Monday, September 26, 2011

RESUMEN VOZ DE COLOMBIA RESUMEN 291- PCC - 24 SEP 2011


Noticias y puntos de vista

Diario regional “El Heraldo” – Barranquilla – Septiembre 17 de 2011: Titulando, Contraloría halló $2,4 billones en riesgo en la ANH, se publica la nota de prensa que dice: “En total, el ente de control estableció 31 hallazgos administrativos, de las cuales 18 desembocarán en investigaciones disciplinarias por parte de la Procuraduría, cuatro en investigaciones penales (…).”

Punto de vista de Resumen: El caso de desgreño y corrupción en la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH), se suma a la larga y sucia cadena de escándalos que, por su voluminoso y pesado acumulado de muchos años, han salido a la superficie y parcialmente han sido conocidos por el país y la comunidad internacional. -Aquí tenemos un nuevo ejemplo de “seguridad y prosperidad” santo-uribista-

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Diario regional “El Colombiano” - Medellín – Septiembre 18 de 2011: Titulando, Santos regañó a Angelino por polemizar en público, es publicada la nota de prensa que dice: “El mandatario aseguró que es normal que se presenten diferencias, pero que deben discutirse al interior, "confunde a la gente cuando el Gobierno sale con posiciones divergentes, (…).”

Punto de vista de Resumen: La “democracia” de los poderosos y de los que se creen poderosos pero no lo son, es utilizada para intentar confundir a los de abajo, es decir, a los millones de colombianos que diariamente enfrentan las realidades de pobreza y de indigencia. El ser regañado y el regañar, puede dar dividendos politiqueros, pero no modifica en nada los grandes y graves problemas sociales del país.

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Diario nacional “El Tiempo” – Septiembre 19 de 2011: Titulando, “'Aún hay peligro de filtraciones, pero es menor': director del DAS, es publicada una entrevista en la que se dice: “Hace dos semanas, dos miembros del DAS fueron sorprendidos cuando intentaban filtrar información sobre una gran operación contra Daniel 'el Loco Barrera', uno de los narcos más poderosos del país.”

Punto de vista de Resumen: El país no olvida que los servicios de seguridad del Estado, empezando por una policía política cuyo mando directo está en manos del presidente de la República, desde hace muchos años ha sido y es centro de múltiples y muy graves escándalos de criminalidad, montajes, corrupción, filtración de información, espionaje telefónico, seguimientos y de muchos otros delitos.

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Diario regional “El Liberal” – Popayán – Septiembre 20 de 2011: Titulando, PGN vigila la compra de votos, es publicada la nota de prensa en la que se afirma: “Los candidatos que compren votos mediante la entrega de dinero, mercados, cuadernos, herramientas o cualquier tipo de dádiva a los electores, son sujetos de responsabilidad penal”.

Punto de vista de Resumen: Si en realidad la justicia alcanzara y no soltara a los politiqueros, afectos y al servicio del sistema imperante que compran votos utilizando viejas y mañosas prácticas de engaño y de aprovechamiento de las necesidades de los crecientes sectores empobrecidos en el país, sería necesario un enorme ejército de jueces y centros de reclusión carcelaria hasta en la luna.

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Diario nacional “El Espectador” – Septiembre 21 de 2011: Titulando, Gobierno confirma que hay parapolíticos con permiso de salida el día de elecciones, es publicada la información de prensa que dice: “El Gobierno Nacional expresó este martes que "hay inquietud y preocupación" por la salida en permiso de los parapolíticos el día de las elecciones.”

Punto de vista de Resumen: Es realmente indignante, tremendamente sospechoso y un irrespeto para las mayorías del país, el que politiqueros encarcelados por sus vínculos con el narcoparamilitarismo tengan tantos privilegios y reciban tantas consideraciones por parte de quienes tienen la “responsabilidad” de impartir “justicia”. ¿Cómo el gobierno del presidente Santos explicará su lavatorio de manos?

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Diario regional “El Universal” – Cartagena – Septiembre 22 de 2011: Titulando, Álvaro Uribe fue acusado por un expara de ordenar masacre, es publicada la nota de prensa que dice: “(…) hijo del mayordomo de la hacienda Las Guacharacas, dijo que el expresidente no solo apoyó a las autodefensas, sino que ordenó una masacre ocurrida en el municipio de San Roque, Antioquia.”

Punto de vista de Resumen: El país y la comunidad internacional conocen los reiterados señalamientos al expresidente Uribe por sus vínculos con el narcoparamilitarismo. Documentos desclasificados y publicados en Estados Unidos se refieren al tema. Ahora es en un video, presentado por el representante a la Cámara, Iván Cepeda, en el que un exparamilitar hace directas y muy graves revelaciones.

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Diario regional “Vanguardia Liberal” – Bucaramanga – Septiembre 23 de 2011: Teniendo como titular, ‘Sería mentira decir que se puede acabar la impunidad’, es publicada la nota de prensa que dice: “La fiscala General de la Nación, Viviane Morales Hoyos, aseguró ayer que “sería una mentira” decir que es posible acabar con la impunidad en el país, (…).”

Punto de vista de Resumen: Mucho más allá de los alcances para delitos comunes, el engranaje judicial colombiano ha sido diseñado para ser ejercido en laberintos que garantizan parcial o total impunidad a quienes controlan los hilos del poder, a la vez que dispone de lo requerido para ser implacable y severo cuando se trata de castigar a los luchadores por: paz, justicia social, democracia real y soberanía.

Otros temas

Comprimidos de la semana…, en titulares

La policía política (DAS), protagonista de no pocos escándalos, sigue viva y haciendo daños…

El tipo de espionaje que realizó el DAS en el congreso

Revista “Semana” – Septiembre 17 de 2011

Exsubdirector del DAS, seguirá en prisión por crimen del senador Cepeda

Diario regional “El Nuevo Día” – Septiembre 17 de 2011

“DAS: Policía política”: Liberales tolimenses chuzados y perseguidos

Diario regional “El Nuevo Día” – Septiembre 19 de 2011

Director del DAS admitió que agentes robaron información de la entidad

Diario regional “El Nuevo Día” – Septiembre 20 de 2011

Veremos como es que encajan los capítulos vicepresidenciales en el guión santista…

Santos dijo a Vicepresidente que la ropa sucia se lava en casa

Diario regional “El Universal” – Septiembre 18 de 2011

Partidos respaldan 'llamado al orden' de Santos a Angelino

Diario nacional “El Tiempo” – Septiembre 19 de 2011

Angelino Garzón no se puede ir del Gobierno porque no es parte de él: Analistas

Diario regional “El Liberal” – Septiembre 20 de 2011

Liberales pidieron revisar actuación del vicepresidente Garzón

Diario regional “El Nuevo Día” – Septiembre 21 de 2011

Las políticas santistas agravan la situación laboral y social del país…

Pobreza: 190 mil pesos alcanzan sólo para alquilar una pieza

Diario regional “El País” – Septiembre 18 de 2011

Los huérfanos de la minería

Diario regional “El Colombiano” – Septiembre 18 de 2011

Disturbios en Pacific Rubiales

Diario regional “El Universal” – Septiembre 21 de 2011

"Paro en extractoras palmeras en Puerto Wilches será indefinido”

Diario regional “Vanguardia Liberal” – Septiembre 21 de 2011

Respuestas de Paquito…, el activista del pueblo…

Pregunta: ¿Será que el gobierno “olvidó” los cambios relacionados con la policía política?

Respuesta: ¡Ehhh…! -Los especialistas y asesores deben estar creando instrumentalizaciones legales y técnicas para recambio de fachadas y seguir en lo mismo, con lo mismo y para lo mismo-

Pregunta: ¿Quiere decir que algunas cosas pueden “cambiar”, para que todo siga igual o peor?

Respuesta: ¡Ahhh…! -Las cosas, sin duda alguna y con el andamiaje que sea, serán más peores que iguales. No olvidar que la clase dominante es experimentada y su sistema altamente represivo-

Breve información general

Algunos datos sobre la Federación de Malasia

1.- Capital: Kuala Lumpur

2.- Superficie: 329.758 km²

3.- Población: 25.259.428 (2008 estimado)

4.- Taza de crecimiento: 1,74% (2008 estimado)

5.- Densidad de la población: 77 hab/km² estimado

6.- Composición de la población: Malayos y otros pueblos indígenas 59%, chinos 26%, indios 7%, otros 8%.

7.- Principales ciudades: Kuala Lumpur, Ipoh, Johor Bahru, Petaling Jaya, Kelang, Kuala Terengganu, George Town, Kota Bahru, Kuantan, Taiping, Seremban.

8.- Recursos naturales: Estaño, petróleo, madera, cobre, minerales de hierro, gas natural, bauxita.

Sugerencias

Visitar: www.pacocol.org: En el curso de la semana y entre otros importantes artículos y noticias, fueron publicados los así titulados: Panameños marcharon en rechazo a Martinelli y en demanda de una Constituyente (Septiembre 16 de 2011) - Exitoso inició del Tercer Congreso de la Federación de Estudiantes Universitarios (Septiembre 16 de 2011) - Organizaciones de DDHH internacionales preocupadas por las declaraciones del ministro de Defensa (Septiembre 17 de 2011) - FEU denuncia: intento de saboteo a masivo concierto en defensa de la educación pública (Septiembre 17 de 2011) - Correa cuestiona el “heroísmo” de bombardear un país amigo reivindicado por Santos (Septiembre 19 de 2011) - “La educación superior debe incluir contenidos étnicos”: Hernando Hernández Tabasco (Septiembre 19 de 2011) - Un país bañado en sangre: las cifras del terror en el primer año de Santos (Septiembre 20 de 2011) - El Partido Comunista Colombiano con el pueblo palestino, por su reconocimiento como Estado (Septiembre 20 de 2011) - La educación sigue siendo una cenicienta en el presupuesto -Senadora Gloria Inés Ramírez Ríos (Septiembre 21 de 2011) - Agresión contra trabajadores y comunidad de Campo Rubiales Meta (Septiembre 21 de 2011) - Evo Morales respalda al Estado palestino y pide refundar la ONU (Septiembre 22 de 2011) - Corte IDH juzgará a Colombia por masacre Santo Domingo (Septiembre 22 de 2011).

Espacio para notas

Las desbordadas corrientes imperiales de mentira y engaño…

Es verdad que mentir y engañar es una vieja y remodelada práctica de los poderosos, especialmente de quienes controlan el poder universal, para justificar: sucios planes, ambiciones, crímenes y abusos de poder. Pero también es verdad que esas criminales prácticas hoy han sobrepasado los más altos niveles de cinismo y de inimaginable desvergüenza, que solo pueden ser obra de desquiciamientos en las mentes y en las ambiciones de seres enloquecidos, de seres que se alimentan con el odio, con la brutalidad y hasta con las posibilidades de un suicidio planetario. Con tales prácticas, las de la mentira y el engaño, el imperio y sus aliados europeos vienen desencadenando crecientes incertidumbres, injerencias, desestabilizaciones, constantes provocaciones y espantosas agresiones militares a nombre de “la democracia” y argumentando “protección” a la vida. Pero tal estado de barbarie y de descomposición humana no solo ha sido y es parte de la realidad histórica y cotidiana en lejanas y martirizadas regiones del mundo. Para la región, para Latinoamérica y el Caribe, el desbordamiento de corrientes ultraderechitas imperiales y locales se viene convirtiendo en un creciente peligro a considerar, en un peligro que puede tocar a nuestras puertas y amenazar los procesos de integración, la diversidad de cambios y las reformas que se vienen produciendo en varios países, para beneficio de las grandes mayorías locales y regionales, según posibilidades y realidades. Guiarse por engañosos cantos de sirena o por los traicioneros camuflajes de lobo, bien puede ser el más corto camino hacia el suicidio.

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Cuando hay movilización y acción de masas, es la verdad la gran ganadora…

No están coincidiendo las mediciones de “opinión” que se vienen haciendo para calificar los niveles de “aceptación” que tiene el gobierno de turno y sus políticas continuistas, frente a las realidades del país. Las grandes empresas encuestadoras y los poderosos medios de comunicación muestran resultados que han sido “cuidadosamente” cocinados en modernas computadoras y aclimatadas oficinas, tratando de llegar hasta la opinión nacional e internacional para hacerles creer que todo marcha sobre ruedas y que no hay motivos de preocupación. Solo basta recordar los “indestronables” niveles de aceptación que no hace mucho tiempo se le otorgaban al expresidente Uribe, solo comparables con el 82% de “aceptación” que hoy se le asigna al presidente Santos. Pero el movimiento social, es decir, los trabajadores, campesinos, estudiantes, profesores, empleados, profesionales, amas de casa, desempleados, subempleados, familiares y víctimas de los brazos ejecutores del terrorismo de Estado, pensionados y pueblo en general, tiene su propio sistema de medición. Este sistema, el del movimiento social, se manifiesta y se palpa en las calles, en las plazas públicas, en los centros de trabajo y de educación, en los muros, en la consigna y en las claras e inequívocas exigencias de profundos cambios y de paz con justicia social. Por estos días, precisamente, la caudalosa y combativa protesta social se ha hecho sentir, desmintiendo así al gobierno, a las encuestadoras y a los grandes medios de comunicación.

Final

Monday, September 19, 2011

QUIENES SON LOS TERRORISTAS POR narciso isaconde


Ahora la “inteligencia” gringa, colombiana y dominicana, están empeñadas en señalizarnos como una franja “radical” dedicada a instrumentar “planes terroristas” conectados al narco-tráfico y al sicariato.

La fórmula hiede a productos “made” in CIA-MOSSAD-DAS…

La inducción se hace a través de una decantación repleta de falsedades y distorsiones.

Somos radicales por lo de ir a la raíz de los problemas.

No somos una izquierda domesticable, proclive a la alianza con el PRD y el PLD, a los “asopao” con generales delincuentes, a convertirnos en adornos del sistema, a “aconsejar” al gobierno por temor a que esta porquería estalle, a conciliar con la “institucionalidad” vigente…

No usamos como concesiones las palabras “cívica” o “pacífica”. La primera nos recuerda a la Unión Cívica Nacional y la blandenguería histórica, y la segunda es un tributo inmerecido a un sistema de dominación violento, destructivo, genocida y ecocida.

No tenemos por que avergonzarnos del amplio legado de insumisión teórica y práctica de nuestro movimiento. Ni darle prueba de “buena conducta” a explotadores, asesinos, farsantes y ladrones; representantes y epígonos de narco-estados y súper-potencias terroristas y saqueadoras.

Somos rebeldes con razones abundantes.

La crisis capitalista apesta, el neo-liberalismo la pudre, y ciertamente a sus poderes habrá que hacerle como a los “caimitos” para se caigan al piso. Claro, con mucho amor por la humanidad y gran sentido histórico en procura de una paz inexistente.

No aceptamos la trampa bipolar que compele a optar entre “lo pacifico” y lo “violento”, porque las fronteras entre esos campos, las superposiciones, y co-responsabilidades son muy complejas y se entrecruzan. Sencillamente optamos por ser revolucionarios/as de verdad enfrentados/as al gran capital y a sus mecanismos control empapados de violencias e infamias.

Más que ridícula luce la intención de estigmatizarnos como agentes del terror, el narco y el sicariato… frente el pliego de denuncias y combates que ha caracterizado la corriente que hemos representado.

Los campeones del terrorismo, la corrupción y expoliación están en la Casa Blanca y en el Complejo Militar Industrial, en Casa Nariño de Colombia, en el Palacio de aquí, en las policías asesinas y narco-gobiernos de estos países… en los palacios de la usura financiera…en el FMI, BM, Barrick, Sun Land…en los socios de Quirino, Solano, Paya, Agosto, ATIEMAR…en los sustentadores de esta dominación capitalista-imperialista, patriarcal, racista y adulto-céntrica.




LIBYA - Because we weren’t there? Rory Stewart


http://www.lrb.co.uk/2011/09/12/rory-stewart/because-we-werent-there


Entering Libya four days after the fall of Tripoli did not seem, at first, very different from trips I had made to Kosovo, Baghdad and Kabul shortly after those interventions. There were as yet no formalities, still less visas, at the Libyan border. The dusty office chairs at the checkpoints in the Nafusa hills, crookedly propped on their remaining castors, were those favoured by militias in Afghanistan. The charred government office in Zawiyyah could have been in Sarajevo. Similar Japanese cars formed longer lines at the petrol stations in Baghdad. Here too, torn posters of the leader lay in the street; here too, angry crowds shouted outside a bank; and here too, a villa, ‘J-Dammed’ flat by Nato bombs, smelled of dead people.

The last two decades of intervention suggest one thing: that interventions are intrinsically unpredictable, chaotic and uncertain. They can work: the international community played a prudent and constructive role in Bosnia, and the Bosnia of 2005 was far better than that of 1995. But in Iraq and Afghanistan, disorder and chaos seemed predestined. Guilt at lost lives, embarrassment, pride, fear of Islamists and hubris all prevented the West from acknowledging failure: instead of pulling back, they dived ever deeper. And their occupation bloated, warped and corrupted the fundamental structures – social, political and economic – of the countries they were purporting to help.

The lesson for Libya was that the West should not be dragged too far in and that it should anticipate chaos. The language of the UN resolution emphasised restraint: there were to be no troops on the ground and the military operations were designed to protect civilians, primarily in Benghazi, not to topple Gaddafi. But Nato was soon flying 400 miles away from Benghazi, targeting Gaddafi’s headquarters in Tripoli. Lawyers assured me that no one was using the bombing raids to try to kill Gaddafi, generals whispered that Gaddafi could only last another two weeks, and diplomats denied that the rebel government was extremist or divided. But five months later, there had been numerous raids on Gaddafi’s compound; Gaddafi was still in power; and the rebel general, formally arrested on the orders of the rebel deputy leader, had been tortured and executed by an Islamist faction.

The more confident the Western generals became, the more likely disaster seemed. In Afghanistan, Nato leaders had continued to claim progress long after it was obvious that the Afghan government was not becoming more credible, effective and legitimate, and that the Taliban was not defeated. The situation was growing worse not better. The truth was missed in part because it was unbearable and in part because Nato’s leaders were entirely detached from the reality of Afghan rural life. It seemed likely that a similar optimism and isolation would distort their perception of Libya and encourage them to ignore the signs of impending chaos.

There were many reasons to fear that the aftermath of the fall of Tripoli would resemble the first days after the fall of Baghdad. For decades, Libya had been controlled by Gaddafi and his secret police. His sons, allies and a few tribal chiefs had grown fat on largesse, oil, sanctions-busting and the remnants of a state-owned economy. When these men fell, others would scramble to seize what they could. Gaddafi’s civil servants would spend their last moments burning documents and trashing desks, and leave with televisions and armchairs. Their successors would steal the ministry cars. Gaddafi’s cronies would flee for the border with cousins and jewels; and militia groups would squat in their marble-floored villas (with squalid bathrooms because there was no water supply). Gangsters would seize petrol stations; and opportunists would strip the computers from schools and perhaps the beds from hospitals. Garbage and sewage would fill the once tidy streets.

Meanwhile, Islamist brigades might challenge the religious values of the new government. The militias might ask for money to protect businesses. Fights might break out between teenagers with mortars looted from the state arsenals and those with foreign-supplied, truck-mounted anti-aircraft guns. Minor fissures, in the past often irrelevant, between Benghazi and Tripoli, Berber and Arab, desert and coast, Salafi and Brotherhood, tribe and tribe, could suddenly become decisive splits. The villas and the farms, the banks and the hotels of Gaddafi’s children would be up for grabs; so too would be the land transferred illegally by Gaddafi to tribes now out of favour. Others might well fight to gain control of state monopolies; the commissions, agents’ fees and franchises from foreign companies; the contracts from international donors; and $120 billion of overseas Libyan assets. The new self-appointed transitional government, with its expatriate professors, mid-level businessmen and aged dissidents, would struggle. Gaddafi himself predicted much of this.

And it was easy in my first few hours in Libya to find evidence for this way of thinking. Within ten miles of the border, I was stopped at six different checkpoints, manned by teenagers with new-model Kalashnikovs and American rifles. In Bir-al-Ghanam, five pick-up trucks roared into the square and men in clean blue jeans and tight T-shirts leaped out, firing round after round into the air. Who was in control of them? Who could control them? Weapons were everywhere: on the outskirts of Tripoli, I saw, lying on the grass, a gleaming, finned, three-foot live rocket, and nearby, still in its packing case, a seven-foot-long surface-to-air missile.

The militias that clearly were under someone’s control were even more troubling. The man with the long grey beard, combat trousers, aviator shades and quiet voice who told me to get out of my car had the manner of an intelligence officer. The very tall young man in flowing robes with a soft curly beard – whose limousine was waved through the checkpoint with such deference – looked like a Saudi. Mahdi al-Harati, the commander of the Tripoli brigade, who wore his military beret for the Eid prayers, had been the only member of his family not to be imprisoned as an Islamist; he had lived in Dublin, run Islamic relief organisations, sailed on the Gaza flotilla and been shot by Israeli special forces. What were his views? And what of Abdul Hakim Belhadj, who was on the military council and was detained by the CIA in 2004 because of his links to al-Qaida?

The interior minister, in his grey suit and grey tie, held a press conference flanked by overweight mustachioed men in police uniform with colonels’ tabs. One of them told me he had worked in the ‘interrogation’ department under the old regime. ‘When I went to Martyrs’ Square and said I was the interior minister,’ the minister boasted, ‘there was far more shooting in the air than normal – it was to greet me. If you don’t believe me, come with me to the square, I will show you.’ I was not confident of his ability to keep order.

Yet so far Libya has proved, not unpredictably awful but unpredictably good. After 15 years working around interventions, I was watching for any hint of disaster. I noted, for example, that a Berber militia had occupied a prime hotel beside the arch of Marcus Aurelius on the grounds that the owner ‘was a Gaddafi sympathiser’. But even after 24 hours, I couldn’t escape the sense that things were not that bad: that Libyans were delighted and confident, and with justification.

The celebration in the central square that night was far happier, more joyful than any I’d seen in Bosnia, Iraq or Afghanistan. Hundreds of young men in jeans and T-shirts were hanging off cranes, 50 feet in the air. Five-year-olds in bright pink dresses were lining up at popcorn stands. A 50-year-old director of the audit department of the national airline had brought his mother and teenage daughters to see the crowds at midnight. ‘No one in the world has ever seen anything like Gaddafi,’ he said to me. ‘You cannot imagine what it was like. We are just so happy he is gone.’ Like everyone else, he joined in the revolutionary songs, and seemed to know the words. As a mullah tried to make a ponderous statement about God and the martyrs of the revolution, the crowd clapped and chanted: ‘Poor old Gaddafi – it’s time to move on.’

When my new friend the interior minister appeared on stage at two in the morning, in front of the crowd of ten thousand, he had lost his grey tie and his police escort and gained a smile. ‘Young people,’ he began, ‘please, one minute, please – do not fire your weapons in the air – it gives a bad image to the foreigners.’ The crowd continued to fire (one man was hit, it seemed fatally, by a falling bullet) and some teenagers continued to chant. But the minister slowly got the measure of his laughing audience: pausing for long stretches and luring the crowd into moments of silence. Eventually, they even cheered him. And everyone sang the national anthem.

Libya did not look as shabby or dangerous as Iraq. Despite six months of fighting and uncertainty, the lawns in Tripoli were mown, the bougainvillea bushes were bright, and the rubbish was still in garbage bags, not strewn, as in Basra, in suppurating ditches. The shops and petrol stations were reopening, the water supply was beginning to return. The armed 15-year-olds were polite. No one at any of the checkpoints asked for a bribe, or our satellite phones. The Misrata militia in their jeeps were as friendly as the Knights of Zintan in their pick-up trucks. There was little talk of revenge. No one was shooting anyone else.

And to my surprise, there was little looting. In the executive offices, it was not just the furniture and the televisions that were untouched: even the silver ashtrays and gold paperknives were still on the desks. It seemed that no one had slipped even a fountain-pen into their pocket when the government left and the rebels came in. At night, the streets of Tripoli were so jammed with honking cars, waving flags, boys wearing the national colours, that one might imagine Libya had just won the World Cup. The government and the police were not in any position to prevent disorder, but it seemed that the Libyans were not drawn to looting or violence. And no one I spoke to, from expatriate engineers to young gunmen, expected that.

Already people are claiming that the euphoria and calm after the fall of Tripoli could have been predicted and can be easily explained. But such civility was not inevitable; it could not have been assumed from Libyan history or culture. Libya shares many features of countries where anarchy has prevailed. Like Afghanistan or Iraq, it has a distinguished history and has experienced periods of stability but lacks the essential trinity of the international state-building apostles: ‘a vibrant civil society’, ‘rule of law’ and ‘good governance’. It has a rapidly growing young population, which is only partially educated, and few jobs. The traditional forces of tribe and Islam co-exist with more cosmopolitan aspirations, as they do in the rest of the Islamic world.

Many of the positive things that can be said about Libya can be said about other more troubled countries – right down to the small details. Libyans, like Iraqis and Afghans, remember a moderate, tolerant, Western-friendly country in the late 1960s and 1970s, which fell unexpectedly victim to leaders – and an ideology – alien to its indigenous culture. In the same way, the Lebanese writer Nassim Nicholas Taleb maintained that there was nothing preordained in Lebanon’s civil war, that Lebanon had been ‘at peace for centuries’. And in the Balkans in the 1990s, people insisted: ‘I did not even know people’s ethnic group – I have a Serb father, a Croat mother … We were Yugoslavs.’

All these countries can offer equally plausible explanations of why things go right and why things go wrong. One Libyan woman said, ‘it is orderly because there is not the corrupt, gangster class in Libya that there was in Iraq’; but Suleiman, a 20-year-old businessman from Benghazi, replied that under Gaddafi every businessman paid bribes of more than half the value of the contract. An older Libyan minister said there was no looting because the population was ‘educated’, but Suleiman complained of how bad his schooling had been, and how ignorant and isolated Libyans had become. Huda, a young woman working with the TNC, suggested that the paperknives had not been stolen because Libyans were wealthy; others emphasised rural squalor and 30 per cent unemployment. One of the most senior members of the new government said that the mid-level civil service worked well, regardless of the ministers. All other Libyans assured me that Gaddafi had ‘hollowed out the state’ and left nothing functioning behind.

There was some talk of a country impoverished and pulverised by Italian colonialism; and some of an ancient Mediterranean civilisation. For some, Libya was ‘a modern country’ where tribal influences have largely vanished. For others, it was ‘not really a country’ but a colonial creation cobbled together after the war from three states with quite different histories and identities: a place where Gaddafi had emphasised tribal and regional differences, and prevented the emergence of a settled modern identity – a nation ‘in trauma’.

Unlike Libyans, international diplomats and politicians tended not to emphasise Libyan history or Libyan character but the actions of individual leaders. They suggested that there had been no anarchy after the fall of Tripoli because Gaddafi was a hated tyrant; because the Nato military campaign and their post-conflict planning had been particularly strong; and because the Transitional National Council was well prepared. But insofar as the leaders mattered at all, it may be less for what they did than for what they didn’t do.

Gaddafi’s state was not Saddam’s. He didn’t inherit, or rely on, a powerful pre-existing Baath Party apparatus. Or drag his people through an eight-year total war. He tortured and killed, but his trademark – unlike Saddam’s – was not totalitarian brutality. Perhaps because of this there was less rage, less bitterness, less desire to smash the symbols of the old regime than I saw in Iraq. The Nato campaign was deliberately minimal: in terms of both military and civilian support. The most dramatic difference between Tripoli and the other capitals of intervention was the absence of foreigners. Entering Kosovo, I was immediately stuck in a traffic jam of white land-cruisers painted with international acronyms – the one in front of me read ‘Clowns without Frontiers’. US military convoys roared down the highways of Iraq; heavy machine-guns pointed into market squares; razor-wire and cement barriers cut off urban streets. The executive offices in Kabul were filled with young laptop-wielding, jeans-wearing European and American advisers. I saw none of this in Tripoli.

And Libya’s rebel ‘government’ was relatively weak. In Afghanistan, those who pushed out the Taliban were long established warlords. Ismail Khan in Herat had led the first uprising against the Soviets in 1979; the governor of Helmand had been connected to the opium trade for decades and had many armed men. The SCIRI opposition in Iraq was established in the early 1980s; Dawa in the late 1950s. Chalabi was a well-known figure in Washington. Each had known foreign backers and links to foreign intelligence services. They all had their resources, their mutual resentments, their deep ideological differences and their long-established plans for domination. They had aides, and a plethora of satellite phones.

The executive offices of the Transitional National Council by contrast felt as placid as an old people’s home, or a cruise liner. One senior cabinet minister didn’t yet have a single secretary, and seemed to have only very vague ideas of what his department needed. One floor up, I found a deputy minister watching television three days after the fall of the city; there wasn’t a paper on his desk. During the 45 minutes I spent with him, only one person looked in; and when he picked up the phone, no one answered. Only Ali Tarhouni, the deputy prime minister, had aides and energy and he was an American academic who apparently hadn’t been back to Libya since 1978.

Such multiple sources of weakness may prove to be a strength. Since Gaddafi’s state was not powerful, its fall may have comparatively little effect. Security in the streets was provided almost from the start by neighbourhood committees, many organised from mosques; their effectiveness and legitimacy was taken almost for granted and they did not seem (yet) to be abusing their power. The lack of foreigners allowed Libyans to feel that the revolution was theirs, not an international production. It also meant that our curious priorities and processes were not imposed on Libyan politics. The Islamists and the Gaddafi loyalists couldn’t portray the new government as a puppet, or market themselves as fighting for Libya and Islam against a foreign military occupation.

Even the improvisatory, passive nature of the opposition may have been constructive. It included many members of Gaddafi’s government who were working from the very beginning to make links with their former colleagues. When the politician Abdul Hafiz Ghoga arrived in Benghazi and criticised the council, they invited him in. They seemed to be able to incorporate Islamists with equal ease. Every time they described their strategy, they talked about compromise and negotiation. Sometimes people spoke like this in Afghanistan and Iraq too – explaining how easy it would be to cut deals with the Taliban or the Sunni insurgency – but the US-led coalition rarely let them try.

And then there was their attitude to the West. I expected the minister of health – a British-Libyan doctor who knew I was an MP – to present a shopping list of demands. But when I asked him about foreign support, he said that Libya had been ‘well-supported by Qatar and the UAE, by Turkey and Tunisia’. And there he stopped. When I asked about the UN agencies and NGOs, he said he had seen a bit of them in ‘stake-holder meetings’ held on Tuesdays in Benghazi, but the meetings had petered out. He implied that the processes for getting support from Western aid agencies were far too bureaucratic, that he would stick with Middle Eastern cash, confident that Libya would get what it needed. The mixture of self-importance and desperation that created the destructive, co-dependent marriage between foreigners and locals in Afghanistan seems to be entirely absent in Libya.

But it would have been easy to take the same factors – a weak Gaddafi state, a light foreign footprint and a weak rebel government – and assume these were ingredients for disaster. This is why the major lesson of the post-1989 interventions should not be a renewed confidence in ‘the responsibility to protect’, or a belief that we have found a new secret recipe in targeted air-power. We shouldn’t think we know how to construct ‘a transitional administration’; even to attempt to pin down the common elements in the successful cases – population size, GDP per capita, ethnic composition – would be misguided.

These events are inherently unpredictable. There are no universal traits that condemn a society to anarchy when the leviathan falls. The violence I witnessed in Iraq, and felt was the inevitable result of a revolution, was in fact specific to that moment in that place and in particular to its Shia parties, their fraught and contradictory relationship to their neighbours and to their nation. But even apparently clear differences between countries aren’t as helpful as they seem. For example, Libya, unlike Iraq or Afghanistan, has no serious ethnic or sectarian divisions – no Arab-Kurd, no Pashtun-Tajik, no Sunni-Shia divides – but this on its own can’t explain the difference: Libya’s neighbour Algeria has no Shia population and has nevertheless experienced decades of civil war.

The lesson of all this shouldn’t be inaction. Intervention isn’t doomed to fail – countries can turn out unpredictably well, as well as unpredictably badly. If we cannot come to any satisfactory conclusions on the London riots – a limited event, exhaustively documented, in our own capital – what sense can we make of why they did not riot in Tripoli?

12 compañías teatrales amenazadas en Colombia; un Cantor preso en Venezuela en riesgo de ser entregado al régimen

Un Cantor preso en Venezuela desde hace 97 días, que pasó 66 días detenido ilegalmente, hoy preso y sin pedido legal de extradición por parte de Colombia, más no obstante en riesgo de ser entregado al régimen colombiano de manera ilegal: cantor que hace años tuvo que salvar su vida saliendo a la clandestinidad.

Por Solidaridad Pueblo Colombiano/ Artistas humanistas/ Solidaridad Julián Conrado

12 compañías teatrales amenazadas en Colombia por la herramienta paramilitar del régimen: las amenazas de exterminio testimonian de la intolerancia política del estado colombiano. Una intolerancia política y exterminio del pensamiento crítico que ha llevado a miles de artistas a tenerse que exiliar o subir a la montaña para salvar sus vidas; otros han sido desaparecidos y asesinados por las herramientas legales (fuerza pública) e ilegales (paramilitarismo) del régimen colombiano.

Un Cantor preso en Venezuela desde hace 97 días, que pasó 66 días detenido ilegalmente, hoy preso y sin pedido legal de extradición por parte de Colombia, más no obstante en riesgo de ser entregado al régimen colombiano de manera ilegal: cantor que hace años tuvo que salvar su vida saliendo a la clandestinidad.

Alzamos nuestras voces para que el Cantor Julián Conrado NO sea entregado, y para que se haga visible la dramática persecución política que sufre el pensamiento crítico en Colombia, en solidaridad absoluta con los trabajadores del arte y la cultura, hoy amenazados de muerte por atreverse a pensar y disentir de un régimen que mantiene el saqueo y la injusticia social mediante el crimen de estado.

ORGANIZACIONES TEATRALES AMENAZADAS DE MUERTE EN COLOMBIA:

"damos inicio de limpieza a todas las organizaciones artísticas (...) que se oponen a las políticas de nuestro gobierno "

Así amenaza en el 2011 la herramienta paramilitar del gobierno colombiano, del gran capital latifundista y multinacional a 12 compañías teatrales de la ciudad capital de Bogotá Colombia. Las amenazas las firma el "BLOQUE CAPITAL" de los paramilitares, aquel Bloque Paramilitar Capital que varios jefes paramilitares (entre ellos Salvatore Mancuso y el cuñado de Carlos Castaño), han declarado que se conformó por órden de Francisco Santos, primo hermano del actual presidente Juan Manuel Santos...

El Terrorismo de Estado y su herramienta paramilitar sigue hoy más vigente que nunca

CONTEXTO actual de Colombia:

Ya va 1 año de posesión del presidente actual de Colombia: Juan Manuel Santos. Las violaciones a los derechos humanos continúan incrementándose y sigue la agresión sistemática desde las herramientas legales (fuerza pública) e ilegales (herramienta paramilitar) del estado y multinacionales contra la población.

Desde el 7 de agosto 2010 han sido asesinados impunemente 34 defensores/as de los derechos humanos, 17 dirigentes agrarios que exigían la restitución de las tierras usurpadas con violencia a los campesinos y 27 sindicalistas la mayoría de la Central Unitaria de Trabajadores CUT , miles más han sido amenazados de muerte. Crece el drama del desplazamiento y la desaparición forzada de personas, continúa la práctica de las ejecuciones de civiles a manos del ejército con 29 nuevos casos en el último año, sigue siendo crítica la situación en las cárceles donde literalmente se pudren más de 7 mil prisioneros civiles por razones políticas, además de los más de 500 presos políticos guerrilleros, los cuales también sufren condiciones aberrantes de reclusión. Hay más de 7.500 presos políticos en las cárceles colombianas lo que hace del régimen colombiano un 'record' en presos políticos. Algunos informes recientes señalan que la cifra de 7.500 presos políticos estaría subvalorada, pese a ser ya en sí escandalosa, pues debido al aumento de los encarcelamientos arbitrarios de estos últimos años las cifras rondarían los 9.500 presos políticos, totalmente invisibilizados. Altísima cuota de responsabilidad en este drama de los derechos humanos le cabe a la estrategia paramilitar del estado: se trata de los grupos narco-paramilitares cuya existencia es negada ante las cámaras por el gobierno recurriendo a la coartada de cambiarles el nombre por el de “bandas criminales emergentes”, mientras siguen su accionar criminal en contubernio con la fuerza pública en todo el país.

ALGUNAS CIFRAS DEL TERRORISMO DE ESTADO EN COLOMBIA:

El estado colombiano es el ejército más armado del mundo por EEUU, junto con Israel y Egipto: un ejército genocida, ese mismo ejército que detrás del batallón de la Fuerza Omega del Plan Colombia, tiene la mayor fosa común del continente: 2000 (2mil) cadáveres de desaparecidos.

En Colombia son asesinados el 60% de todos los sindicalistas asesinados en el mundo, por la fuerza pública o la herramienta paramilitar de multinacionales y estado.

Colombia es 'record' en presos políticos: 7.500 hombres y mujeres, en su inmensa mayoría civiles enjaulados bajo burdos montajes judiciales.

El crimen de estado de la desaparición forzada es otro 'record' horrendo, la "democracia" colombiana supera las cifras de tortura y desaparición forzada de las dictaduras del Cono Sur: la ONU reconoce al menos 57.200 desaparecidos, la Comisión de Búsqueda cifró en 62.000 los desparecidos, las víctimas reclaman unas 250.000 personas desaparecidas, en sólo 3 años las herramientas represivas del estado colombiano desaparecieron a 38.255 personas (informe Medicina Legal).

Colombia es el país con más desplazados del mundo, junto con Sudán: 5,2 millones de personas desplazas forzadamente por la herramienta paramilitar y sus masacres, con la finalidad de ofertar las tierras así despojadas al gran latifundio y las multinacionales: el 40% del territorio colombiano está pedido en concesión por multinacionales mineras.

El cantor Julián Conrado se encuentra hoy en una cátcel venezolana en riesgo de ser entregado a régimen colombiano. Por evidente solidaridad humanista alzamos la voz para que no sea entregado.

Sobre el cantor Julián Conrado

Por respeto por la Convención de Ginebra que Venezuela le otorgue asilo a Julián Conrado o lo remita a un 3er país neutral. Por respeto por la Convención Contra la Tortura no puede ser entregado a un estado torturador como lo es el régimen colombiano.

El cantor Julián Conrado, ya entrado en edad tras una vida de sacrificio, está enfermo, ha sobrevivido a varios bombardeos, a leishmaniasis, y está gravemente afectado de salud, por evidentes razones éticas y humanitarias corresponde el ASILO político o/y humanitario. Además el derecho internacional ampara este asilo: se espera que Venezuela respete el DIH y los mínimos éticos y humanitarios.

INFORMACIÓN De CONTEXTO:

¡ASILO para Julián!

El cantor Julián Conrado lleva ya 97 días detenido en Venezuela, tras ser detenido en una operación combinada entre las fuerzas represivas de Colombia y policía venezolana. Lleva casi 3 meses detenido de manera arbitraria, pasó 66 días en una detención con total ilegalidad, 9 días vendado y atado de manos y pies. A día 97 de su detención, aún se espera que las autoridades venezolanas se inclinen por el respeto al DIH, y por el respeto a la ética del humanismo y la hermandad con los pueblos, que es lo contrario que la colaboración con un regimen represivo como el que sojuzga al pueblo colombiano. Por respeto por la Convención de Ginebra que Venezuela le otorgue asilo a Julián Conrado o lo remita a un 3er país neutral. Por respeto por la Convención Contra la Tortura no puede ser entregado a un estado torturador como lo es el régimen colombiano.

Se trata de Guillermo Enrique Torres, mejor conocido como Julián Conrado, compositor e intérprete de vallenato a quien también se le denomina “el Cantor de las FARC”, pero cuyas letras trascienden a esta organización y llevan contenidos bolivarianos y socialistas a los pueblos:

"Dicen que el capitalismo todo lo compra y lo vende, a mi el capital me ofende: jamás cantaría lo mismo si el manto del egoísmo a mis canciones envuelve (...)

Quien cobra por alegrar, alegra de embustería, quién paga por la alegría, alegría no va a encontrar...

le pueden aparentar o vender hipocresía...

(...) Cuando vayas a cantar, canta como un pajarito / Ese sí canta bonito, porque canta sin cobrar / Hermoso el mundo animal porque no hay pobre ni ricos / toditos son igualitos, ay, ¡si la gente fuera igual!”, dice Conrado en una de sus canciones.





3 puntos claves del Caso Conrado, en breve:



1. El DIH, el respeto por la Convención contra la Tortura, por la Convención de Ginebra, y la propia constitución venezolana impiden que sea entregado el cantor al régimen colombiano

La Convención Contra la Tortura que impide entregar a un perseguido a Colombia, un país en el que ya han fallecido 5 presos políticos en 2011 por tortura y denegación de asistencia médica. El estado colombiano es denunciado por la Organización Mundial Contra la Tortura (OMCT) y por la Coalición Contra la Tortura (CCCT) como un estado torturador: el informe de agosto 2011 de la CCCT señala que el estado colombiano es responsable de 91% de las torturas que contiene el dramático informe.

Corresponde también que el gobierno venezolano respete la Convención de Ginebra que impide entregar a un combatiente, o perseguido político enfermo, y más cuando este ha solicitado asilo; corresponde que Venezuela le otorgue el asilo, y si no quiere hacerlo, que lo remita a un tercer país que sea efectivamente neutral.

Hay otras convenciones del DIH, y varios artículos de la propia constitución venezolana que impiden esta entrega, claramente si Julián Conrado es entregado, será otra ilegalidad más, aunque hayan tejido una apariencia de legalidad mediante los medios oficialistas, para cubrirse en este caso un poco más que lo que hicieron con el periodista Joaquín Pérez Becerra, que fue entregado en total ilegalidad. Que no sea entregado el cantor Julián Conrado a una tortura segura. Que no sea sepultado el cantor en Colombia, o hasta peor, en EEUU: EEUU ofrecen a los caza recompensas 2,5 millones de dólares para callar la voz de Conrado. Pedimos a todos los medios alternativos, a todo ser humano consciente, que ayuden a informar del tema.



2: un expediente totalmente amañado

El expediente judicial es impresionante de irregularidades e ilegalidades, y contradice en todo punto las mentiras mediáticas que aducen que existe un "trámite de extradición" (lo cual es absolutamente falso). Entre las ilegalidades e irregularidades del expediente encontramos:

· Un acta de detención fechada mágicamente a posteriori del anuncio de detención (las actas de detención aducen que Julián fue detenido el 5 y 6 de junio, el anuncio oficial de la detención fue emitido el 1 de junio, Julián Conrado fue detenido el 31 de mayo) ;

· NO hay ningún trámite de legal de extradición en curso, no hay requerimiento legal por parte de Colombia; sólo hay una solicitud de interpol por delitos menores y de opcional cumplimiento, y además para hechos que habría cometido Conrado cuando era imposible que los cometiera.

· Los únicos hechos que le son imputados a Conrado son un evidente “falso positivo” del estado colombiano: pues en las fechas de los aducidos hechos, Conrado estaba en el Caguán ante miles de cámaras y testigos nacionales e internacionales en el proceso de negociaciones con el presidente Pastrana, a más de 1000 kilómetros de distancia del sitio referido por las falsas acusaciones del gobierno colombiano (a menos que Conrado disponga de un aparato de teletransportación, es imposible).

· Por otro lado ya se ha pasado el plazo de 60 días para tramitar un pedido de extradición legalmente, y el gobierno colombiano ni lo ha tramitado legalmente, ni mucho menos presentado los debidos recaudos. Julián debería estar libre si se respetara la legalidad.



3. Dentro de las ilegalidades e irregularidades manifiestas del expediente AMAÑADO contra Julián: Las autoridades colombianas ni siquiera hicieron una solicitud en debida legalidad para su extradición: ¿Las autoridades colombianas están acaso intentando por lo ilegal lo que saben que sería desmontado en un proceso legal?

Se constata que NO hay pedido de extradición alguno, debidamente legalizado, por parte del gobierno de Colombia, que repose en el expediente.

¿Por qué las autoridades colombianas no hicieron el pedido de extradición de forma legal?

¿No les convenía acaso hacer el pedido de extradición con toda la legalidad?

Tan amañado es el caso que las autoridades colombianas ni siquiera se tomaron el trabajo de hacer una solicitud LEGAL... y la única respuesta a semejante omisión es que tal vez no lo hicieron legalmente por saber que ante un proceso LEGAL no tenían oportunidad de obtener al cantor.

Están con muy escuetos argumentos. No tienen nada de peso los argumentos del gobierno colombiano: una cosa son los delitos que le inventan a Julián por la prensa en un juicio mediático, y otra muy diferente las raquíticas y falseadas acusaciones que hay en el expediente.

La legalidad, el DIH, la Convención Contra la Tortura, la Convención de Ginebra, impiden que le sea entregado el cantor al régimen colombiano; la misma constitución venezolana también lo impide, entonces las autoridades colombianas lo intentaron por la vía ILEGAL; con la ayuda de ciertas autoridades venezolanas que se prestaron para la patraña. Ahora la siguiente pregunta es:

¿Seguirá Venezuela urdiendo ese montaje macabro junto con el gobierno colombiano, o por fin respetará la legalidad, el DIH y los derechos humanos del cantor?

La balanza debería inclinarse por el respeto al humanismo, a la legalidad, al DIH, eso se espera.

Esto es ilustrativo del grado AMAÑADO del expediente, lo escribe Arturo Ramos de la Coordinadora que No Calle el Cantor, cuyos abogados junto con los abogados de FUNDALATIN, asumen la defensa de Julián Conrado han conocido el expediente, revelando las aberraciones e inexactitudes más flagrantes, esta es una de ellas:

"¡Agárrense de la silla!: NO HAY NINGÚN TRÁMITE DE EXTRADICIÓN, como afirmó el Ministro Tarek Al Aissami, en tanto NO HAN PRESENTADO LAS AUTORIDADES DEL PAÍS VECINO NINGUNA SOLICITUD DIPLOMÁTICA A PROPÓSITO, como pauta la Ley Aprobatoria de 1998 del Tratado de Extradición de 1985 con Colombia, (...) cual Estado requirente y como exige el Artículo 4 de la misma Ley. Las circulares rojas de Interpol solo suponen una detención preventiva y, esto, solo en casos de que los países donde pudiera activarse, de manera soberana, le otorguen tal valor. Una circular roja de Interpol implica, repetimos, tan solo una detención preventiva y por un lapso taxativamente definido, en el cual el país requirente (supuestamente Colombia) debe presentar recaudos firmes para que el país requerido (supuestamente Venezuela) proceda en un máximo de 60 días (y no los días que lleva ya el detenido), en sus instancias jurisdiccionales y según las leyes y tratados internacionales propios(as) suscritos(as)"



Para ampliar información sobre el expediente amañado, sobre las demás ilegalidades del expediente, consultar estos textos en kaos:

http://www.kaosenlared.net/noticia/julian-conrado-expediente-amanado

http://www.kaosenlared.net/noticia/alerta-caso-julian-conrado-gigantesco-falso-positivo-expediente-asombr



VIDEOS:

Conozca al Cantor Julián Conrado, objeto de tan cruel persecución que incluye expedientes amañados y procederes sombríos:

en este Video habla y canta, cuenta la persecución política sufrida por la oposición en Colombia, la historia de su pueblo, la realidad que lo ha llevado al compromiso social:

http://www.dailymotion.com/video/xjfbwi_julian-conrado-habla-y-canta_news

Y VIDEO solidario:

Organizaciones sociales reivindican libertad y asilo político del cantautor Julián Conrado

http://www.albatv.org/Organizaciones-sociales.html

RESUMEN VOZ DE COLOMBIA RESUMEN 290- PCC -17 SEP 2011


COMO RESPUESTA A LAS POLITICAS DEL GOBIERNO

EN EL PAIS CRECE Y SE FORTALECE LA LUCHA SOCIAL

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Noticias y puntos de vista

Diario regional “El País” – Cali – Septiembre 10 de 2011: Titulando, Espaldarazo a la gestión del presidente Santos contra la corrupción, es publicada la encuesta que dice: “Esa es la percepción que tiene hoy más de la mitad de las personas que respondieron la encuesta bimensual de Gallup de Colombia, que aprueba la forma como Santos está manejando la corrupción (…).”

Punto de vista de Resumen: Los resultados presentados por las firmas encuestadoras, como gran noticia, regularmente se mueven en torno a objetivos buscados y calculados a través de preguntas que son llevadas a la opinión, no sin antes ser cuidadosamente elaboradas. Así…, al gobierno de turno le es urgente moldear las “opiniones” que sirvan a las políticas continuistas que lo vienen rigiendo.

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Diario regional “El Heraldo” – Barranquilla – Septiembre 11 de 2011: Teniendo como titular, Mil muertos respaldaron a candidatos: Registraduría, es publicada la nota de prensa que afirma: “El delegado de la entidad para los asuntos electorales, Carlos Portela precisó que esta irregularidad comprometería a más de 100 candidatos en todos el país.”

Punto de vista de Resumen: La clase dominante, sus gobiernos de turno y los politiqueros al servicio del sistema imperante, hace mucho tiempo que perdieron la vergüenza y la llave que cierra puertas y ventanas, a procesos electorales realmente despejados de trampas y sucias maniobras. Es necesario no olvidar que, la especialidad de los de arriba, es precisamente el fraude.

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Diario regional “El Colombiano” – Medellín – Septiembre 12 de 2011: Teniendo como titular, “El litigio por una montaña de oro, es publicada la corresponsalía de prensa que dice: “(…). Es allá en Marmato, el cuarto municipio más antiguo de Colombia, donde desde 1536 cientos de generaciones le han arrancado al filo su riqueza. (…).”

Punto de vista de Resumen: Las multinacionales, con el beneplácito de los gobiernos de turno y desde hace ya muchos años, le vienen arrebatando al país sus riquezas naturales, a la vez que generando crecientes estados de violencia que cobran numerosas víctimas. Recientemente fue asesinado el sacerdote José Reinel Restrepo Idárraga, líder en la defensa del municipio y de sus pequeños mineros.

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Diario nacional “El Tiempo” – Septiembre 13 de 2011: Bajo el titular, El pueblo conservador decidirá si acompaña una reelección de Santos, es publicada la entrevista en la que se dice: “El mismo Presidente ha expresado que aspira, en cuatro años, a realizar su programa de gobierno, y que si lo logra no presentará su nombre a la reelección, (…).”

Punto de vista de Resumen: La realidad es que, la campaña para la reelección del presidente Santos, hace rato que está en las agendas del rancio bipartidismo liberal-conservador, responsable directo de las más graves tragedias que ha padecido y padece el pueblo colombiano en los últimos setenta años. La clase dominante confía en que, con el esquema de gobierno santista, podrá “lavarle la cara” al régimen.

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Diario regional “Vanguardia Liberal” – Bucaramanga – Septiembre 14 de 2011: Teniendo como titular, Faltan 35 mil millones de pesos para alimentación de soldados, es publicada la nota de prensa que dice: “(…) la viceministra de Defensa, Yaneth Giha, insistió en la necesidad de aumentar los recursos para funcionamiento e inversión del sector defensa. (…).”

Punto de vista de Resumen: Para “justificar” la petición de más incrementos en los recursos para la “defensa”, el gobierno acudió al argumento de que: “no hay plata para alimentar a los soldados”. Sería muy bueno y saludable que el país fuese informado sobre los más gruesos renglones destinados a la guerra, especialmente en lo que tiene que ver con equipamiento, tecnología, operatividad y otros.

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Diario nacional “El Espectador” – Septiembre 15 de 2011: Titulando, “Investigan si dinero para la ola invernal terminó en campañas políticas, es publicada la nota de prensa que dice: “La Contraloría General reveló que fueron detectadas graves irregularidades en el manejo de recursos de la ola invernal por parte de alcaldes y gobernadores del país.”

Punto de vista de Resumen: Desviar para el financiamiento de campañas electorales y los bolsillos de los corruptos, recursos destinados a la emergencia invernal y a las víctimas de la misma, es realmente un hecho de crueldad y de deshumanización. Los politiqueros al servicio del sistema imperante deben responder por los delitos cometidos, siendo oportunamente juzgados, condenados y encarcelados.

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Diario regional “La República” – Bogotá – Septiembre 16 de 2011: Teniendo como titular, Hay muchos obstáculos para hacer vivienda prioritaria, es publicada información de prensa en la que se dice: “Para el sector oferente los altos precios de la tierra y el incremento acelerado de los costos de insumos para las VIP hacen que no sea rentable construirlas. (…).”

Punto de vista de Resumen: A los sectores más empobrecidos del país les ha sido y les es imposible hacerse a una vivienda modesta y propia, pues para el gobierno, las grandes constructoras y el sistema bancario, los proyectos de construcción de las llamadas viviendas de bajo costo, simple y llanamente, no son rentables. Lo que cuenta para los poderosos es el negocio y no el derecho humano.

Otros temas

Comprimidos de la semana…, en titulares

El capitán del barco uribista pretende entrar en aguas de impunidad y quemado de fusibles…

Uribe y la justicia internacional.

Revista “Semana” – Septiembre 10 de 2011

Juez de E.U., no llamará a Álvaro Uribe a declarar

Diario regional “El Colombiano” – Septiembre 12 de 2011

La Corte Suprema rechazó vincular a más víctimas en el caso de las ‘chuzadas’

Diario regional “El Nuevo Día” – Septiembre 14 de 2011

Álvaro Uribe pidió disculpas al país por nombrar a Jorge Noguera

Diario regional “El Universal” – Septiembre 15 de 2011

Crecen movimientos para la recomposición bipartidista y la reelección de Santos…

Todavía no por favor

Revista “Semana” – Septiembre 10 de 2011

Juan Manuel Santos alcanza una imagen positiva de 82%

Diario regional “El País” – Septiembre 10 de 2011

Proponen observación disciplinaria contra el Vicepresidente

Diario nacional “El Espectador” – Septiembre 15 de 2011

Exmilitantes de La U irían a reunificación del Partido Liberal y Cambio Radical

Diario nacional “El Espectador” – Septiembre 15 de 2011

¿Cuándo el gobierno hablará de planes reales para desmontar el paramilitarismo?

PNUD, preocupado por asesinatos en las ONG

Diario regional “El Heraldo” – Septiembre 10 de 2011

Redepaz pide soluciones radicales a las amenazas

Diario regional “Vanguardia Liberal” – Septiembre 11 de 2011

Preocupa alza de homicidios en Cali y bandas criminales en Colombia

Diario regional “El Universal” – Septiembre 12 de 2011

Un ministro de cuarteles

Diario regional “El Colombiano” – Septiembre 12 de 2011

Respuestas de Paquito…, el activista del pueblo…

Pregunta: ¿No le parece que hay un creciente silencio sobre el espionaje telefónico?

Respuesta: ¡Ohhh…! – Es cierto…, luego de la reciente denuncia que al respecto hizo “The Washington Pos”, solo se escucharon dos o tres comentarios para hacer desmentidos que nadie creyó-

Pregunta: ¿Será que hay interés en silenciar los vínculos de Estados Unidos con las chuzadas?

Respuesta: ¡Ahhh…! –En la embajada de Estados Unidos y en el gobierno Colombiano, el tema no les cayó muy bien que digamos. A las instancias de control en el país el caso les produjo amnesia parcial-

Breve información general

Algunos datos sobre la República de Indonesia

1.- Capital: Yakarta

2.- Superficie: 1.904.570 km².

3.- Población: 237.512.360 (2008).

4.- Taza de crecimiento: 1,18% (2008 estimado).

5.- Densidad de la población: 130 hab/km² estimado.

6.- Composición de la población: Javaneses 45%, sundaneses 14%, madureses 7,5%, malayos de la costa 7,5%, otros (350 grupos étnicos diferentes) 26%.

7.- Principales ciudades: Yakarta, Bandung, Surabaya, Medan, Palembang, Macasar, Semarang, Madang, Banjarmasin, Surakarta, Yogyakarta, Pontianak.

8.- Recursos naturales: Petróleo, estaño, gas natural, níquel, madera, bauxita, cobre, carbón, oro, plata.

Sugerencias

Visitar: www.pacocol.org: En el curso de la semana y entre otros importantes artículos y noticias, fueron publicados los así titulados: Aurelio Suárez, no firmó pacto de acatamiento de la Ley de Víctimas (Septiembre 9 de 2011) - Inicia juicio contra infantes de marina por falso positivo en Montes de María. (Septiembre 9 de 2011) - Chávez exige a Obama probar la acusación contra funcionarios venezolanos (Septiembre 10 de 2011) - En Uniatlántico paramilitarismo actúa en narices de las autoridades de la universidad (Septiembre 10 de 2011) - Testimonio de Fidel Castro: El último día de Salvador Allende (Septiembre 12 de 2011) - ¿Consolidación democrática?.-Desaparecidos Luis Eduardo Manotas y Armando Colón, abogados defensores (Septiembre 12 de 2011) - Sede del Comité Central del Partido Comunista de Chile es violentamente atacada (Septiembre 13 de 2011) - Ordenan detención de ex militar colombiano por matanza de 29 personas (Septiembre 13 de 2011) - Solidaridad con los comunistas chilenos (Septiembre 14 de 2011) - David Rabelo lleva un año encarcelado por defender los derechos humanos (Septiembre 14 de 2011) - “El Gobierno y la Guerrilla deben entender que la vía militar se agotó”: Carlos A. Lozano Guillén (Septiembre 15 de 2011) - Tercer Congreso de la Federación de Estudiantes Universitarios de Colombia FEU – Colombia. (Septiembre 15 de 2011).

Espacio para notas

El objetivo es garantizar el desarrollo y fortaleza en la lucha de los pueblos…

La movilización y lucha de las fuerzas sociales y políticas de izquierda en Chile, una vez más reconfirma lo acertado de la política de unidad de acción, la que permite organizar y avanzar partiendo de todo aquello que lleve a coincidencias, a objetivos comunes y fraternos espacios de discusión y de consolidación de la fuerza capaz de transitar, hacia la conquista de la justicia social, la democracia real y la soberanía plena. El encuentro en las calles, tribunas y muchos otros espacios del diario batallar, con participación de estudiantes, padres de familia, profesores, profesionales, funcionarios, trabajadores, indígenas, campesinos, pensionados, desempleados, subempleados y fuerzas de izquierda, patrióticas y progresistas, es el encuentro esperanzador de quienes realmente tienen interés en la lucha por un mundo mejor. La lucha del pueblo chileno, como la lucha de muchos otros pueblos en nuestra región y en el mundo, muestra también la necesidad de desarrollar y fortalecer las organizaciones políticas y sociales comprometidas con los intereses populares, con los intereses de sus representados, con los intereses de cada uno de los pueblos, garantizando así, el desarrollo progresivo de los procesos movilizadores y combativos que han sido y sin duda seguirán siendo blanco de las viejas y las nuevas maniobras utilizadas por los sectores de ultraderecha para intentar minar los procesos de unidad, organización y lucha, estigmatizando, sembrando desconfianza, golpeando la credibilidad y tratando de destruir la esperanza.

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Hay que luchar contra el olvido y la impunidad…

Se ha buscado restar gravedad y denuncia pública sobre los más de 3.000 falsos positivos documentados, es decir, sobre el asesinato de miles de jóvenes humildes que luego han sido presentados como guerrilleros muertos en combate. El enfriamiento de tan brutal realidad hace parte de mecanismos de montaje, mentira y engaño, desarrollados para proteger dentro del laberinto de la impunidad a los más encumbrados responsables, es decir, a quienes exigieron y aún siguen exigiendo resultados traducidos en muertos, a la vez que ofreciendo prebendas y ascensos a unos subalternos incapaces de pensar que, dentro las victimas en uno u otro punto de nuestra geografía, puedan encontrarse familiares o amigos. Es preciso no olvidar que la amenaza, la tortura, la masacre, el asesinato selectivo, la desaparición forzada, el desplazamiento y la judicialización y penalización de la protesta social, hacen parte de políticas desarrolladas por el imperio y la clase dominante tradicional y emergente para intentar frenar los esfuerzos de unidad, de organización y de lucha de las grandes masas populares. Es preciso no olvidar que los jóvenes asesinados son hijos de trabajadores, campesinos o desempleados, los que fueron cobardemente acribillados por el delito de ser pobres, de vivir en barriadas carentes de lo indispensable para el desarrollo normal de los núcleos familiares. Es preciso mantener la denuncia sobre los abusos de poder, las ejecutorias de terrorismo de Estado y el desplazamiento de más de cinco millones de compatriotas, impidiendo así, que nos sea negado el derecho a la vida y el de transitar los caminos de la paz con justicia social.

Final