconstitucionalidad de la aprobación daba a las bases por el Presidente Uribe de Colombia de 1991.


A los Colombianos:
UNAMONOS en ejercicio de nuestros derechos de dicha constitución Arts. 112 y 241 iniciando un reto constitucional a Uribe Vélez en las cortes internacionales: por exceder el mando que le otorga la constitución tanto en relación con el estado de excepción y con la declaración de guerra hacia los países hermanos. Únicamente si Colombia está en estado de guerra el Ejecutivo tiene la autoridad temporal de permitir que desde el territorio Colombiano se amenacen a los países que hayan sido declarados enemigos.

A los compañeros extranjeros solidarios con los procesos bolivarianos por la paz:

La reciente declaración de UNASUR por los países miembros declara la presencia de estas bases como una amenaza de guerra al continente. Basados en los artículos 189, 212, 214 y 224 el Presidente Uribe no tiene la potestad de firmar el acuerdo de estas bases sin declarar guerra. Se ha implementado una indebida extensión por parte del Ejecutivo del estado de excepción contemplado en la constitución. Se ha usurpado el poder ya que la actual constitución me le otorga al Ejecutivo potestad para firmar el un acuerdo con un país extranjero estas bases.

Ayuden compañeros a llevar ante las cortes internacionales a Uribe Vélez por denigración y exceso indebido del poder del ejecutivo.

Firmado en Toronto, Canadá

nchamah miller - Colombiana en ejercicio de sus derechos

Saturday, September 12, 2009

CANADA'S APPOINTMENT WITH HISTORY

Sept 12, 2009
TO:
THE HON. MEMBER OF THE OPPOSITION - Michael Ignatieff
THE HON. CRITIC OF FOREIGN AFFAIRS - Bob Rae
THE HON. MEMBERS OF THE LIBERAL PARTY IN CAUCUS

FROM: Nchamah Miller, President of the National Council of Latin American and Caribbean Women in Canada

YOUR APPOINTMENT WITH HISTORY

The Liberal Party of Canada under the leadership of the late Hon. Pierre Elliott Trudeau made history, and preserved the image of Canada as a nation that put ethics before the pragmatics and imperatives of the geo-political strategies of the United States towards the Caribbean and Latin America nations. This occurred when during his time in power Trudeau refused to allow Canada’s Foreign Policy to be restricted by the actions of the United States in placing an economic embargo on Cuba. This ethical position of Canada and of Trudeau has gone into history as a moment in which human beings were placed before the geo-political interests of our neighbour to the South.

Today a very similar challenge confronts the leaders of the Liberal party. Hundreds of intellectuals and activists, residing within and outside Colombia, many due to self imposed exile, and even members of the National Assembly; have, over the years, and more so during this past year, continuously denounced the atrocities and human rights violations taking place during the current regime of the President Alvaro Uribe Velez of Colombia. Once, again the leader of the Liberal party will have to make choices upon which he writes the destiny of a downtrodden people. The U.S. has handed the Colombian government the enticement of a Free Trade Agreement in exchange for signing an agreement permitting the U.S. to operate EIGHT air bases out of Colombia. For his part the President of Colombia in order to qualify for the Free Trade Agreement has given an unsubstantiated statement that violence in Colombia has diminished during his presidency, supposedly these air bases are required as the mechanism that ensures peace in the region; but if the President is alleging that now there is no violence hence all systems are go on the Free Trade Agreement, then Colombians are left to wonder which of the two arguments is to be believed, if it is true that there is no longer an internal conflict and violence has diminished in which respect Colombia qualifies for the Free Trade Agreement, or, as a matter of fact, violence has increased as many Colombians can attest. But it certainly does not follow that EIGHT US airbases are the mechanism whereby peace will be brought to that land. Their prospect has, on the contrary intensified the tensions and spilled them throughout the continent: a case in point being the deliberations and concern of member nations of UNASUR last month in Argentina.
The mass killings of civilians, trade union leaders, originary peoples and aboriginals from every corner of Colombia, including the Amazon, persist to this day. There is now a further intensification of forced displacements due to violence and the atrocities have not diminished in Colombia, this has been amply documented by many Colombians, including myself. Canada is left with the ethical dilemma that if it does ratify the Free Trade Agreement with Colombia it is in effect condoning and siding with those who have taken part or turned a blind eye to these massacres. We see the prolongation of the devastation caused by the internal civil war, and the eight air bases are not the solution to this problem. In fact these Air Bases are a geopolitical provocation and a significant cause of the escalation of the geopolitical tensions in Latin America.
Canada is on the verge of ratifying a very controversial Free Trade Agreement despite all manner of evidence it has received from researchers from Colombia and many other countries. It is a fallacy to propose that the economic benefits of a Free Trade Agreement benefit Colombians: whatever benefits attain these certainly do not trickle down directly to the populace in general. Although such an agreement would ostensibly provide employment in a few sectors in reality these affect only a very small percentage of the work force. In terms of Canadian pragmatic decisions, the government of Canada should consider that Canadian Corporations would be best advised to avoid the moral morass entailed in condoning the politics of devastation of the current Colombian Government. If profits are the name of the game, indeed there are less poisoned regions where these corporations can benefit from their investments. Looking at Canada’s own back yard, for instance we see that certainly the state of the mining industry in Canada would lead a government to give priority to extractive industries within Canada given the ongoing economic crisis and how it has affected that sector.
Today, to operate in Colombia is fraught with ethical and moral considerations and while these may not be a priority for the corporations who have decided to continue doing business in Colombia they ought to be unequivocally a concern for the Government of Canada.
Therefore, Mr. Ignatieff and members of the Liberal caucus, today as leader of the opposition, or tomorrow as Prime Minister of Canada you are faced with the historic decision of whether you will cow tow to the imperatives of US military strategies, or if Canada will once again remain independent of these considerations and in so doing prove that Canada is ready to work for peace in Latin America, that it demands of all its trade partners at least a minimum moral standard and will not partake in any actions that bring death and misery to defenceless countless human beings, an example of which there are many in Colombia. Canada should at this time withdraw all free trade negotiations with Colombia and work with the current wide front that is looking to bring peace to the region and a Free Trade Agreement is not the conduit for that goal.

(signed) nchamah miller
President of the National Council of Latin American and Caribbean Women
(Latinas.canada@gmail.com)

Friday, August 7, 2009

EL RECICLAJE Y LOS CARRETEROS EN BOGOTA


"Si nos quitan el reciclaje, ¿qué nos ponemos a hacer?"


En artículo que a continuacion leeran relata una injusticia a ley armada que lleva a cabo el estado debajo de nuestras narices - lo que pasa es que se despertaron al hecho de que el reciclaje es uno de los negocios mas redondos en el mundo capitalista y ahora van a despojar a toda una comunidad de su sobrevivencia para luego formar corporaciones, o si lo logran mejor un monopolio, con capital de no se sabe donde pero si se sabe de quienes para apoderarse de las ganancias que les llegarán al tener todos los hilos atados.

NO SE PUEDE PERMITIR QUE ESTO SUCEDA el estado deberia subvencionar a los carreteros y ayudarles a formar una federación para ELLOS sin que tengan que eventualmente ser los emplados de la multi-criollo-nacional que logre el contrato del reciclaje

nchamah

* Crónica y reportaje FUENTE EL TURBION

Utilidad humana - Foto: Omar Vera
La pregunta de Mauricio Ardila, miembro de la Asociación de Carreteros de Bogotá, refleja la preocupación que tiene frente a su futuro inmediato: si, desde mediados de junio, recoger y transportar materiales reciclables se convierte en algo ilegal no podrá alimentar a su familia y enviar a sus hijos al colegio será más difícil. Él, al igual que más de 20.000 personas que viven de recoger, clasificar y transportar este tipo de residuos, se encuentra muy preocupado por la reglamentación que favorece a grandes empresas almacenistas, clasificadoras y transformadoras de materiales. A pesar de que, durante más de 40 años, los recicladores han ayudado diariamente a que retornen toneladas de materiales reciclables a la industria y le han ahorrado millones al Estado en recolección y clasificación –evitando de paso que nademos en basura–, la nueva ley dejaría sin empleo a miles de personas. Con esta medida, el gobierno, en lugar de proteger a una población vulnerable, que se rebusca la vida en la última forma legal de trabajo que le queda, termina reduciendo drásticamente la posibilidad de resolver sus necesidades básicas y privilegia de paso a otro sector de la sociedad, que cuenta de cuna con oportunidades y ventajas sobre el resto de la población. El reciclaje es una labor de la que viven miles de familias en Bogotá que, con la Ley 1259, quedarán sin el sustento que les daba un negocio que quieren acaparar las empresas privadas de aseo y grandes almacenistas, entre los que se encuentra la empresa Recursos Ecoeficiencia SA, de propiedad de los hijos del presidente. Aunque el sector mueve formalmente mueven $61.000 millones al año, estas empresas van por el dinero que se mueve en la parte informal y que le da sustento a quienes han recurrido a esta forma de vivir como última opción u oportunidad de trabajo legal, afectando también a pequeños almacenistas y transportadores de materiales que usan carros 'no convencionales'. En la actualidad, los recicladores consiguen sus ingresos dependiendo de la cantidad de material reciclable que puedan recoger y transportar. Sin embargo, los precios de los materiales no compensan el esfuerzo que se realiza al caminar durante horas para luego clasificar y vender en una bodega minorista, ya que responden al precio del material y no al trabajo desempeñado. Además, desde diciembre los precios de los materiales han bajado entre el 50% y el 80%, en algunos casos. Así, por ejemplo, el cartón pasó de $500 a $150 el kilogramo y el aluminio bajó de $5.000 a $1.500 el kilogramo. El cinismo abunda En Bogotá, a pesar de que la propia Administración Distrital reconozca que el reciclaje es un un oficio que emplea informalmente a miles de personas, que las condiciones sanitarias de Bogotá no empeoran gracias a la labor que realizan quienes se dedican a esta labor y que el relleno sanitario de Doña Juana tiene una mayor vida útil al no recibir las 900 toneladas de basura diarias que recogen diariamente, algunas empresas de aseo pretenden mostrar a la ciudadanía que el trabajo de estas personas es un problema estético y de 'convivencia ciudadana'. De esta manera, promueven mediante volantes la idea de que los recicladores riegan los desperdicios en las calles y que, por ello, la basura se debe sacar sólo cuando el carro recolector pase. El problema, no obstante, no es que quienes dependen de esta actividad se anticipen y esparzan los residuos, como quieren demostrar los beneficiarios de la nueva ley, ya que de los 20.000 recicladores que hay en la capital sólo 8.000 son indigentes y habitantes de calle. El asunto en cuestión es qué van a hacer miles de familias después de que su actividad de sustento sea ilegal y penalizada. Sin embargo, la indiferencia frente a la suerte de quienes rebuscan entre la basura una forma legal de vivir sobrepasa los verdaderos alcances e intenciones de esta ley nacional: la opinión pública no reconoce que las empresas privadas de aseo no han cumplido nunca con la labor de recoger toda la basura que se produce y reduce una labor informal, causada por la aguda crisis socio económica y política que vive el país, a la ilegalidad y la marginalidad. Los recicladores de la capital, por más de dos generaciones, han evitado que las condiciones sociales empeoren, aliviando a Bogotá de la ineficiencia de las empresas recolectoras de basura. Son, además, la base del negocio del reciclaje y, a pesar de la baja remuneración por conformar el sector informal del negocio, le han ahorrado a la industria billones de pesos. Sin embargo, antes de protegerlos y mejorar sus condiciones de vida, se les margina para captar los dineros que permiten que sobrevivan a la falta de oportunidades. El silencio sigue rondando este asunto, a pesar de que algunos periodistas y medios han expuesto el interés de Tomás y Jerónimo Uribe por acaparar el negocio. El gobierno, con esta medida, demuestra que no le interesa la situación social que viven amplias capas de la población. Al contrario, privilegia a la familia Uribe, que ahora le quita el trabajo a miles de recicladores. La medida sigue su curso y los pobres están destinados a ser más pobres, y más perseguidos. Mosquera: el Ubérrimo de Tomás y Jerónimo El negocio de Mosquera no se limita a la Zona Franca de Occidente y a la forma como se hicieron a las tierras los hijos del presidente: el gran negocio radica en las prerrogativas que obtienen estos polémicos empresarios para hacerse con el monopolio sobre el reciclaje en toda la sabana de Bogotá. Con la excención de impuestos que obtienen por ubicarse en la recién declarada zona franca, la empresa de los jóvenes Uribe podrá reciclar sin pagar impuestos y, con la ley nacional que convierte la basura en propiedad del Estado, los materiales llegarán a ellos sin que les cueste un peso gracias a las empresas de aseo. De hecho, antes de que la ley fuera efectiva, ya habían tomado medidas para acaparar el mercado, como visitar grandes empresas para pedirles que les enviaran los excedentes industriales, con la excusa de que las utilidades se repartirían en entidades sociales sin ánimo de lucro. Este periódico no pudo encontrar dichas organizaciones. Los hijos de Uribe afianzan, al igual que su padre y abuelo, un poderío económico a través de la exclusión de los más pobres, demostrando en su empresa de Mosquera lo aprendido. Mientras tanto, Mauricio Ardila, el reciclador, se pregunta: “con tanto capital que tienen, ¿qué necesidad tienen de quitarnos la comida a nosotros los pobres?”

Thursday, August 6, 2009

COLOMBIA AND THE YANKEE AIR BASES

FOR ONCE, FOR ONLY ONCE URIBE ON HIS WIRLWIND TOUR TO SOME COUNTRIES IN LATIN AMERICA IS GETTING CLOSE TO THE CRUX OF THE MATTER.
The first and primary target are the insurgent groups and since there is only one currently on campaigns, because the ELN is not, then this leaves the FARC. Some sections, not all of both groups have had intense rivalry, and for this reason there are no accords between them.
This call to arms by the ELN and a rapprochement with the FARC is surprising and more interesting than the content of its missive about attacks to Venezuela. Do not doubt that there will be intense bombing of the areas controlled by the insurgency, civil population notwithstanding.

In short the air bases are not aimed at Venezuela the state, as countless analysts from have suggested. Their presence has initially negotiated with Bush, what has changed is the speed and brazenness with which they have announced an increase in the number of bases originally agreed to.

Look the US could have invaded Cuba, if it chose to many years ago, but it did not. It would not seem even militarily expedient to attack Venezuela for what, militarily speaking of course? Venezuela still supplies the US with gold and both parties seem to be happy in this regard.

This said, OIL may be another key factor, as it was on the war on Irak. What is at stake is the protection of an intensification of the drilling and mining industries which happen to be on the Ecuadorean and Venezuelan border with Colombia. And these the US will fight for.

Another factor, strategically speaking the US had no land base for the flights of the aircraft of the fourth fleet which was launched into the Caribbean a year ago. So now the US has a land base and the necessary naval force in the Caribbean and there is no count on how many mercenaries are in Colombia.

I seem to recall that Venezuela closed its airspace to the US military quite a long time ago, but it still allows Colombian air force, following the usual protocols, to fly over its territory, however, what happens next in this regard, in the sense of an increase in flights will indicate whether in fact Venezuela believes that the bases, now fully operated by Colombian mercenaries have their sights on Venezuela.

nchamah

Wednesday, July 29, 2009

COLOMBIA VENEZUELA RELATIONS – THE NEW COLD WAR

nchamah miller


President Chavez, needed some prodding before he broke diplomatic relations with Colombia today: of course, he had serious considerations before doing so, given the substantial trade, mainly through the border with Cúcuta, Colombia and Zulia, Venezuela; and economic agreements between the two countries. The Colombian left had been despondent at seeing President Chavez turning a blind eye to all the signs which pointed to severe internal political contradictions caused by the over 1 million Colombians living in the vicinity of Caracas, many of whom have connections with paramilitary gangs, and who have given him no end of headaches. Because of this, Chavez was bound to stay a middle course.

The gloves are off now: as Colombia gets set to ratify a new strategic configuration and its treaty with the “Yanquis” for an extension of their military bases and manning of these bases in Colombia at Apiay, Malambo, Palanquero, Cartagena y Bahía de Málaga. President Chavez has interpreted this as a direct salvo shot at the borders with Colombia. He may not necessarily be correct in his view, because as I indicate in previous articles, Colombia is but the launching pad for the extension of the altered military strategy towards a continent which veers to the left. Certainly, of equal concern, are the air bases currently in Paraguay and t Brazil and the deployment into the waters of the Caribbean, precisely on year ago of the fourth naval US fleet after years of stand-by.


But what President Chavez’s action brings is clarity, and an end to the pussyfooting , which caused Colombians of the left much chagrin. When I speak of clarity I do not mean that now a polarization is clear and when I say chagrin it was the ambiguity inherent in President Chavez position. To begin, Uribe of Colombia, never was a friend of Venezuela, and by President Chavez pretending that he was an economic ally, brought great consternation and confusion, since in effect this allowed Uribe to parade himself all through Latin America as a Bolivarian ally against US colonialism. Now, we see all he was trying to achieve was some sort of consensus that there would be no reaction to the imminent military bases in Colombia. Also, President Chavez, in fact had nothing to lose by breaking ties with Colombia on March 1, 2007 after Colombia’s invasion of Ecuador. But at that time President Chavez has still confident that somehow Uribe could be brought under the Bolivarian mantle and tow; although, we Colombians kept writing and cautioning against this position by the Bolivarian Government of Venezuela.

What will the repercussion be to President Chavez’ firm sleight of hand? After Honduras, nobody can remain under the illusion that the “Yanqui” government continues with its practices of low density warfare which includes a coup d’état here and there to install obeisant governments, such as Colombia, and from there fill the country with their military hardware.

Surely, the operation of lilly-pads and US marine boats in the rivers of Colombia cannot come as a surprise to Chavez, let´s face it if nchamah miller knows about them surely Cuban and Venezuelan intelligence would have them in their sights. So,
Chavez, is maturing as a politician and taking a very opportune moment to position Venezuela’s military strategic forces, because the presence of the military complex in Colombia is not news. Today with these events, politically, this will cause the left in the continent to recognize that there is an escalation of tensions, which Colombians, such as myself , have been warning about for the last 5 years. As far as US relations go, with Hilary Clinton as the Secretary of State, we only see a prolongation of her husband’s foreign policies, and despite the fraternal handshake between President Obama and Chavez in March in Trinidad, the US continues its paternalistic disdain of President Chavez. One has to believe that President Chavez he has a few more surprises in store, and seems to be moving towards an alliance with the BRIC – Brazil (still to be considered a maverick) , Russia, India and China all of which can provide him, and have, with military hardware.

Tuesday, July 28, 2009

EL CUENTO VIEJO DE LAS NUEVAS BASES MILITARES ESTADOUNIDENSES EN COLOMBIA

EL CUENTO VIEJO DE LAS NUEVAS BASES MILITARES ESTADOUNIDENSES EN COLOMBIA
por Juan Alberto Sánches Marín
Las nuevas instalaciones, según lo reveló la revista Cambio, cercana al narcogobierno, son las cinco principales bases de la Fuerza Aérea y la Armada en el país.

Apiay, Malambo, Palanquero, Cartagena y Bahía de Málaga. Las bases formarían parte de la nueva “arquitectura del teatro”, como ha llamado el Comando Sur a la extensa red de facilidades y funciones militares en América Latina y el Caribe.

Dice la Wikipedia, enciclopedia libre de la red, que le dio en la cabeza a un Artrópodo como Microsoft y le sacó de circulación su Encarta, que “una base militar es una instalación que es propiedad directa y operada por y/o para el ejército o una de sus ramas. En su mayoría acogen material y personal militar, así como instalaciones para entrenamiento y operaciones”.

Dice el gobierno colombiano, que ni es libre ni mucho menos tiene apuntes enciclopédicos, sobre las bases militares gringas, que de labios para afuera se instalarán pronto en el país y que corazón adentro ya están operando hace años y a sus anchas, dice que estas serán más bien centros de intercambio, formación, cooperación, en fin, cosas amables y beneficiosas que lo extraño es que no hayan sido reconocidas antes y que un gobierno abiertamente sagaz haya tardado dos mandatos para acogerlas en su seno.

Pero la realidad, ay, es otra y bien distinta. Si a la enciclopedia no se le puede creer todo, ni siquiera mucho, a la verborrea subrepticia y culebrera del gobierno hay que creerle menos, o, mejor aún, nada. Por supuesto, la Wikipedia está en lo cierto. Y, también por supuesto, el gobierno no está errado ni es engañado: sólo nos mete los dedos a la boca.

Palabras, palabras

William Brownfield, el embajador de los Estados Unidos, un tejano de pura cepa, que exuda por cada poro la misma patética moral de su anterior jefe, George, a la que se afilia a pasos agigantados el actual, Barak, porque nunca ha tenido otra, dijo hace pocos meses que "Colombia y Estados Unidos estamos colaborando en los esfuerzos contra la droga ilícita, en los esfuerzos contra la delincuencia internacional”. Y, claro, “parte de esa colaboración, sin duda ninguna, requiere acceso a instalaciones entre los dos países y requiere un ajuste".

Ya quisiera yo ver, en medio de tanta reciprocidad, a algún militar colombiano en territorio estadounidense, abriendo la boca para algo más que bostezar. Así fuera en cualquier cenáculo de cortapalos y así fuera para pedir que lo manden de sapo al frente afgano o al iraquí, o a los altos del Golám, “a morir por mis amigos”.

Ahora Brownfield, el pequeño guerrero, egresado del National War College (NWC), una especie de lobanillo en la National Defense University, quien de paso también fue asesor político, entre 1989 y 1990, del Comandante en Jefe del U.S. Southern Command, Comando Sur, en Panamá, insiste en que las bases en Colombia no serán bases, y en todo caso y si por algún azar lo fueran tampoco serán como la Eloy Alfaro de Manta. Así que parece que el desmantelamiento de la base aérea ecuatoriana en los mismos días en los que se anuncia que lo que sea que se monte “para entrenamiento y operaciones” en el país, es mera coincidencia.

Y sostiene el embajador, con un acento de western y un tartamudeo calculados, que lo hacen parecer cándido cuando en verdad es insolente a más no poder, que se trata de una colaboración en la que a los Estados Unidos no sólo van a servirles las bases aéreas, sino también las navales. Que todas les son necesarias a su país para tanquear [repostar] aviones y barcos, helicópteros y lanchas, en fin.

La misma pavada que ya canturreaba hace meses nuestro actual ministro de Defensa encargado, Freddy Padilla, cuando afirmaba que “una de las funciones que podría asumir Colombia, tras la salida de Estados Unidos de Manta, podría consistir en prestar instalaciones militares para que los aviones americanos se puedan reabastecer y recibir mantenimiento técnico, para evitar que tengan que viajar hasta su país y recibir la misma ayuda que se le puede brindar en Colombia”.

La única diferencia es que nuestro general hablaba de los hechos como dudosos, posibles, quizás deseables, es decir, con los verbos en un modo subjuntivo y en un tiempo digamos que imperfecto, en tanto que el embajador, dando la cara con la impunidad que le otorga ser quien es, en emisión de noticias de televisión del 18 de julio de 2009, lo refería como un hecho no sólo cotidiano, ya en ejercicio, sino como una práctica vieja, sin importancia de lo acostumbrada, o sea, soltando revelaciones en un pretérito perfecto simple del indicativo.

Un tris de memoria

Es una vieja historia la de las bases militares. Los romanos dejaban legiones enteras en las distintas rutas de sus avanzadas coloniales. Esas bases eran la manera obvia de garantizar la sujeción de los territorios conquistados y ocupados. Muy al oriente, unos siglos despúes, Gengis Khan hizo lo mismo, para hacer posible la cohesión de las miles de tribus que conformaban la colcha de retazos de su imperio. Y España, en su momento, cuando la conquista, atiborró de bases la geografía del Nuevo Mundo. Los hijos de Cristóbal Colón, Diego y Fernando, fueron expertos en el tema. Asesores perfectos aún sin Pentágono. Y España las mantuvo y reforzó durante la colonia, no solo para cuidar las entrañas, sino para defenderse de las bases móviles inglesas y francesas, pioneros como se sabe en las ardides usurpadoras de nuestros tiempos. Las bases militares son algo consustancial a los afanes imperiales. Ellas permiten mantener bajo control a los pueblos sometidos, sofocar voces y fuegos contrariados, mantener a buen recaudo las riquezas conquistadas, y actuar pronto y a discreción contra cualquier ruido en el sistema.

Estados Unidos, el imperio que en desventura nos tocó, ha echado mano de la estratagema desde que es imperio. No le han bastado las incesantes invasiones. En realidad, esas son sólo la fase inicial del cuento. La invasión, el acuerdo, la concesión, por la guerra o por la paz, por presiones, chantaje o voluntad interesada y entreguista de las elites ungidas con el poder local, abren la puerta. Las bases garantizan al gringo adentro.

El Canal de Panamá, desde su inauguración, hasta la entrada en vigencia de los tratados Torrijos – Carter, fue una base militar con canal. Después de eso, no se sabe a ciencia cierta lo que es, pero sí claramente que Panamá érase que se es un pequeño país a un canal pegado. Y la plataforma ahí, más trancada, menos visible, por la que vuelan y revuelan los mismos de antes, aunque ahora el cuartel central del Comando atienda en Miami.

Los Estados Unidos convalidaron internacionalmente el régimen franquista, que tantos devaneos tuvo con la Alemania nazi y la Italia fascista, a punta de bases militares, por la gracia de un tratado oscuro y oculto que todavía no se devela por entero y que facultaba a los Estados Unidos para operarlas con total impunidad. Una aquiescencia costosa, que el país ibérico, ya sin Paco y más de cincuenta años después, sigue pagando por cuotas y a punta de bases estadounidenses autónomas, en un país al que tanto le seducen las autonomías.

Pero no se trata sólo de España. Toda Europa fue minada de bases militares por los Estados Unidos y la OTAN, desde la guerra fría, con el pretexto de hacerle frente a una supuesta e inminente agresión de la Unión Soviética, la cual, claro está, nunca llegó, pero que dejó un cinturón de bases de norte a sur y de este a oeste, la mayor parte de las cuales continúa operativa.

Ratones cuidando el queso

América Latina, desde el punto de vista geopolítico, significa para los Estados Unidos exactamente el papel que sus gobiernos le han endilgado con desprecio, desde Harry Truman para acá: el de patio trasero, en el que están los recursos, las reservas, la despensa.

Las bases estadounidenses, también por esas casualidades que ya notamos, rodean la Amazonía, pacen junto al Acuífero Guaraní, florecen en las rutas comerciales más importantes, engordan en los lugares estratégicos y acechan como águilas a los gobiernos que no son amigos, que les producen malestar o que causan inestabilidad para sus propósitos, que son todos los de la región, con excepción de Felipe Calderón, en México, Alan García, en Perú, y, quién lo duda, Álvaro Uribe, en Colombia, y no más de 2 o 3 lacayos vergonzantes, en un mapa que suma 36 países.

Algunas de estas bases no tienen límites al número del personal de los Estados Unidos en ellas; le ofrecen acceso a puertos, espacio aéreo e instalaciones de los gobiernos no especificadas consideradas pertinentes; siempre buscan enraizarse, apropiarse, perpetuarse y expandirse en los lugares en los que se instalan; no son transparentes ni están sujetas a fiscalización, y muchas no son cobijadas por las leyes del país en el que están, ni siquiera por las de los propios Estados Unidos o por las leyes internacionales. Todas son un atentado flagrante a la soberanía del país anfitrión, burlando constituciones y llevando a cabo toda clase de funciones soterradas, a parte de las netamente militares, en los terrenos ideológicos, políticos y económicos.

Las gracias de una desgracia

En Colombia, las bases militares estadounidenses siempre han cumplido una función clara, que muy poco tiene que ver con la tergiversación oficial de su cometido, relacionada con pretextos que desmontan las propias cifras de una ojeada. El combate al narcotráfico es una falacia de la que da cuenta cada informe de Naciones Unidas. El antiguo Plan Colombia, luego Plan Patriota, ahora modelo de la Iniciativa Mérida que se implementa en México, es digno de capítulo aparte. Los mentados logros al respecto devienen de unas magnitudes que se volvieron directamente proporcionales: a mayor inversión, aumento de las fumigaciones con glifosato e incremento de la guerra, el desplazamiento y la persecución, pues más tierras cultivadas con coca y amapola, más “mulas” portando droga en los vientres y más narices enyesadas en las calles de los propios Estados Unidos y Europa.

La militarización constituye el armazón primario sobre el que se monta el proceso de colonización de los Estados Unidos en la región, que se complementa con el andamiaje económico.

Las bases de Tres Esquinas y Larandia, en el departamento de Caquetá, y de Villavicencio, en el departamento del Meta, que operan con la presencia de aviones y la inteligencia técnica del Pentágono, llevan tiempo apoyando el combate a los grupos subversivos, vigilando las fronteras y soltando en las calles gringos mestizados de afán, consumidores de whiskey, coca y putas silvestres.

Las nuevas instalaciones, según lo reveló la revista colombiana Cambio, son las cinco principales bases de la Fuerza Aérea y la Armada en el país: Apiay, Malambo, Palanquero, Cartagena y Bahía de Málaga. Estas bases harían parte, abiertamente, de la nueva “arquitectura del teatro”, como llama el Comando Sur a la extensa red de facilidades y funciones militares en América Latina y el Caribe, y, de seguro, estos engendros se parecerán más al ambiguo nombre inventado hace unos años por el mismo Comando, las llamadas “localidades de seguridad cooperativa”, CSL (por sus siglas en inglés). Un mecanismo más acorde con los tiempos y los designios actuales, más ágiles, expansivos y peligrosos, de fiera espantada a punta de palos y de los procesos liberadores del vecindario.

Colombia, pues, es el lugar perfecto, geopolíticamente estratégico, con dos mares, cinco fronteras y un presidente vil y servil, un simple mozalbete de espuelas, que los propios gringos ni siquiera tienen que arriar, sino atajarlo. Como cuando pidió a los Estados Unidos, durante la reunión de Davos de enero de 2003, la invasión de la zona del Amazonas, para rematar la lucha contra la guerrilla, y que llegó a impulsar la idea de una "fuerza de paz americana", para que interviniera militarmente en Colombia. Un aliado al que se tiene por el mango.

Un gobierno que se salta las talanqueras legales internas, a espaldas de una Comisión Asesora ornamental, un Congreso propicio, aunque con voces lúcidas e incómodas, unos medios de comunicación que hacen de parlantes de sus frases y comunicados, aunque también con algunas voces claras y chocantes, y un país entero, según sus propias encuestas, inconsecuente y obsecuente.

Un presidente, eso sí, definido y decisivo, que reclamará como un acto más de soberanía la presencia en el país de los estadounidenses, sus radares, sus buques, sus aviones y portaviones, por cuanto nos facilitará pelarle los dientes al vecino que sea. Y que reivindicará el acto a través de algún raciocinio para enmarcar: “En las bases de los Estados Unidos instaladas en nuestro territorio, obligamos a los estadounidenses a hacer lo que les venga en gana, dentro o todo el país alrededor de ellas, y nos damos el lujo de ignorar lo que hacen, y, de saberlo, nos permitimos la gracia de que no nos importe.” Queridos compatriotas, ¿qué más queréis?.
Fuente: Panorama Mundial
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"ÁLVARO URIBE HA GENERADO UNA POLÍTICA DE TERROR EN COLOMBIA”.
por Fernando Arellano Ortiz
El Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, habla sobre situación de derechos humanos en el país andino

“En Colombia, donde se ejerce el terrorismo de Estado por parte del gobierno de Álvaro Uribe Vélez no hay democracia”. La frase contundente es del activista argentino de derechos humanos y Premio Nobel de Paz 1980, Adolfo Pérez Esquivel, quien en diálogo con CRONICÓN, fue enfático en señalar que dicho gobierno “es responsable de crímenes de lesa humanidad”.

En la sede de su Fundación Servicio Paz y Justicia (SERPAJ), localizado en el añejo sector de San Telmo de Buenos Aires, nos recibe con mucha afabilidad este incansable defensor por las causas humanitarias y la democracia en América Latina, la cual ve amenazada por los acontecimientos de los últimos meses.

Con relación al golpe de estado en Honduras, Pérez Esquivel observa que hay que tener muy presente el hecho de que “en el continente hay remanentes de fuerzas armadas golpistas, impregnadas de la Doctrina de Seguridad Nacional y con añoranza de las dictaduras que, en lugar de estar al servicio del pueblo, se han transformado en tropas de ocupación de sus propios pueblos, violando los derechos democráticos y los derechos humanos”.

Son estos sectores antidemocráticos, agrega, los que “pretenden imponer conflictos y guerras de baja intensidad en la región para defender sus intereses y evitar la soberanía y autodeterminación de los pueblos”. Y advierte a renglón seguido que en Latinoamérica “los grupos de poder económico, eclesiástico y político que no quieren cambio alguno y están dispuestos a imponer nuevamente gobiernos dictatoriales en los países que intenten cambios estructurales y la conquista de la soberanía y autodeterminación de los pueblos”.

La memoria es el caminar de los pueblos

El análisis sobre la crisis humanitaria que vive Colombia fue el tema recurrente de esta entrevista con Pérez Esquivel, quien se refirió a tópicos como la memoria histórica, los procesos de reparación a las víctimas de los crímenes de Estado, las violación sistemática de los derechos humanos por parte del gobierno de Uribe Vélez y el contaste, que frente a todo ello, significa el esfuerzo que desde la administración de Bogotá hace el alcalde Samuel Moreno Rojas para consolidar una política pública de Seguridad Ciudadana, cuyo énfasis es el desarrollo humano para garantizar los derechos fundamentales.

- Uno de los aspectos esenciales en la reparación de víctimas por violación de derechos humanos es la recuperación de la memoria histórica. ¿En América Latina estamos en posibilidad de desarrollar en aquellos países víctimas de violación de derechos fundamentales procesos que nos permitan encontrar la verdad?

- Sí, venimos trabajando en distintos países procesos de recuperación de memoria histórica, como es el caso concreto de Argentina por todo lo que representa en sus distintos aspectos. Nosotros este proceso lo llevamos a la opinión pública a través de universidades, escuelas, centros culturales, porque la memoria no puede estar restringida a un sector, dado que ella con sus luces y sombras constituye el caminar de los pueblos. Hay que tener en cuenta que la memoria histórica no es para quedarnos en el pasado sino para iluminar el presente, porque es a través del presente que podemos generar y construir mejores condiciones de vida, lograr el fortalecimiento democrático, la vigencia de los derechos humanos, que mejora la vida de un pueblo en su integridad, y esto es fundamental. Pongo un ejemplo: nosotros en la Argentina venimos haciendo un trabajo de memoria con la Fuerzas Armadas que fueron las más du ras en cuanto a la dictadura y la represión en el cono sur de América Latina, no obstante que las nuevas generaciones de oficiales no tienen nada que ver con esas Fuerzas Militares, sí tienen que asumir la responsabilidad institucional.

- ¿Cuál es el enfoque de ese trabajo?

- Trabajamos el tema de la memoria con los altos mandos de las Fuerzas Armadas, fundamentalmente yo vengo desarrollando una labor con la Marina y la Policía Federal en el sentido de comprender cuál es el rol de las Fuerzas Militares en la construcción democrática, y pienso que no puede haber un proyecto de país si estas instituciones están ausentes, pero tienen que estar presentes con una mentalidad al servicio del pueblo y no lo que fueron y lo que son en las dictaduras como tropas de ocupación de sus propios pueblos.

- ¿Y en cuanto a reparación de víctimas que nos puede decir, teniendo en cuenta que en Colombia estamos en ese sentido en un proceso muy prematuro?

- Primero, la reparación parte del derecho de verdad y de justicia, después puede venir la reparación social e institucional, porque muchas veces cuando se alude a este tema se habla de una reparación económica pero nunca ésta resuelve el problema de vida de las víctimas. Este problema se ha resuelto de distintas formas dependiendo de los países. En Argentina hay un trabajo que se viene realizando de búsqueda de verdad y justicia, la sanción, juicio y castigo a los responsables de crímenes de lesa humanidad y también la compensación que el Estado como tal tiene que hacer a las víctimas, muchas de las cuales quedaron en la total indigencia.

Uribe, cómplice de los paramilitares

- Ustedes en Argentina lograron consolidar organizaciones que han sido definitivas en defensa de los Derechos Humanos. En Colombia apenas se están dando pasos en ese sentido y es destacable la labor que viene realizando la senadora liberal Piedad Córdoba con la concreción de un colectivo denominado Colombianas y Colombianos por la Paz. ¿Cómo ve usted este proceso organizativo?

- La senadora Piedad Córdoba es una luchadora, es una mujer que viene trabajando por la toma de conciencia del pueblo colombiano, por el derecho de verdad y de justicia; ha estado en esta misma Fundación, hemos conversado largamente; me parece que es una figura emblemática no sólo para Colombia sino para América Latina. Es una gran labor la que está haciendo no solo por encontrar la paz para su pueblo sino por lograr la liberación de las personas que están en manos de las Farc. Pero también por la denuncia que hace del gobierno de Uribe que viola sistemáticamente los derechos humanos. Yo como presidente del Tribunal Permanente de los Pueblos y mis compañeros pudimos comprobar esto. Es evidente el hecho de la responsabilidad del Estado y del gobierno de Uribe apoyando a los paramilitares y a los parapoliciales, generando una política de terror, lo cual lógicamente daña la democrac ia en Colombia y es un pésimo precedente para América Latina.

- ¿Usted considera que en las actuales circunstancias hay democracia en Colombia?

- No, en Colombia no hay democracia.

- ¿Por qué lo dice?

- Democracia significa derecho e igualdad para todos. Democracia no es poner un voto en una urna que muchas veces es un proceso manipulado. Democracia es el derecho a la libertad de cada una de las personas que no existe en Colombia porque cuando un Estado ejerce el terrorismo no puede haber democracia. Y el Estado colombiano es terrorista y por lo tanto no hay democracia. De qué estamos hablando: poner el voto en una urna no garantiza la democracia. Lo que la garantiza es el respeto a la Constitución y las leyes, su cabal aplicación y el respeto al pueblo, y eso no existe en Colombia.

La seguridad pasa por políticas sociales

- Usted hizo parte recientemente de una comisión internacional que trabajó el tema de la seguridad tanto nacional como ciudadana. ¿Cuál es su visión al respecto?

- Sí, yo trabajé este tema con la Comisión de Paz a nivel latinoamericano que fue presidido por el actual director general de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Juan Somavía. En esta Comisión abordamos los temas de seguridad ciudadana, seguridad interior, seguridad nacional y regional y el resultado de este estudio lo entregamos tanto a la OEA como a Naciones Unidas. Primero hay que definir en qué consiste la seguridad. Todo ciudadano y ciudadana tiene derecho a la seguridad, ¿pero a qué tipo de seguridad? ¿Qué pasa con los niños abandonados, explotados, violados y marginados? ¿Qué pasa con el derecho de un ciudadano en una sociedad, con sus libertades cívicas, con los derechos económicos, sociales y culturales? ¿Qué pasa con eso? Y la respuesta es que hoy en día están carentes. Entonces, la seguridad no pasa por poner m&aac ute;s policías y más soldados, al contrario, ello genera mayor inseguridad. La seguridad pasa por políticas sociales: educación salud, vivienda digna, condiciones de trabajo, por redistribución de la riqueza que hoy en países como Colombia y Argentina no existe, porque hay una gran concentración de la misma en pocas manos y un alto índice de exclusión. Cuando hablamos de seguridad tenemos que tener en cuenta ésta no consiste en lo que quería hacer el ex presidente Bush de mandar sus tropas a todos los rincones del planeta para defender sus intereses, o lo que hacen las multinacionales que en el caso de Colombia contratan a los ejércitos privados y a los paramilitares para proteger sus negocios.

Lo que se hace en Bogotá es seguridad

- En el caso de Bogotá, la administración distrital del alcalde Samuel Moreno Rojas le apuesta a la Seguridad Ciudadana invirtiendo en lo social. De cada cien pesos que recibe el Distrito 75 se invierten en programas sociales…

- Ahí está la seguridad, lo que se está haciendo en Bogotá es la seguridad, esa es la seguridad social, que todo ciudadano tiene derecho, que ningún gobierno se la regala. Es el derecho ciudadano y el ejercicio participativo de la democracia. Por eso hay que profundizar los conceptos de seguridad. Para mí, seguridad es que no falte un plato de comida en ningún hogar, que todos tengan acceso a la salud, a la educación, a un trabajo digno, al derecho a las libertades ciudadanas, ahí vamos a construir una democracia. Porque la democracia y la vigencia de los derechos humanos son valores indivisibles, si se violan los países dejan de ser democráticos, porque como dice ese gran escritor de América Latina y amigo uruguayo, Eduardo Galeano, hablando de las condiciones de varias de nuestras naciones, esto más que democracias se asemejan a “democraduras”, utilizando ese juego que tie ne de la palabra; la palabra que camina como dicen los hermanos indígenas del Cauca; hay que hacer caminar la palabra. Y en este sentido quiero rescatar una cosa y es esta: el pueblo colombiano no ha bajado los brazos a pesar de todo, tiene la capacidad de la resistencia de hombres y mujeres que quieren otra Colombia.

- En su condición de Premio Nobel de la Paz, terminemos esta conversación con un mensaje suyo al pueblo colombiano…

- Mucha fuerza, mucha esperanza y hay que seguir construyendo a pesar de todo. Creo que aquel que baja los brazos es porque está vencido y el pueblo colombiano no está vencido, yo lo pude comprobar. Los colombianos tienen que unirse, pensar en las alternativas sociopolíticas, económicas, culturales, espirituales para construir un nuevo amanecer. Sigo muy atento día a día lo que pasa en Colombia, así que un fraterno abrazo solidario como hermano latinoamericano.
Fuente: Argenpress

Thursday, July 23, 2009

COLOMBIA - BASES AEREAS YANQUIS

Por nchamah miller

Respondo aquí al artículo publicado en Prensa Marea Socialista del compañero Stalin Pérez Borges relacionado con las bases yanquis en Colombia.

Primero que todo, y gracias a las contribuciones del vocablo venezolano al castellano podemos describir concretamente las acciones de Uribe Velez de Colombia, simple y llanamente el es un “vende patria”. Y esto nos da un indicio del por qué en estos momentos se incrementa el número de las bases yanquis en territorio colombiano. El ejecutivo recibirá un incremento sustancial para el presupuesto de guerra y bajo el pretexto de las dichas bases, se ahondará mas aun el terrorismo de la seguridad democrática en Colombia. Lo que sí ha pasado por desapercibido y camuflado, bajo el tema de las bases, es el hecho que en los ríos y las aguas de Colombia navegan barcos yanquis, a su libre albedrío y no tenemos datos de los mercenarios que se pasean por nuestras calles. Bajo un manto de mentiras se esconde la verdad. Esta es que la insurgencia ha llevado a cabo campañas militares fuertes contra el ejercito Colombiano cuyo y de cuyo tema nadie quiere ni pensar y mucho menos hablar.

Esto no quiere decir que la cautela del Presidente Chávez, respecto las bases, sea por demás, pero debemos de entender que la primera prioridad de los yanquis y su mecates del gobierno Colombiano, son los diferentes grupos de la insurgencia, quienes a pesar de todas las amenazas de Uribe, siguen adelante, y son ellos los que han propuesto los planes para la paz en Colombia, pero mientras se sigan importando mercenarios y material de guerra la población colombiana quedará, como de costumbre, como rehenes de este cruel conflicto.


A pesar de los comentarios del Presidente Nicaragüense, estas bases, poco y nada tienen que ver con Venezuela y mucho que ver con el conflicto interno que aflige a nuestro país e indirectamente con el Ecuador donde efectivamente si se ha cerrado la base de Manta. Ciertamente hay mucho aquí de la estrategia geopolítica yanqui para todo Latino America pero ésta directamente se relaciona con el conflicto del país y las aspiraciones de prologar la presidencia de Uribe, y si no él, el poder para uno de sus secuaces paraco-militares. Debemos reflexionar que hasta tanto Venezuela continúe vendiéndole petróleo a los Estados Unidos no habría causa de una belicosidad militar contra Venezuela y hasta tanto los gringos dependan de esta preciada riqueza natural estarán mas que cautelosos como manejan “ the hot pan -la olla príngate” que es Venezuela para ellos. No olvidemos que hace precisamente un año que la cuarta flota naval de los estados unidos, con aviones de largo alcance, fue lanzada para las aguas del Caribe y circula constantemente en las cercanías de Cuba, Méjico, Colombia, a la puerta de la otra principal base aérea en Curazao y Venezuela.

Si examinamos el mapa de la ubicación de las bases yanquis en América Latina vemos que es en el Paraguay, aun siendo uno de los países mas pequeños de la zona, pero es allí donde se encuentran mas bases por kilómetro cuadrado. Y la triangulación es clara, con el cierre de Manta se pasan estratégicamente los equipos hacia Colombia, y vemos que continua la tradicional triangulación de fuerzas en el Norte de Continente (ahora mayoritariamente en Colombia) – el centro en Brasil y en el cono sur en Paraguay.

Lo que quiero significar en este pequeño artículo es que efectivamente se ha lanzando una campaña militar para toda la zona y ya llega la hora de hablar de la Patria Grande, nuestra América, o sea desde Méjico a la Patagonia. Los hechos de Honduras nos hacen reflejar que hasta ese momento ninguno ha estado ni libre ni presente para derramar sangre por el continente sino cada uno clamando patriotismo por su propia nación pero los Estados Unidos ya se ha percatado de que si nos unimos como continente, perderá su hegemonía militar y poderío económico.



Wednesday, July 22, 2009

HONDURAS and the REVOLUTION BY THE PEOPLE



Let's face it while I am completely against the actions taken against Zelaya in Honduras, I at the same time am not fully enamoured with his politics. He has been courting the left but his track record is not that of the left. Any of the changes he was attempting to introduce could have been made without tampering with the constitution (which unfortunately now seems to be the favourite pastime of Latin American Presidents both from the left and the right). At the same time Zelaya does not seem to have consulted the different parties in Honduras before he made his bid for a constitutional referendum partially because he does not seem to be the man that can sustain political alliances with the left. And, thus, in effect took a gamble, which is why the opposition was able to plan its move and get the necessary backing from the US to move ahead.


For Honduras this translates into there being a deeper crisis than most wish to admit: the current political stalemate plus the trickle effects of the economic crisis. There is unparalleled unemployment and hunger. Despite the tremendous hardship of the people the coup plotters have underestimated Zelaya’s popularity and the injury to the pride of Hondurans who see in the coup a stab to their national pride.
Honduras is in a crisis because, let us face it, Zelaya is in fact a member of the "liberal party", a cattle rancher (i.e. from a class which traditionally in Latin America has been far from open to the struggles of the left, actually usually working in the opposite direction, which means that he does not have the political machine that could sustain his return to power. The parties of the left seem disarrayed at this time and this is what the coup plotters are taking advantage of. So who else is in the offing to take his place? - it appears there is a lack of dauphins and that may be a critical problem for Honduras.

The good news in the long run, not for Honduras which may be the quintessential guinea pig in the ploy of the hard game of US-American foreign policy, is that with Honduras, and given the changes in the political conjuncture of Latin America the US inadvertently has opened the door to legitimizing coup d’états, - and the left should be paying attention - because this may be to the advantage of other political movements in Latin America. It may just very well be that now the door is open to deposing right wing tyrants provided an alliance can be made with the military. Thus, Obama, may yet rue the day he turned a blind eye to the plight in Honduras because he will be hard pressed to call the next bringing down of a President , which hopefully will be a right wing tyrant through the mechanism of a revolutionary coup d’état.

As for Honduras, and if the US continues to turn its blind eye and maintain that we do not have a coup d’état in Honduras, history will show that the result of whatever euphemism they wish to use, is slight which turned into a revolution by the people of Honduras.