Friday, August 7, 2009

EL RECICLAJE Y LOS CARRETEROS EN BOGOTA


"Si nos quitan el reciclaje, ¿qué nos ponemos a hacer?"


En artículo que a continuacion leeran relata una injusticia a ley armada que lleva a cabo el estado debajo de nuestras narices - lo que pasa es que se despertaron al hecho de que el reciclaje es uno de los negocios mas redondos en el mundo capitalista y ahora van a despojar a toda una comunidad de su sobrevivencia para luego formar corporaciones, o si lo logran mejor un monopolio, con capital de no se sabe donde pero si se sabe de quienes para apoderarse de las ganancias que les llegarán al tener todos los hilos atados.

NO SE PUEDE PERMITIR QUE ESTO SUCEDA el estado deberia subvencionar a los carreteros y ayudarles a formar una federación para ELLOS sin que tengan que eventualmente ser los emplados de la multi-criollo-nacional que logre el contrato del reciclaje

nchamah

* Crónica y reportaje FUENTE EL TURBION

Utilidad humana - Foto: Omar Vera
La pregunta de Mauricio Ardila, miembro de la Asociación de Carreteros de Bogotá, refleja la preocupación que tiene frente a su futuro inmediato: si, desde mediados de junio, recoger y transportar materiales reciclables se convierte en algo ilegal no podrá alimentar a su familia y enviar a sus hijos al colegio será más difícil. Él, al igual que más de 20.000 personas que viven de recoger, clasificar y transportar este tipo de residuos, se encuentra muy preocupado por la reglamentación que favorece a grandes empresas almacenistas, clasificadoras y transformadoras de materiales. A pesar de que, durante más de 40 años, los recicladores han ayudado diariamente a que retornen toneladas de materiales reciclables a la industria y le han ahorrado millones al Estado en recolección y clasificación –evitando de paso que nademos en basura–, la nueva ley dejaría sin empleo a miles de personas. Con esta medida, el gobierno, en lugar de proteger a una población vulnerable, que se rebusca la vida en la última forma legal de trabajo que le queda, termina reduciendo drásticamente la posibilidad de resolver sus necesidades básicas y privilegia de paso a otro sector de la sociedad, que cuenta de cuna con oportunidades y ventajas sobre el resto de la población. El reciclaje es una labor de la que viven miles de familias en Bogotá que, con la Ley 1259, quedarán sin el sustento que les daba un negocio que quieren acaparar las empresas privadas de aseo y grandes almacenistas, entre los que se encuentra la empresa Recursos Ecoeficiencia SA, de propiedad de los hijos del presidente. Aunque el sector mueve formalmente mueven $61.000 millones al año, estas empresas van por el dinero que se mueve en la parte informal y que le da sustento a quienes han recurrido a esta forma de vivir como última opción u oportunidad de trabajo legal, afectando también a pequeños almacenistas y transportadores de materiales que usan carros 'no convencionales'. En la actualidad, los recicladores consiguen sus ingresos dependiendo de la cantidad de material reciclable que puedan recoger y transportar. Sin embargo, los precios de los materiales no compensan el esfuerzo que se realiza al caminar durante horas para luego clasificar y vender en una bodega minorista, ya que responden al precio del material y no al trabajo desempeñado. Además, desde diciembre los precios de los materiales han bajado entre el 50% y el 80%, en algunos casos. Así, por ejemplo, el cartón pasó de $500 a $150 el kilogramo y el aluminio bajó de $5.000 a $1.500 el kilogramo. El cinismo abunda En Bogotá, a pesar de que la propia Administración Distrital reconozca que el reciclaje es un un oficio que emplea informalmente a miles de personas, que las condiciones sanitarias de Bogotá no empeoran gracias a la labor que realizan quienes se dedican a esta labor y que el relleno sanitario de Doña Juana tiene una mayor vida útil al no recibir las 900 toneladas de basura diarias que recogen diariamente, algunas empresas de aseo pretenden mostrar a la ciudadanía que el trabajo de estas personas es un problema estético y de 'convivencia ciudadana'. De esta manera, promueven mediante volantes la idea de que los recicladores riegan los desperdicios en las calles y que, por ello, la basura se debe sacar sólo cuando el carro recolector pase. El problema, no obstante, no es que quienes dependen de esta actividad se anticipen y esparzan los residuos, como quieren demostrar los beneficiarios de la nueva ley, ya que de los 20.000 recicladores que hay en la capital sólo 8.000 son indigentes y habitantes de calle. El asunto en cuestión es qué van a hacer miles de familias después de que su actividad de sustento sea ilegal y penalizada. Sin embargo, la indiferencia frente a la suerte de quienes rebuscan entre la basura una forma legal de vivir sobrepasa los verdaderos alcances e intenciones de esta ley nacional: la opinión pública no reconoce que las empresas privadas de aseo no han cumplido nunca con la labor de recoger toda la basura que se produce y reduce una labor informal, causada por la aguda crisis socio económica y política que vive el país, a la ilegalidad y la marginalidad. Los recicladores de la capital, por más de dos generaciones, han evitado que las condiciones sociales empeoren, aliviando a Bogotá de la ineficiencia de las empresas recolectoras de basura. Son, además, la base del negocio del reciclaje y, a pesar de la baja remuneración por conformar el sector informal del negocio, le han ahorrado a la industria billones de pesos. Sin embargo, antes de protegerlos y mejorar sus condiciones de vida, se les margina para captar los dineros que permiten que sobrevivan a la falta de oportunidades. El silencio sigue rondando este asunto, a pesar de que algunos periodistas y medios han expuesto el interés de Tomás y Jerónimo Uribe por acaparar el negocio. El gobierno, con esta medida, demuestra que no le interesa la situación social que viven amplias capas de la población. Al contrario, privilegia a la familia Uribe, que ahora le quita el trabajo a miles de recicladores. La medida sigue su curso y los pobres están destinados a ser más pobres, y más perseguidos. Mosquera: el Ubérrimo de Tomás y Jerónimo El negocio de Mosquera no se limita a la Zona Franca de Occidente y a la forma como se hicieron a las tierras los hijos del presidente: el gran negocio radica en las prerrogativas que obtienen estos polémicos empresarios para hacerse con el monopolio sobre el reciclaje en toda la sabana de Bogotá. Con la excención de impuestos que obtienen por ubicarse en la recién declarada zona franca, la empresa de los jóvenes Uribe podrá reciclar sin pagar impuestos y, con la ley nacional que convierte la basura en propiedad del Estado, los materiales llegarán a ellos sin que les cueste un peso gracias a las empresas de aseo. De hecho, antes de que la ley fuera efectiva, ya habían tomado medidas para acaparar el mercado, como visitar grandes empresas para pedirles que les enviaran los excedentes industriales, con la excusa de que las utilidades se repartirían en entidades sociales sin ánimo de lucro. Este periódico no pudo encontrar dichas organizaciones. Los hijos de Uribe afianzan, al igual que su padre y abuelo, un poderío económico a través de la exclusión de los más pobres, demostrando en su empresa de Mosquera lo aprendido. Mientras tanto, Mauricio Ardila, el reciclador, se pregunta: “con tanto capital que tienen, ¿qué necesidad tienen de quitarnos la comida a nosotros los pobres?”

Thursday, August 6, 2009

COLOMBIA AND THE YANKEE AIR BASES

FOR ONCE, FOR ONLY ONCE URIBE ON HIS WIRLWIND TOUR TO SOME COUNTRIES IN LATIN AMERICA IS GETTING CLOSE TO THE CRUX OF THE MATTER.
The first and primary target are the insurgent groups and since there is only one currently on campaigns, because the ELN is not, then this leaves the FARC. Some sections, not all of both groups have had intense rivalry, and for this reason there are no accords between them.
This call to arms by the ELN and a rapprochement with the FARC is surprising and more interesting than the content of its missive about attacks to Venezuela. Do not doubt that there will be intense bombing of the areas controlled by the insurgency, civil population notwithstanding.

In short the air bases are not aimed at Venezuela the state, as countless analysts from have suggested. Their presence has initially negotiated with Bush, what has changed is the speed and brazenness with which they have announced an increase in the number of bases originally agreed to.

Look the US could have invaded Cuba, if it chose to many years ago, but it did not. It would not seem even militarily expedient to attack Venezuela for what, militarily speaking of course? Venezuela still supplies the US with gold and both parties seem to be happy in this regard.

This said, OIL may be another key factor, as it was on the war on Irak. What is at stake is the protection of an intensification of the drilling and mining industries which happen to be on the Ecuadorean and Venezuelan border with Colombia. And these the US will fight for.

Another factor, strategically speaking the US had no land base for the flights of the aircraft of the fourth fleet which was launched into the Caribbean a year ago. So now the US has a land base and the necessary naval force in the Caribbean and there is no count on how many mercenaries are in Colombia.

I seem to recall that Venezuela closed its airspace to the US military quite a long time ago, but it still allows Colombian air force, following the usual protocols, to fly over its territory, however, what happens next in this regard, in the sense of an increase in flights will indicate whether in fact Venezuela believes that the bases, now fully operated by Colombian mercenaries have their sights on Venezuela.

nchamah