Sunday, January 13, 2013

CARTA AL CMTE PRESIDENTE HUGO CHAVEZ FRIAS

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Comandante Hugo me dirijo a Vd. en capacidad sencilla de hermana mayor.

¿Por quién llora mi corazón en estos momentos? Por el pueblo de la República Bolivariana de Venezuela.  Ese pueblo le ha amado a Vd. con toda sinceridad y hoy al verles, sus circunstancias me hacen recordar las palabras de otro gran hombre de la historia a quien se le atribuyen las siguientes palabras “no lloréis por mi sino por vuestros hijos.”

No tengo que ser médica para saber que en estos momentos Vd. padece de   intenso dolor y sufrimiento. Es mas,  su caso tiene una semejanza casi escalofriante a aquel de una de mis parientas.  Ella si era médica y con un grado de militar de командарм –  o sea un rango mas elevado que coronel en el ejército de los Soviets. Durante los últimos años de su vida padeció de un cáncer en el pelvis, en su caso cáncer de los huesos cuya sintomática es muy parecida a la suya: tuvieron que hacerle tres cirugías, las dos últimas intensivas de reconstrucción a raíz de la metástasis, y cada una se complicaba mas que la anterior, por motivo de la baja respuesta del sistema inmunológico causado por la enfermedad, y luego debido a las drogas oncológicas y quimioterapia. A medida que sufría complicaciones pulmonarias no se podía continuar con estas drogas,  lo que dio lugar al crecimiento de nuevas células carcinógenas.   Mujer valiente que fue, rehusó una ultima cirugía o que le administraran morfina, deseando estar lúcida hasta el último momento y a sabiendas que moriría en intenso dolor.

Pero esto no quiere decir que todos los que padecen de estos tipos de cáncer tienen una sentencia de muerte, es mas,  hay quienes se han recuperado, pero necesariamente tuvieron que dedicarse completamente a la curación de su cuerpo y alejarse de la locura de las muchedumbres. O sea, en estos momentos su único deber es  buscar el camino de  su recuperación. Claro, se dice que el poder es un afrodisíaco, pero este no es el trago para Vd. en estos momentos cruciales. 

Echo un paso atrás y veo como en estos a Vd. lo tratan cual objeto.  No sabe como me duele ver que sus seguidores exigen que Vd. vuela al poder pero,  ya, sin considerar la posibilidad que Vd. padece de dolores inaguantables.  Y, en lo que se refiere a sus enemigos y la oposición,  estos sinvergüenzas bellacos no esconden su canibalismo y  se le lanzan sobre un ser humano herido.


¿Sabe? En estos momentos de la única persona que me fío, porque tiene en mente sus intereses como ser humano,  es su hija quien bien suplicó a todos que le dieran a Vd. su distancia y espacio propio como ser humano.  Entiendo que los demás actúan motivados por su conveniencia  y sobrevivencia política, ya sean amigos o enemigos.

Realmente el milagro que pido, dadas sus circunstancias, es que estas sean el eje motivador para la aceptación colectiva de las responsabilidades políticas con el fin de seguir construyendo un futuro socialista – ya se llegó la hora de madurez de la Revolución Bolivariana. ¿Qué lecciones aprendimos bajo su mando? Bajo su liderazgo los Venezolanos Bolivarianos reclamaron su soberanía y aprendieron a abstenerse de tendencias hacia la fragmentación, el divisionismo, las calumnias y difamaciones de capa y espada, y muchos se sobrepusieron a las practicas nefastas de la corrupción del pragmatismo y oportunismo político para lograr un bien colectivo mayor.  Bien hizo Vd. al alejarse  de  quienes  se corrompieron ante la mega tesorería de una economía basada en hidrocarburos.  Afortunadamente a Vd. lo acompañaron muchas mujeres y hombres honestos que le han plegado su vida a la revolución Bolivariana, y es precisamente a cuestas de estos individuos valientes que se llega a esta transición, ya sea con Vd. ( a su regreso trans su sanación) o con un líder nuevo quien haga realidad el sueño socialista Bolivariano, tal como lo hizo Vd.

Por último,  pero no menos importante, sinceros agradecimientos por su apoyo y ayuda con las conversaciones de Paz para Colombia.



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