Thursday, June 16, 2011

PARTE CUARTA Preguntas para el comandante Chávez, el 15-M y la Izquierda en general


Revueltas colonizadas y geopotica de las alteridades rebeldes

POR CARLOS ALBERTO RUIZ

En REBELION


Aunque atrás expresé la necesidad de sobrepasar el problema de la simple designación o fijación nominal, ratifico que es inevitable distinguir, demarcar, clarificar. No hacerlo es quedar atrapado en al expansión ignominiosa que el sistema sabe sortear muy bien desde hace siglos, poniéndonos a jugar con sus dados. Haciendo que la servidumbre, de la voluntaria a la que se refirió Etiénne de La Boétie, a la de la sumisión liberal de que trata Jean-Léon Beauvois, lo tiránico y anti-social, el capitalismo y su restauración como destino, se confunda y tergiverse con lo que guarda un potencial emancipatorio en las vertientes de sus reconstrucciones y nuevos itinerarios.

De esa especie, de lo eficazmente simulador, saben quienes han buscado por ejemplo que un paramilitar sea tratado como delincuente político, y que un rebelde sea tratado como terrorista. Colombia ha sido laboratorio de esa inversión y de esa falsa simetría, reproducida de algún modo ahora, cuando Venezuela pone con pragmatismo y sin miramientos en el mismo listón a insurgentes que entrega a cambio de narcotraficantes (ver el caso de Walid Makled). Por eso dudamos de si entre Uribe y Chávez el vencedor es este último, el presidente bolivariano de Venezuela, quien ha terminado - contra su propia figura revolucionaria - cediendo a la operación ideológica del fascismo y el imperialismo, resultado que hace años hubiera sido impensable. Porque todavía el comandante Chávez considera rebeldes a los miembros de la insurgencia colombiana

¿por qué los entrega como “terroristas”? Hay otras soluciones, no definitivas, pero sí otras puertas, que no son las de las celdas de un Estado terrorista, sino las de una suerte de concordancias éticas, históricas y políticas para el diálogo sobre las opciones de la Izquierda.

Por esa razón, cuando ellos/as se rebelan, en Túnez o en Palestina, nosotros/as existimos. Cuando ellos/as resisten, nos emplazan, nos interpelan, nos obligan. No a callar, no a dejar de preguntarles por su lucha, por sus medios, por sus fines, por sus prácticas y sus relatos, por sus errores y sus rectificaciones, por sus desvaríos y sus razones. Ellos/as se rebelan y nos revelan. Como deudores, por lo ya hecho y dejado de hacer, y también como posibles compañeros y compañeras de viaje. Si fuésemos capaces de comenzar a romper en algo esas ataduras perversas impuestas y aprobadas, que nos hacen mandar a cárceles a rebeldes, como lo ha hecho con incoherencia el gobierno de Venezuela, esas mismas ataduras que nos hacen despreciar a otros-as que han bregado a su manera contra un sistema de muerte; si fuésemos más nosotros/as

mismos/as y menos la inevitable convivencia con una derecha siniestra; si fuésemos más la emoción del ideal y menos el hombre mediocre12 moldeado por un entorno hipócrita, estaríamos en posibilidades de dar-nos aliento responsablemente, desde Túnez hasta España, desde Honduras hasta Bogotá, en la descolonización de nuestras rebeliones, que aunque están forjándose en el planeta desde años y décadas atrás, deben batallar más juntas que nunca, para lograr ser semillas del socialismo y límites de humanidad ante la depredación global capitalista y sus reformas o regulación.

Si bien muchos de los elementos que han caracterizado las revueltas actuales, en 2011, no se refieren a la lucha por el socialismo, que es lo que define ser de Izquierda, sí existen enunciados fundamentales en ellas que no excluyen sino que incorporan y dinamizan la masa crítica acumulada desde las tradiciones y los quiebres de la Izquierda para la construcción de la democracia, aún tributando a los códigos del liberalismo y a sus tipos de representación, pero tramando o surtiendo, con derecho, las transiciones o los éxodos hacia la producción de relaciones superiores, de emancipación, de igualdad, de fraternidad, de libertad, de justicia.

Hacer en ese contexto una exhortación al reconocimiento de los seres humanos rebeldes; de las mujeres y hombres, de los pueblos y colectivos resistentes; de las alteridades no dóciles sino de quienes se han indignado antes que nosotros-as en otros lugares; que se han rebelado no desde este año sino desde tiempo atrás; de quienes vienen luchando en peores condiciones que las nuestras por un mundo mejor para todas y todos; hacer esa exhortación en búsqueda de las otras alteridades rebeldes, el principio dsimilia similibus aplicado como encuentro con el semejante para desembrozar el camino, es transitarlo pese a estar minado y sucio por las cuestiones prohibidas, como la referidas a la necesaria interposición material, no violenta o con alguna escala de coacción, léase sabotaje, por ejemplo, a las lógicas de funcionamiento del capital, de su seguridad y de su espectáculo. Por eso tiene sentido tomar/recuperar una plaza, una fábrica, interferir con actividades económicas de agiotistas, impedir los desalojos, bloquear la rutina de la banca o irrumpir en las sesiones y en la marcha de una normalización perversa de instituciones donde se deciden planes anti-sociales. El sistema ha propagado para su mantenimiento las instrucciones de cierres epistemológicos, éticos y políticos, que se sintetizan en no preguntar qué acontece y por qué se lucha, incluso también violentamente, contra un orden de violencia institucional, estructural y sistémica.

En consecuencia, hacer la pregunta hoy por la rebelión, es hacer la pregunta no sólo por la historia del otro o de la otra, por los límites a la opresión que la otredad expresa; es hacer la pregunta por nosotros, por el ecosistema donde está inscrita nuestra próxima, familiar, cercana, propia, local y distinguida rebelión, que creemos aséptica o no contaminada de coerciones. No hacerla nos lleva a creernos los referentes, los únicos y el universo, la singularidad elegida, es decir a imbuirnos del mesianismo que hemos rechazado. Y tomar de acuerdo a ese pensamiento las decisiones correspondientes: desdeñando, incomunicando, entregando, minimizando al otro rebelde, a la otra rebelde.

5. Las re v ue l tas c o l o ni z adas y una g e o po l í ti c a de l as al te ri dade s re be l de s .

Ante lo que parecen hechos de rebelión ya controlados en el Magreb o ante el intento de ser colonizados exitosamente por las potencias de Occidente que acuden a la vieja combinación o armonización de medios políticos, económicos, mediáticos, militares y diplomáticos, nos queda pensar y actuar sobre las comunes tareas sin postergar ni marginar las obvias diferencias que hay entre una situación como la de Túnez o Egipto, la que se vive en el caso libio con la acción criminal de la OTAN, que ya ha dejado centenares de civiles víctimas del “fuego amigo, o la que se vive en otras regiones del mundo, como América Latina, y particularmente en Colombia, donde también se lucha de diversos modos como expresión de ese derecho y obligación que es la rebelión ante la injusticia.

Pensar y actuar transformando el mundo - es lo que pretendo debatir - no puede hacerse equiparando a los rebeldes con quienes no lo son, diluyendo así en la negación y en el negacionismo las luchas e identidades de quienes son sufrientes por una lógica de opresión que nos reestablece la equiparación posible entre quienes sojuzgan a los pueblos de diferentes maneras y en contextos disímiles. Por eso nos desconcierta el apoyo a Gadafi y a Santos dado por un gobierno revolucionario como el de Venezuela; por eso nos duele que las rabias legítimas que pudieron y pueden todavía producir cambios importantes en sociedades hartas de indolencia, dominadas por autócratas que se han enriquecido con sus familias, esas rebeliones como las de Túnez, que sacuden al mundo de sus normalidades suicidas, no se hayan sabido no sólo distinguir sino acompañar, al menos guardando prudente distancia de personajes como Santos que continúa una política neoliberal y guerrerista, o de esos sátrapas en Oriente Próximo y África, que traicionaron aspiraciones de descolonización, autodeterminación e independencia, como es el caso de gran parte del concierto árabe.

La Izquierda debe recobrar una retrospectiva para ganar perspectiva. Un ejemplo para la recomposición de un accionar político alternativo, nos lo proporciona T. E. Lawrence, el del mito de Lawrence de Arabia, un texto suyo no sólo pertinente sino alentador, el libro “Guerrilla13, que nos remueve como una ráfaga de viento en esta creciente tempestad

que es el mundo tras los vientos sembrados por la felonía capitalista. Como sabemos, él se refiere a la guerra irregular, basado en su participación en la experiencia de las revueltas árabes contra los turcos entre 1916 y 1918, las cuales estuvieron promovidas también con dirección imperial, y colonizadas por las necesidades y negociaciones de la metrópoli, para ser usadas y destruidas, dando lugar a formas de despotismo de elites corruptas instaladas en la misma lógica de la vieja Europa, que en el Siglo XX transfirió y otorgó en general patente de corso a esas castas no aborrecibles sino socias, al frente de países proveedores de recursos claves como el petróleo. Una región en la que los nuevos núcleos imperiales lograron luego derrumbar aspiraciones de integración, como el Panarabismo relativamente las recogió fuera del marco estricto del dominio occidental, quedando en el regazo de los intereses de USA.

De esa comprobación de casi un siglo que se halla en las páginas de Lawrence, o del pasado más reciente de tutelaje estadounidense, debe ya obtenerse una lección, pues se refiere a lo que hoy mismo sucede en 2011 en parte de esos países, en los que la perorata y el sostén de Occidente logró que se satanizara a medias lo que todavía era un

aliado a medias, para dar el beneplácito a las revueltas imparables, gracias además al apoyo de sectores de los ejércitos, siempre y cuando fueran “pacíficas” y no cundiera el mal ejemplo, o fuera alguna, como la de Libia, en algún grado violenta, pero no contra los intereses de Occidente, para hacerla útil o aprovechable.

De ese tipo de maniobras envolventes, que colonizan los procesos insurgentes, pero que lo hacen a más largo plazo y no de manera inmediata, es la que tiene lugar en medida incipiente pero peligrosa, respecto de la utilización de fuerzas revolucionarias como las de Venezuela en el engranaje que Colombia y USA activan para la captura, amedrentamiento, aislamiento, represión y derrota de los que son efectivamente miembros de la guerrilla colombiana o simpatizan con sus posiciones y demandas. Son formas de colonización por la vía de presiones inconfesables, no reconocidas, de pactos pragmáticos, en los que las revueltas, las rebeliones, los procesos de cambio revolucionario que tienen grandes tareas por hacer, desde Estados y redes, desde movimientos y organizaciones de base, desvían sus energías y tuercen parte de sus compromisos éticos. “La internacional del crimen”, como la llamó Che Guevara, vuelve a colonizar, recupera así terreno, realiza avances estratégicos en regiones y países que todavía no necesita invadir directa o abiertamente, blindándose con encajes y resoluciones de derecho policial, como las que hace cumplir a Venezuela para la entrega de rebeldes colombianas-os.

Los centros de poder de esa “internacional” convalidan el pacifismo pero no tienen reparos en traspasarlo manteniendo su discurso agregado al de la seguridad y la defensa de los derechos humanos, con la OTAN por delante. Por esa razón también aprueban la “rebelión”, como en Libia o Siria, siempre y cuando puedan colonizarla o gobernarla, mientras ponen a suscribir el expediente o recurso de la llamada política “anti- terrorista”, tramoya en la que insólitamente cae y se le asigna un papel al presidente Chávez. No importa que sea inconexo o distante de esos hechos y que sea para casos puntuales. El impacto de ese cambio en los imaginarios de la Izquierda es brutal. De nuevo, se articula ahí, bajo el pretexto de la lucha contra el “terrorismo”, gran parte de lo que codician alinear o enfilar en su disciplina. Esta política pragmática, probada una vez, resulta por obligación frecuentada: necesaria de ser ratificada. Hay una constante prueba de fidelidad. Al decir que una vez ¿por qué no decir más veces lo mismo? La contención triunfa en la continuidad de un apremio que además tiene la rúbrica jurídica de una orden de captura. La reedición del colonialismo es patente.

Así como el capitalismo hace del desastre y la destrucción jugosos negocios, obteniendo ganancia de la hecatombe, del dolor y la necesidad extrema; así como los mismos que han generado devastación se hacen ricos con la furia de la naturaleza que se rebela violentamente, sacando partido a la catástrofe medioambiental, de manera semejante coloniza las rebeliones que surgen contra parte de las lógicas y estructuras que sustentan ese capitalismo. Finalmente coopta, invierte, rompe y corrompe, neutralizando fuerzas de oposición.

La histórica tarea de descolonizar-se en el ejercicio de la rebeldía contra un orden injusto, enfrentando los factores que produce el enemigo y lo mantienen en el poder, no se hace sin emprender una reflexión y una acción al interior del campo de la Izquierda

global. Es la mitad del panorama de los retos por asumir, para acometer la descolonización de nuestras rebeliones, colonizadas por valores de culturas que también la Izquierda porta, no sólo de vanguardismo dañino sino de competencia nefasta, de lo cual debe librarse mediante el testimonio y la práctica de una ética de la alteridad en general, que no aparta sino que prescribe ya la correspondencia con la otra y el otro que lucha.

Una explosión en cámara lenta como es el 15-M, con su gran repercusión, no puede ensombrecer que desde décadas atrás en el Sur global mujeres y hombres se han alzado exponiendo lo poco que se tiene y el todo, precisamente mientras en el Norte global se carecía generalmente del ímpetu necesario y de la vergüenza como provisiones para el viaje y la construcción de la dignidad humana. Nosotros, en el Norte, acostumbrados y aleccionados para asociar a pueblos enteros con pasadizos de mercado y vasallaje, nos íbamos convirtiendo imperturbablemente exactamente en eso: en mercancías y esclavos, alardeando de una democracia hecha precisamente a base de que sea gozada como ficción y privilegio, o sea falsa, y de que también para otros pueblos cueste y no abunde. Tanto en los países árabes en 2011 en revuelta contra opresiones, como en Madrid y probablemente en otros lunares del planeta, ha sido afirmado, y seguirá siéndolo en las palabras y en hechos no del todo consumados, un cierto mandato que convierte a los de arriba, a políticos y empresarios, no en mandatarios sino en sobrantes y prófugos: los devela como los corruptos que son. Con muchos obstáculos y errores, pero también con entereza, eso mismo ha sido el grito de décadas atrás en otros procesos de lucha. Demuestran la vida de la utopía y su praxis, aunque se esté muy lejos de producir no sólo relaciones de fuerza sino de naturaleza más elevada que les desaloje del poder a los neoliberales y sus séquitos.

Por eso, si una “geopolítica de las emociones” tiene aparente lugar, como lo ha señalado en su libro Dominique Moïsi, en el contraste del haber subjetivo que se extiende como miedo (más en USA y Europa), humillación (más en países árabes) y esperanza (Moïsi señala a China e India), configurando esquemáticamente en el mapamundi ciertas regiones y tendencias que en realidad son planetarias y tienen cabida en todas las sociedades, quizá también deba hablarse cada vez más, desde la Izquierda, de una g e o po l í ti c a de l as al te ri dade s re be l de s , que no sólo integra los viejos vectores del análisis geopolítico para la crítica de sus fronteras funcionales, sino los nuevos estadios y la consecuente ruptura de esas fronteras, que van dando o podrían dar posibilidades a la formulación de acciones en otra lógica - global/internacionalista - para confrontar el capitalismo y sus crisis, crisis que son nuestras por que nos despojan y nos matan.

Esa geopolítica de la rebelión debe hacer pensar a los sujetos de las revueltas, a sus dirigentes/as, en sus diversas dimensiones. Si bien es cierto el 15-M, por ejemplo, se centra en cuestiones atinentes a la política y la economía en el ámbito del Estado español, y no está en la condensación de sus demandas el reconocimiento urgente y coherente de otras luchas en otros continentes, en pos de una solidaridad materializada en sinergias (como sería la protesta y otras acciones ante empresas españolas por el saqueo que hacen de recursos de los pueblos latinoamericanos o africanos), esta expresión social podría plantearse otros alcances, más tarde o más temprano, que la definan en su camino ante otras/otros sufrientes que se indignan, que se movilizan, que resisten, crean y luchan.

Atrás hemos dicho que ser pacifistas en un mundo de violencias como la del hambre que condena a más de mil millones de personas diariamente, no debe ser de ninguna manera un requisito para el respeto y el razonamiento sobre las alternativas entre las fuerzas de Izquierda. También que la pregunta que debe nacer con el diálogo debe referirse a la opresión, a las injusticias que matan, y por supuesto también a la identificación de las responsabilidades, de las estructuras y lógicas que producen sufrimiento. Si la rebelión es la afirmación de unos límites ante lo que nos despoja, agregamos que esa misma ética de los límites, y no otra, es la que nos debe hacer preguntar por los ensayos, por las formas de lucha que se han intentado antes del último grito, para que la rebelión responda sobre los límites que asume, en sus medios y fines. A la rebelión le debemos ser esta humanidad pensante con capacidad de indignarse. Esa misma rebelión que nos lega un sentido en la vergüenza, es la que mujeres y hombres vuelven a labrar independientemente de los cálculos de conveniencia, eficacia y eficiencia. Quizá fracasen y se repita la historia del recomienzo que Albert Camus nos describe en “El mito de Sísifo”. Lo cierto es que ellos-as al menos lo intentan. Interpelando al mundo, a la historia, a nuestra propia condición humana.

Tal encuentro de alteridades rebeldes no puede tampoco idealizarse y sublimarse. Es conflictivo, pero en una dimensión substancialmente distinta a la del combate con el enemigo. Nos lo marcan diversos problemas, no sólo de historia y condiciones de la insurrección, de fuente cultural y cosmovisiones, sino la mecánica, la forma de organización, la disciplina impuesta o por el contrario de auto-constitución rebelde desde el ser sufriente en concreto hasta el plural de los indignados. Son múltiples y variados los contrastes, pero posibles de ser abordados. Pasando a la realidad y a la metáfora de la confrontación contra el sistema de opresión, significa que todavía muchas de las experiencias permanecerán bajo el pensamiento clásico de acumulación de fuerzas, de regularización, del tránsito de lo que conocemos como “guerra de guerrillas” a otra fase (esto puede todavía leerse literal y no sólo simbólicamente de situaciones como la colombiana, aunque evidentemente se registran cambios). De modo bien diferente, el 15-M y otras expresiones en alza, modifican las pautas y conciben otra estrategia, más con “acciones de profundidad” en la denominada “geometría de la revuelta”: La victoria se debe sobre todo a una acción intelectiva, a un cambio arbitrario de perspectiva, que no desafía la fuerza del enemigo, sino que la hace vana, la sortea y la vuelve inútil14. Esta posibilidad de encuentro de prácticas y teorías, debe no

obstante cultivarse, trabajarse, como respuesta ética y política, descolonizando las rebeliones, proceso en el cual el enemigo podrá perder sus coordenadas, porque se le impone desde los de abajo otro mapa, otra geopolítica, que primero deberemos asumir nosotros-as.

Así, vuelve a tener razón un planteamiento “de sustracción” que paradójicamente acuñó Lawrence, un colonizador-descolonizador. Nos quedan las proposiciones referidas a la movilidad más que a la fuerza, a la desorientación del enemigo, a la no-batalla, al ahorro de fuerzas y su dislocación, el contagio de las ideas de dignidad personal y colectiva, la invisibilidad, a la irregularidad, a la guerrilla nómada y diversa, de pensamiento y acción transformadora, de auto-contención y auto-constitución, de éxodo y creatividad,

de mutación social, de autonomía, de asalto, de emboscada, de poblamiento heterogéneo, por redes comunicativas no controlables por el adversario, con narraciones alternativas, erosionando así un sistema enemigo. Todo ello aplicado también a la acción política, social y cultural contra el opresor. Del que Che habló y al que combatió, hasta las últimas consecuencias, como lo hizo también Camilo Torres Restrepo. Encarnan la ética de la alteridad a la que se refiere Enrique Dussel. Si un 15-M nos traduce un huracán de nuevas expresiones entre los fenómenos globales, si las revueltas árabes de 2011 nos indican un devenir que conjuga modelos, Guevara sigue iluminando, no sólo al señalar la rendición de cuentas del rebelde a mismo, sino un esfuerzo intelectual y moral de crítica y auto-crítica, frente a la injusticia y frente al imperialismo.

Quienes terminan hoy la acampada del 15-M (que pienso es ampliamente de Izquierda) y saben que reemprenderán y transformarán acciones políticas, sociales, culturales, de ruptura, tránsito y migración, para que una nueva Izquierda sea más en la confrontación ante el ascendente fascismo que nos circunda, local y globalmente; para que sea más y más allá de las inscripciones mutiladoras, reconocerán también la emergencia y la insurgencia de unas éticas de convergencia que nos vienen forzosamente del pasado de unas rebeliones inconclusas, que ponen de presente la posibilidad del encuentro y del diálogo, sin menosprecio entre militancias y no militancias, sin enaltecimiento, sin adhesión, preguntándonos por los humanos orígenes de la indignación y de las resistencias.

6. Pro te s ta / pro pue s ta: v o l v e r s o bre l o s di ál o g o s de paz y l a

D e c l arac i ó n de l o s D e re c ho s de l o s Pue bl o s .

La protesta está hecha. Dejada sobre la mesa. Cientos y cientos de colectivos, de organizaciones sociales, de movimientos políticos, de intelectuales, en América y todo el mundo15, han refutado con serios argumentos y con gran sensibilidad, las decisiones que el comandante Chávez ha tomado con su equipo de gobierno, respecto a la entrega

de rebeldes colombianos, conforme a la petición hecha por Juan Manuel Santos, al frente de un Estado y una elite política y económica que ha cometido genocidio. Cerca

de una decena de personas han sido tratadas como mercancía de cambio en los últimos

meses, en desarrollo de unos pactos entre organismos y servicios de inteligencia de ambos países. En tanto luchadores políticos que han enfrentado un régimen como el colombiano, quizá tenían asumidas dolorosas consecuencias de su actuar consecuente. Quisiéramos no ahondar más acá en ello, conscientes que todavía las cosas pueden ir peor. Que Venezuela podría causar más daño. Tenemos en esa tendencia ya no sólo las posibilidades decadentes de un realismo político, de un pragmatismo demoledor de principios, sino un cambio cardinal. Nos resistimos a ese destino, confiados en que la Revolución Bolivariana podrá rectificar, rectificarse en estos asuntos, tanto como en su mirada hacia las revueltas en otras latitudes.

Sin dejar de defender los avances revolucionarios y repeler las agresiones de un modo inteligente y responsable en la lógica de un realismo no humillante, es coherente la apuesta idealista y ética por los pueblos, por sus derroteros y derrotas, más que colocarse del lado de los opresores y sus triunfos, sean del corte de Gadafi o de Santos, apenas figuras de lógicas más terribles. Tratándose de Colombia, siendo el presidente de un país en guerra, que debe resolverla sin implicar suciamente a otros, Venezuela debe ponerle límite a la hábil pretensión de Santos. Debe entonces enmendar. Su papel no debe ser cumplir labores represivas sino recuperar un patrimonio moral digno del legado de Bolívar. Habiendo dejado estancada su visión generosa que mantuvo hasta hace un año, sobre una salida política negociada al conflicto social, político y armado, conflicto bélico interno que incluso ha sido reconocido de forma directa por Santos, debe el comandante Chávez descifrar esa maniobra envolvente que dictada desde USA y ejecutada desde Bogotá, le pone y le desgasta en un rol de guardián “anti-terrorista”.

En muchos ejemplos, como Che Guevara, como Cuba, nos basamos para abogar por el reconocimiento del otro que sufre, de la otra que sufre, del indignado que se levanta, del rebelde que se forja con derecho y que nos da sentido. Esa ética de las alteridades rebeldes que nos demandan cesiones no deshonrosas y más allá nuevas construcciones comunes dentro de la Izquierda, pero no la renuncia a la rebelión, esa ética es la que se ha tejido por siglos y mientras haya aliento seguirá transformando la vida.

En ese camino de alteridades rebeldes, Venezuela no se quedó sola. Halló a Cuba (que también enfrenta una encrucijada entre las necesidades de un realismo y una revolución por ideales socialistas que son su valor en este mundo) y fueron forjando otra geopolítica, de la esperanza, con otros procesos que toparon desde hace tiempo y que han acompañado en diferentes sendas. No fueron apuestas de casino, sino todavía más inciertas. Fueron jornadas de hazañas que se mantienen contra la inclemencia de la opresión. Liberadoras pero también peligrosamente colonizadas, esas luchas de emancipación deben también ser humildes, y reparar.

Se precisa no entregar más rebeldes al Estado colombiano para no hacerlos rehenes, para que no sean allí castigados por luchar, los cuales deben asumir a su vez límites, más ante un país como Venezuela que vive una incesante agresión interna y externa. Pérez Becerra, refugiado entregado ilegalmente por Venezuela al país de donde tuvo que escapar para que no lo mataran, no es un terrorista. No llevaba ni un alfiler. Es un periodista. Julián Conrado, quien tampoco es un terrorista, estaba desarmado, como otros guerrilleros que igualmente han depuesto las armas en territorio venezolano, siendo aplicable cabalmente a ellos instituciones de derecho internacional y mecanismos de neutralización y protección derivados del asilo territorial. Por lo tanto se requiere ser capaces de decir ¡no! desde la Revolución Bolivariana, ¡no! a todo lo que pide Santos y Obama, para no renunciar a eso que nos da dignidad y sustento en actuales y futuros procesos de indignación, constituyentes a su vez de nuevos bríos e iniciativas.

Puede rectificar con grandeza. Para ello, puede volver a considerar, como lo hizo en

2008, el tácito o explícito reconocimiento de la insurgencia colombiana como fuerza

beligerante. Lo que no tiene escapatoria es el reconocimiento de fuerza contendiente, conforme al lenguaje y conceptos del derecho de los conflictos armados, una vez reconocido expresa o manifiestamente por el gobierno Santos, sin vuelta atrás, que hay un conflicto armado en Colombia. Debe Venezuela no ser “más papista que el Papa”. En lugar de servir a la falaz lucha “anti-terrorista” y sus listas, otrora condenadas por Chávez; en lugar de mezclarse con una represión penal indecorosa, reforzando la

criminalización de la oposición y de las víctimas del terrorismo de Estado, debe acoger y aplicar los convenios internacionales de derechos humanos y derecho humanitario, los cuales le obligan no sólo en el nivel jurídico que la juridicidad venezolana fusiona, sino en los planos ético y político. Esto lo puede potenciar convocando, incluso con el gobierno colombiano, o sin su aval, una conferencia sobre la humanización del conflicto y la construcción de la paz, con valientes redes como Colombianas y Colombianos por la Paz, reconocido grupo interlocutor que desarrolla un intercambio epistolar y propuestas con la insurgencia para la regulación o limitación de la confrontación armada y para trabajar por una salida política basada en la justicia.

En un ámbito global, el gobierno de Venezuela, junto con la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, ALBA, y otros nodos regionales y globales, como Vía Campesina, puede y debería recordar esfuerzos y referentes como la Declaración de los Derechos de los Pueblos (Argel, 1976)16. 35 años después de este instrumento del pensamiento progresista mundial, en tiempos de bifurcaciones de la descolonización y la lucha por la autodeterminación de los pueblos, hace falta que se repiensen tareas, que se recojan enunciados de liberación y respeto a los procesos de paz y justicia en el

concierto global de una crisis, no sólo económica, sino ecosocial y de civilización.

Ninguna razón de alianzas tácticas o giros coyunturales para hipotéticas colaboraciones con quienes ejercen la dictadura del despojo guerrerista y neoliberal, puede hacernos desistir de un grito de rebeldía e indignación que es también el del llamado fraterno para tejer otra ética y otra geopolítica. La ética que nos descoloniza y la geopolítica de las alteridades rebeldes. De las luchas de otros y otras que debemos reconocer y no escupir, porque nos necesitamos para ser. Las luchas de quienes siendo otros-as se rebelan con y como nosotros-as. Las luchas de otras-os que nos dan sentido.

Che Guevara podía haber callado, y no lo hizo, por ejemplo sobre los crímenes europeos en África. Dijo: hay que esclarecer que no solamente en relaciones en las cuales están imputados Estados soberanos, los conceptos sobre la coexistencia pafica deben ser bien definidos. Como marxistas, hemos mantenido que la coexistencia pafica ente naciones no engloba la coexistencia entre explotadores y explotados, entre opresores y oprimidos. Es, además, un principio proclamado en el seno de esta Organización, el derecho a la plena independencia contra todas las formas de opresión colonial. Por eso, expresamos nuestra solidaridad hacia los pueblos (… ) Nuestros ojos libres se abren hoy a nuevos horizontes y son capaces de ver lo que ayer nuestra condición de esclavos coloniales nos impedía observar; que la «civilización occidenta

esconde bajo su vistosa fachada un cuadro de hienas y chacales17.

Para cerrar, para levantar esta acampada de palabras, no nos basamos hoy ya más en el Che. Nos basamos en lo que recientemente hemos escuchado, en lo dicho que hace honor de un compromiso revolucionario en el que todavía muchos creemos, en tanto se rectifique la injusticia cometida y se siga combatiendo al imperialismo, al Imperio en todas sus estrategias, incluidas las policivas y militares, con las que busca fracturar la confianza entre las resistencias que construyen las cualidades del socialismo. Afirmaba el comandante Chávez tres días antes de la captura y posterior entrega ilegal de Pérez Becerra, hoy preso en una cárcel colombiana:

los enemigos de la felicidad colectiva no descansan en ensayar estrategias para debilitarnos y, finalmente, tratar de destruirnos / A yer el imperio español, hoy el imperio yanqui con sus formas hegemónicas de ejercer el poder, se ubican en un extremo de la historia; en el otro, los pueblos que no descansaremos hasta conquistar nuestra Independencia definitiva y ver realizado un mundo de justicia, paz e igualdad. Por eso mismo, lo digo con Bolívar, debemos triunfar por el camino de la Revolución y no por otro / En medio de este urgente debate, en el que se inscribe el espíritu de este Congreso, está echada la suerte de nuestros pueblos que no les queda otro sendero que aquel de la resistencia permanente y la creación heroica para tener Patrias verdaderas. A vamos enlazadas, Cuba y V enezuela: de allí la alegría compartida y la esperanza común que nos hermanan; de allí nuestro respaldo al heroico pueblo que, como pocos pueblos en la historia, ha demostrado la valentía imprescindible que se requiere cuando

el destino está cifrado en la libertad18.

Nos quedamos con este testimonio de esperanza surgida de la obra iniciada y de la ética de la posible reparación, de la fraterna y mutua corrección, de la alteridad de las rebeliones, sin la cual no podrán construirse más amplias éticas y utopías del bien común de la humanidad.

1 Las revoluciones árabes y la política de bloques (06-04-2011). http://www.rebelion.org/noticia.php125764

2 El mundo árabe y la intervención occidental (21-04-2011). http://www.rebelion.org/noticia.php?id=126837

3 http://www.rebelion.org/noticia.php?id=127303. Señala Kohan: Lo que pasó tiene un nombre preciso: Razón de Estado”. El predominio impiadoso de supuestos “intereses geoestratégicos que el común de la gente, supuestamente, no comprende, pero que habría que privilegiar, aun violando los principios revolucionarios y solidarios más elementales”.

4 Ver http://www.youtube.com/watch?v=V64IiB2Kbc4&feature=player_embedded y http://www.jornada.unam.mx/2008/01/12/index.php?section=mundo&article=022n1mun

5 www.eltiempo.com / 23 de mayo de 2011

6 http://www.eltiempo.com/mundo/latinoamerica/ARTICULO-WEB-NEW_NOTA_INTERIOR-9526164.html

7 Libia y la izquierda. Principios e incertidumbres (04-03-2011). http://www.rebelion.org/noticia.php?id=123521

8 Discurso del Comandante Che Guevara en la XIX Asamblea General de las Naciones Unidas, el 11 de diciembre de 1964.

9 Recorto la cita de Cortázar en aras de la brevedad: Para ellos la libertad es su libertad, la de una minoría entronizada y todopoderosa, sostenida ciegamente por masas altamente masificadas. Para ellos la civilización es el estancamiento en un conformismo permanente, en una obediencia incondicional. Y es entonces que nuestra excesiva confianza en el valor positivo que para nosotros tienen esos términos puede colocarnos en desventaja frente a ese uso diabólico del lenguaje. Por la muy simple razón de que nuestros enemigos han mostrado sus capacidad de insinuar, de introducir paso a paso un vocabulario que

se presta como ninguno al engaño, y si por nuestra parte no damos al habla su sentido más auténtico y verdadero, puede llegar el momento en que ya no se vea con la suficiente claridad la diferencia esencial entre nuestros valores políticos y sociales y los de aquellos que presentan sus doctrinas vestidas con prendas parecidas¿hemos sido capaces de mirarlas de frente, de ahondar en su significado, de despojarlas de la adherencias, de falsedad, de distorsión y de superficialidad con que nos han llegado después de un itinerario histórico que muchas veces las ha entregado y las entrega a los peores usos de la propaganda y la mentira? () Es tiempo de decirlo: las hermosas palabras de nuestra lucha ideológica y política no se enferman y se fatigan por sí mismas, sino por el mal uso que les dan nuestros enemigos y que en muchas circunstancias les damos nosotros. Una crítica profunda de nuestra naturaleza, de nuestra manera de pensar, de sentir y de vivir, es la única posibilidad que tenemos de devolverle al habla su sentido más alto, limpiar esas palabras que tanto usamos sin acaso vivirlas desde adentro, sin practicarlas auténticamente desde adentro, sin ser responsables de cada una de ellas desde lo más hondo de nuestro ser. Ver el texto completo en http://www.revistavox.org.ar/cortazar.htm

10 España exportó material militar al régimen de Gadafi por 11,2 millones en 2010”. Madrid 2 de junio de

2011. Ver: http://politica.elpais.com/politica/2011/06/02/actualidad/1307042139_518922.html

11 Mercenarios colombianos, producto de exportación, BBC Mundo, Bogotá, 27 de mayo de 2011: Primero fue Irak, luego Afganistán y ahora Emiratos Árabes Unidos. Se trata de los destinos a donde han viajado en la última década mercenarios reclutados en Colombia, un país que está en conflicto armado desde mediados de los años 60 del siglo pasado y donde no es delito preparar a esos combatientes / El más reciente caso fue denunciado por The New York Times, que asegura que un grupo de mercenarios colombianos viajó a Emiratos Árabes Unidos a prestarle servicios de seguridad a la familia real de ese país. http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2011/05/110526_colombia_mercenarios_ao.shtml

12 Antes que Ortega y Gasset en La rebelión de las masas, señalaba el italo - argentino José Ingenieros en su libro El hombre mediocre (1913), en una escuela de la psicología positivista ya pasada, que no obstante movilizó proposiciones aunadas a una visión antiimperialista que vale recuperar al pensar el repudio al equilibrismo y a la moral de la conveniencia: El portador de un ideal va por caminos rectos, sin reparar que sean ásperos y abruptos. No transige nunca movido por vil interés; repudia el mal cuando concibe el bien; ignora la duplicidad; ama en la Patria a todos sus conciudadanos y siente vibrar en la propia el alma de toda la Humanidad. Edit. Agebe, Buenos Aires, 2008, pág. 183.

13 Ver Guerrilla, de T. E. Lawrence, seguido de Junto a los ríos de Babilonia, los comentarios de Wu

Ming 4. Acuarela & A. Machado Edit., Madrid, 2008.

14 Junto a los ríos de Babilonia, cit., pág. 47.

15 Entre cientos de páginas, véanse por ejemplo las cartas y pronunciamientos de la Asociación Americana de Juristas (AAJ), en particular de la Rama República Bolivariana de Venezuela y otras importantes entidades de derechos humanos, así como las declaraciones de partidos políticos de Izquierda y el seguimiento realizado en páginas como http://azalearobles.blogspot.com/. De igual manera el excelente análisis de Maurice Lemoine: El presidente Hugo Chávez en el laberinto colombiano. En http://www.rebelion.org/noticia.php?id=127924. 07-05-2011.

16 http://www.filosofia.org/cod/c1976pue.htm 17 Discurso del Comandante Che Guevara, cit.

18 Mensaje de Hugo Chávez al VI Congreso del Partido Comunista de Cuba. Abril 20 de 2011.

* Carlos Alberto Ruiz Socha es Doctor en Derecho, autor de La rebelión de los mites. Quimeras y porvenir de derechos y resistencias ante la opresión (Ediciones Desde Abajo, Bogotá, 2008).

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