Tuesday, July 9, 2013

La democracia colombiana es una vergüenza, Santos por Timoleon Jimenez Jefe del estado Mayor de las FARC-EP

Timoleon está siendo generoso - en Colombia bajo su régimen republicano nunca ha habido democracia sino un régimen de oligopólico, con sus farsas electorales,  que arremete hacia todo trabajador llegando al genocidio de los miembros de sus agrupaciones políticas.

Las conversaciones de paz  en la Habana hoy día le dan una oportunidad histórica a las oligarquías de vindicar en algo su honor.

comentario por nchamah miller

Timoleón Jiménez: . –
 Por encima de las divergencias de opinión y enfoque, una ojeada a la prensa
nacional permite formarse una idea del país en que vivimos. El 6 de julio,
por ejemplo,  reviso la relación periodística del día anterior y no puedo
menos que intentar un breve comentario al respecto. Por razones obvias,
prefiero las noticias relacionadas con el conflicto colombiano y la paz.   Bajo
el titular  Condenan a tres militares a 32 años de prisión por falso
positivo, leo sobre el fallo de un Juzgado de Medellín contra el capitán
John Alexander Sandoval Díaz, el subteniente Edwin Leonardo Tora Ramírez y
el cabo Carlos Medardo Cuesta Pizarro. Por encima de la versión oficial
sobre los hechos del 18 de mayo de 2004, primaron los testimonios en el
sentido de que las víctimas fueron apartadas, golpeadas, acusadas de
guerrilleros y acribilladas  en cercanías de la finca en la que trabajaban
en Ituango, Antioquia.   También leo que el actual embajador de Colombia
ante los Estados Unidos, ha sido denunciado penalmente por la adquisición
fraudulenta de 40.000 hectáreas de tierras baldías en el Vichada,
destinadas a convertirse en ingenios azucareros,  y que su firma de
abogados Brigard y Urrutia es investigada por el Consejo Superior de la
Judicatura por los mismos hechos, que judicialmente han sido tipificados
como asesoramiento ilegal, falsedad en documento privado y estafa.  

 Encuentro que funcionarios de la Defensoría del Pueblo
 acompañaron la salida de seis familias del municipio de Valencia, Córdoba, con el fin de salvaguardar sus vidas e integridad personal. En total se trató de 34 personas, entre ellos 22 menores. 
Todas eran familiares de un líder reclamante de tierras que fue
asesinado en días pasados. Fueron acompañados también por funcionarios de
la Misión de apoyo al Proceso de Paz de la OEA (con los paramilitares) y la
Policía Nacional.   La llamada crisis del Catatumbo, originada por las
protestas del campesinado, es objeto de diversos informes. Por una parte,
el Viceministro de Trabajo José Noé Ríos advierte que el gobierno está
listo para sentarse a conversar, siempre que los labriegos levanten el paro
que realizan.   Por su parte, el Vicefiscal General de la Nación, Jorge
Fernando Perdomo, explica que determinará si se han presentado hechos
ilícitos en la movilización. Su intención es manifiesta: La fiscalía está
valorando información para… ver si algunas personas que participan en estas
marchas pueden ser objeto de alguna medida o acción judicial.   Dicha
noticia se relaciona con la titulada  Por protestas en el Catatumbo, Santos
cita a reunión extraordinaria. En ella se indica que el Presidente convocó
al mininterior y al viceministro de defensa para discutir la situación que
se vive en la región del Catatumbo. Y se aclara que La decisión del
mandatario de pedir ‘cuentas’ se da luego de conocerse que uno de los
líderes de la protesta, César Jerez, fue relacionado con las Farc.   Juan
Diego Restrepo, con el titular La del Catatumbo, una triste historia,
escribe para Semana Online una crónica en la que resume el viejo conflicto.
Y subtitula: Ante el fracaso del Estado en la región del Catatumbo, a las
autoridades solo les queda estigmatizar la protesta campesina y sus justas
peticiones.   En eso coincide con Leonardo León, quien escribió para Prensa
Rural una nota titulada En defensa de César Jerez. Es probable que la clave
del asunto se halle en el último párrafo de su artículo, que dice:
Esperemos que la Mesa de Interlocución y Acuerdo llegue a feliz término,
que el poder militar y el poder mediático cesen sus acciones de odio contra
el campesinado y que la zona de reserva campesina para el Catatumbo sea una
realidad para frenar la gran minería y el latifundio en beneficio de las
comunidades que sólo quieren vivir en paz.   Pasando al tema de la paz,
reseño el artículo de fe del periodista Enrique Santos Molano en el diario
El Tiempo, Una paz para mascar. De manera serena, describe el actual
proceso así: Lo que hay en La Habana no es una charla cordial de amigos
alrededor de unos tragos y sobre temas en los que no necesitan discutir,
porque están de acuerdo. Es una conversación entre enemigos, que tienen
cada uno su punto de vista, que defienden sus respectivas posiciones, y que
en medio de sus divergencias intentan conciliar un acuerdo…   Y remato este
largo resumen con el titular del diario El Espectador: FARC plantean que
Ejército y Policía sean fuerzas para la paz. La guerrilla insta a la
celebración de ese debate nacional.   Falsos positivos probados,
seguramente objetos de apelaciones y demás recursos, con pleno respaldo de
las instituciones militares y el Estado empeñados en probar a ultranza la
inocencia de sus leales tropas. La legalidad violada  abiertamente por
cuenta de sus más preclaros representantes en el campo internacional, por
cuenta de la codicia generada por la locomotora agroindustrial. La misma
que consigue, por encima de la ley de víctimas y de restitución, que ahora,
con apoyo humanitario oficial e internacional, continúen los
desplazamientos forzados en el país.   Videos y fotografías que circulan,
permiten observar la desbandada masiva provocada por el Ejército Nacional y
la Policía, tras emplear sus armas de fuego contra la marcha campesina en
Ocaña. Dos muertos y nueve heridos a bala no significan nada para el Estado
colombiano porque se trata de campesinos humildes. En cambio urge
investigar y judicializar a sus líderes. O mandarlos matar, si es posible.
Esa, ni más ni menos, ha sido la causa del conflicto armado interno.   La
misma lógica con que se exige a los campesinos levantar el paro para entrar
en conversaciones, nos exige a nosotros desmovilizarnos primero para hacer
política. Lo acordado con los campesinos siempre ha sido incumplido, al
tiempo que a nosotros siempre nos han cerrado violentamente la vía de la
política abierta. Si los de abajo exigimos que los gobernantes cambien su
modo de relacionarse con nosotros, tan solo obtenemos que crezca la
hilaridad de los poderosos y su prensa.   La terminación del conflicto y la
paz no van a ser producto de conciliábulos entre gobierno y guerrillas en
el exterior, sino el producto de profundas transformaciones en la vida
colombiana. Definitivamente el modelo de democracia que defiende la
oligarquía de este país, no va más. Quedó claro en el Foro sobre
Participación Política, lo exigen la serie de paros y protestas anunciados,
lo atestan 49 años de lucha armada continua, lo certifican las miles y
miles de vidas ahogadas en sangre.   Se puede leer en las noticias. El
modelo de imposiciones e intolerancias se ha agotado. La democracia
colombiana, por encima de los discursos, es una vergüenza, Santos. Vamos a
cambiarla. Timoleón Jiménez   Comandante de Estado Mayor Central de las
FARC-EP   


FUENTE: 08/07/2013Posted in: Comunicados Estado Mayor Central de las FARC-EP

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