Monday, July 1, 2013

EL CASO DE GUADALUPE SALCEDO Y LAS GUERRILLAS DEL LLANO ENTRE 1949-1957 COMO UNA RESPUESTA A LA VIOLENCIA BIPARTIDISTA COLOMBIANA

POR
BLANCA ELIZABETH ÁLVAREZ PINILLA
UNIVERSIDAD COLEGIO MAYOR DE NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO
FACULTAD DE CIENCIA POLÍTICA Y GOBIERNO






BOGOTÁ D.C, 2013

CONTENIDO
Pág.
INTRODUCCIÓN
1. REPERTORIOS DE ACCIÓN COLECTIVA VIOLENTA EN LA
CONFORMACIÓN DE LAS GUERRILLAS DEL LLANO 1949 7
1.1. MARCO GENERAL DE LA PRIMERA OLA DE LA VIOLENCIA 7
1.2. PRIMERA OLA DE VIOLENCIA EN LOS LLANOS ORIENTALES 9
1.3. LA CONFORMACIÓN DE LOS COMANDOS GUERRILLEROS 11
1.4. CARACTERÍSTICAS Y COMUNES DENOMINADORES DE LOS
PRIMEROS COMANDOS GUERRILLEROS 14
1.5. CONSIDERACIONES FINALES 16
2. CONTIENDA POLÍTICA A TRAVÉS DE LOS PROCESOS DE
ORGANIZACIÓN, REGLAMENTACIÓN Y DE PAZ ENTRE 1951 Y 1957 18
2.1. PROCESOS DE ORGANIZACIÓN Y REGLAMENTACIÓN COMO
CONTIENDA POLÍTICA 18
2.2. PROCESOS DE PAZ Y DESMOVILIZACIÓN COMO CONTIENDA
POLÍTICA 26
2.3. CONSIDERACIONES FINALES 303. VIOLENCIA COLECTIVA DE LAS GUERRILLAS DE LOS LLANOS
COMO FORMA DE CONTIENDA POLÍTICA 1950-1953 32
3.1. HACIA LA CONFORMACIÓN DE LOS REPERTORIOS DE ACCIÓN
COLECTIVA VIOLENTA DE LOS COMANDOS GUERRILLEROS: 1950-
1951 32
3.2. REPERTORIOS DE ACCIÓN COLECTIVA VIOLENTA A PARTIR DE
1952 40
3.3. CONSIDERACIONES FINALES 43
4. CONCLUSIONES 45
BIBLIOGRAFÍA1
INTRODUCCIÓN
El presente trabajo es un estudio de caso con el cual se busca analizar los repertorios
de acción colectiva violenta de las guerrillas del Llano comandadas por Guadalupe
Salcedo durante el periodo de La Violencia. Para esto, me basaré en los desarrollos
teóricos de Charles Tilly sobre los procesos de democratización.
La experiencia colombiana de violencia de la primera mitad del siglo XX,
tuvo fuertes rasgos políticos que determinaron su desarrollo. Las fuerzas políticas del
momento (el Partido Liberal y el Partido Conservador) emprendieron una contienda
violenta para lograr el control del Estado y equilibrar el poder del gobierno a su favor.
Este periodo de la historia conocido como el de La Violencia se encuadra entre 1949
y 1958, y se presentó en dos momentos específicos: de 1949 a 1953 o Primera Ola de
la Violencia, y de 1954 a 1958 o Segunda Ola de la Violencia, cada uno con periodos
de pacificación.1
En estos momentos, La Violencia estuvo marcada por el llamado
terrorismo oficial, es decir por la represión contra los liberales de todo el país. El
fenómeno se presentó en determinadas regiones como el Llano, Boyacá y Tolima, y
también se caracterizó por la presencia de mecanismos de represión oficial, una
constante coacción física procedente de los diferentes actores armados,2
y masacres
extensivas.
El Llano fue uno de los lugares donde La Violencia se hizo presente con
características específicas como: la participación de los distintos niveles de la
sociedad llanera, la conformación de amplias zonas de poder y acción administradas
por un comando guerrillero y cierta homogeneidad política por la filiación de los
llaneros con el Partido Liberal. Estas características permitieron el surgimiento de
repertorios de acción colectiva violenta empleados por los comandos guerrilleros,
definiéndolos y limitándolos por la presencia de actores determinados que tuvieron
interacciones específicas entre ellos –el pueblo, los comandos guerrilleros, las
1 Comparar Guzmán, Germán; Fals, Orlando y Umaña, Eduardo. La Violencia en Colombia. Tomo I,
2005. p. 51.
2 Comparar Uribe, María Victoria. “Matar, rematar y contramatar. Las masacres de la Violencia en el
Tolima”. En Controversia, 1990. pp. 27-54-164.2
Fuerzas Armadas y los mecanismos de represión-; los objetos específicos de acción
tales como la búsqueda de la paz y el respeto de la vida; y circunstancias estratégicas
como el conocimiento del territorio, el uso del engaño, la movilidad para las acciones,
los sistemas de comunicación e información y demás que emplearon las guerrillas
llaneras.
El estudio de La Violencia, y aún más la propia de los Llanos Orientales, ha
sido abordado en su mayoría a partir de distintos acercamientos que van desde la
conceptualización del Estado colombiano con su colapso o derrumbe; la descripción
de las estructuras económicas, sociales y políticas que ocasionaron la violencia; el
problema de la estructura y el conflicto agrario, unido al tema de los determinantes
regionales de la Violencia y la multiplicidad causal de la misma; o el fenómeno del
bandolerismo como asociación armada propia de dicha época3
. Sin embargo, los
estudios hasta ahora realizados no han ahondado en cómo los actores llevan a cabo
las reivindicaciones colectivas a partir de determinadas acciones colectivas violentas
en lugar de otras, lo que se evidencia en la escasa claridad existente frente a las
acciones de Guadalupe Salcedo y su comando durante este periodo.
El presente estudio de caso abordará los repertorios de acción ocurridos en
el Llano por las guerrillas comandadas por Salcedo. Pese a que las principales
acciones de esos comandos se circunscribieron al periodo de la Primera Ola de la
Violencia, por el propósito de este estudio de caso, el periodo tratado comprende
desde 1949, cuando inició la conformación de las guerrillas del Llano, hasta 1957
cuando es asesinado Salcedo. La escogencia de la figura de Salcedo responde al papel
que desempeñó en el movimiento guerrillero de los Llanos Orientales, cuyas acciones
lograran oponérsele a las Fuerzas Armadas y a los mecanismos de represión con gran
éxito, y al hecho de que dichas acciones se puede apreciar la manera como se
desarrollaron y presentaron los repertorios de acción colectiva a través de los cuales
se dieron las reivindicaciones de los llaneros.
3
Sobre las corrientes historiográficas de La Violencia comparar Ortiz, Carlos; “Historiografía de la
Violencia”. En Bernardo Tovar Zambrano (Compilador), La Historia al final del Milenio. Ensayos de
historiografía colombiana y latinoamericana. Vol. 1, 1994.3
Este estudio de caso se realiza con el fin de brindarle a la historiografía de
La Violencia un sustento teórico desde la disciplina de la Ciencia Política, capaz de
hacer una elaboración conceptual de esta época. Para ello se acude a los postulados de
Charles Tilly sobre procesos de democratización donde se presentan repertorios de
acción específicos con los cuales los individuos llevan a cabo sus reivindicaciones.
Dichos repertorios pueden ser mejor comprendidos si se aplica el modelo de Tilly, ya
que son claves para interpretar la manera como se dieron la participación de los
diferentes actores del conflicto y sus relaciones.
Los procesos de democratización y conformación de los nacionalismos en
los Estados, según Tilly, se presentan a partir de la contienda política, es decir, de
cómo los individuos llevan a cabo las reivindicaciones concertadas de sus intereses
compartidos. Los procesos de democratización buscan un avance respecto al aumento
en la amplitud y la igualdad en las relaciones entre los agentes del gobierno y la
población, de la consulta vinculante del pueblo respecto de los recursos y políticas del
gobierno y de la protección de la población frente actuaciones arbitrarias del gobierno
y sus agentes.
4
Dichos intereses recaen en repertorios de contienda política, que son los
conjuntos de acción específicos y propios que los individuos llevan a cabo para
efectuar sus reivindicaciones.5
En este sentido, Tilly afirma que los individuos, Según
sus intereses y demandas, decidirán o no emprender acciones colectivas con las
cuales puedan incrementar sus beneficios, al tiempo que disminuyen los costos y
riesgos de sus acciones, siendo éstos determinados en gran medida por los grados en
los que se dan los incentivos solidarios, coercitivos y materiales.
6
Las acciones colectivas cuentan con un conjunto de repertorios o de rutinas
limitadas (producto del aprendizaje cultural y de la lucha que se presenta en
determinado contexto, y en el cual interactúan un número determinado de actores).
7
4 Comparar Tilly, Charles. Contienda Política y Democracia en Europa 1650-2000, 2007. pp. 5-13.
5 Comparar Tilly. Contienda Política y Democracia en Europa 1650-2000. p. 8.
6 Comparar Tilly. Charles. “Acción Colectiva”, s.f. pp. 11-12. Consulta electrónica.
7 Comparar Tilly, Charles. “Repertorios de acción contestataria en Gran Bretaña: 1758-1834”. En
Protesta social, 2002. pp. 8-9. Consulta electrónica.4
Estos repertorios están bien definidos y limitados según los actores, los objetos de la
acción, lugar, tiempo y circunstancias estratégicas que se presenten, y son
establecidos en su mayoría por la historia misma de las acciones que se han
presentado, dotándolas de un carácter distintivo. De esta forma, pueden darse
acciones colectivas de cooperación o de conflicto, según sus implicaciones para los
intereses de los individuos: si estas implicaciones son negativas se habla de conflicto,
y cuando son positivas se habla de cooperación. Este hecho demuestra cómo la acción
colectiva, teniendo en cuenta el momento y lugar en el que se presente (dada su
historia y desarrollo),8
determina la existencia de repertorios contestatarios
específicos en los que los miembros de las estructuras sociales participan de manera
activa, con el fin de alcanzar intereses bien definidos a través de reclamaciones que
pueden o no ser violentas.9
La importancia de los repertorios de acción colectiva de conflicto radica en
que algunos de ellos pueden conllevar el desarrollo de la violencia colectiva, como es
el caso específico de los repertorios empleados por las guerrillas del Llano en
diferentes momentos de su existencia. Respecto de la violencia colectiva, Tilly la
define como aquella que, en medio de una interacción social, se da en episodios.
Puede infligir daños físicos a personas u objetos, implica la participación de dos o
más actores, y puede ser la consecuencia de la coordinación entre los individuos que
llevan a cabo actos que generan daños.10
El infligir daños, sumado al grado de coordinación que alcancen los actores
al ejecutar sus repertorios de acción colectiva violenta, son factores que permiten
explicar y establecer el grado de destrucción que ocasionan, las interacciones entre
los actores que se encuentran involucrados según el momento y lugar donde se
presenten, y el régimen político que permite su desarrollo, dado que, según la clase de
régimen político que sea, se habla de un nivel y tipo de violencia específico. Al hablar
de la violencia colectiva inmersa en un tipo especial de régimen, ésta adquiere la
8 Comparar Tilly. “Repertorios de acción contestataria en Gran Bretaña: 1758-1834”. p. 10. Consulta
electrónica.
9 Comparar Tilly. “Acción Colectiva”. pp. 9-10-14. Consulta electrónica.
10 Comparar Tilly, Charles. “Violencia Colectiva”, 2007. p. 3.5
forma de contienda política en la cual los actores buscan reivindicaciones específicas
de sus demandas e intereses.11
Este trabajo que es principalmente analítico y de tipo cualitativo, describirá
y analizará los repertorios de acción colectiva violenta de las guerrillas del Llano con
base en la revisión de fuentes primarias y secundarias, con el fin de brindar una
comprensión teórica de dichos repertorios empleados a mediados del siglo XX, y
contribuir a una identificación posterior más clara de las demandas e intereses de los
actores de la Violencia en esa región del país.
Así este trabajo realiza un estudio de los repertorios empleados por las
guerrillas del Llano que comandó Guadalupe Salcedo. El objetivo general consiste en
analizar las continuidades, discontinuidades y combinaciones de modos de acción, en
los repertorios de acción colectiva violenta de tales guerrillas. A su vez, como
objetivos específicos, se fijan los siguientes: a) describir los repertorios de acción
colectiva violenta presentes durante el periodo de conformación de las guerrillas del
Llano comandadas por Guadalupe Salcedo en 1949; b) describir los repertorios de
acción colectiva violenta empleados por estas guerrillas entre 1950-1957; y c)
analizar los repertorios de acción colectiva violenta de las guerrillas del Llano
comandadas por Guadalupe Salcedo desde 1949 hasta 1957, sus relaciones,
continuidades, discontinuidades o combinaciones en los modos de acción.
Para solucionar dichos objetivos, el estudio de caso cuenta con tres
capítulos. En el primero se realiza una descripción de los hechos que dieron lugar al
surgimiento de las guerrillas del Llano y sus repertorios de acción colectiva violenta
utilizados para ello, al tiempo que se hace un análisis de los mismos. El segundo
capítulo muestra cómo se avanzó en los procesos de democratización a partir de los
procesos de organización y reglamentación de las guerrillas del Llano, vistos como
contienda política. En este capítulo se muestra cómo se buscó regular la vida civil y
armada, y cómo se introdujeron límites a la violencia que ejercieron los comandos
guerrilleros en sus acciones. Finalmente, el tercer capítulo muestra cómo la violencia
colectiva, como forma de contienda política, permitió el avance de los procesos de
11 Comparar Tilly. “Violencia Colectiva”. pp. 4-14-25-40.6
democratización al tramitar las reivindicaciones de la población llanera y de las
guerrillas. La estrategia de separar el análisis de los repertorios violentos en la fase de
conformación y en la fase de operaciones de las guerrillas, responde a que, en la
primera fase (la de 1949), ellas no tuvieron repertorios definidos, sino que las
acciones que allí se dieron, determinaron la posterior conformación y características
de los repertorios de acción colectiva violenta de las guerrillas del Llano (entre
1950-1957).
De esta forma, se podrá ver cómo la utilización de los repertorios por parte
de los comandos se constituyeron como un proceso de democratización que velara
por la vida del pueblo llanero en contra de las arbitrariedades del gobierno y sus
agentes.7
1. REPERTORIOS DE ACCIÓN COLECTIVA VIOLENTA EN LA
CONFORMACIÓN DE LAS GUERRILLAS DEL LLANO 1949
Con base en los elementos teóricos aportados por Charles Tilly, se mostrará cómo, Si
bien durante el periodo de conformación de los comandos guerrilleros no se puede
hablar de repertorios de acción colectiva violenta bien limitados y establecidos, sí
podemos asegurar que éstos fueron unos primeros canales para la conformación de
repertorios de acción propiamente dichos que se darán en momentos posteriores de
La Violencia.
Para esto realizaremos una descripción y análisis de los hechos que
conllevaron a la conformación de las guerrillas del Llano. En un primer momento se
mostrará el marco general de la Primera Ola de la Violencia, seguido de la
explicación de cómo ésta se presentó en el caso de los Llanos Orientales; para luego
abordar específicamente la manera como se llevó a cabo la conformación de las
guerrillas, y finalmente a la explicación de las características y los comunes
denominadores de los primeros comandos guerrilleros.
1.1. MARCO GENERAL DE LA PRIMERA OLA DE LA VIOLENCIA
La Primera Ola de la Violencia tiene como antecedentes cercanos la amplia
persecución a los conservadores, iniciada durante el mandato de Enrique Olaya
Herrera en 1930. Esto se presentó principalmente en los departamentos de los
Santanderes y Boyacá, y con menor presencia en Cundinamarca, Antioquia y Caldas.
La persecución se caracterizó por ataques metódicos y despiadados (masacres de
familias enteras, brutalidad y crueldad), con una amplia participación de maleantes y
delincuentes;
12
y con la conformación de las primeras autodefensas conservadoras.13
12 Comparar Guzmán; Fals y Umaña. La Violencia en Colombia. Tomo I. p. 38.
13 Comparar Vázquez, María del Rosario. “La Iglesia y la Violencia Bipartidista en Colombia
(1946-1953). Análisis historiográfico”, 2007. p. 313.8
En las elecciones de 1946, la división al interior del Partido Liberal, entre
turbayistas y gaitanistas
14 permitió el ascenso de Mariano Ospina Pérez como
Presidente de la República. Su elección generó una fuerte tensión política y social que
se hizo visible a través de numerosas huelgas y paros ocurridos en el país desde
septiembre de 1946. Para este momento, la situación en las ciudades presentó cierto
orden y concordia, mientras que en el campo se dio un creciente caciquismo
(principalmente de hacendados conservadores) que exacerbó fuertes discordias y
enfrentamientos entre los comerciantes liberales y los hacendados conservadores,
situación que pronto adquirió un carácter violento entre las dos fracciones, trayendo
consigo inseguridad y retaliaciones.15
Los sucesos acaecidos con ocasión del asesinato de Jorge Eliécer Gaitán el 9
de abril de 194816
, marcaron de manera definitiva el desarrollo de La Primera Ola de
la Violencia. Desde ese momento los enfrentamientos bipartidistas que se venían
presentando en el país desde 1946 –principalmente los asesinatos y persecuciones por
parte de la policía chulavita-
17 se intensificaron por la represión practicada en contra
de los liberales quienes, al verse obligados a retirarse al campo, conformaron grupos
de autodefensas. Algunos de esos grupos posteriormente se convirtieron en grupos
guerrilleros de resistencia contra los conservadores, quienes a su vez crearon grupos
armados de autodefensa que pronto degeneraron en grupos de bandidos.18
Estos antecedentes cercanos determinaron el desarrollo de La Violencia, la
cual se caracterizó por una fuerte represión contra los liberales, conocida como el
terrorismo oficial, que se extendió ampliamente a lo largo y ancho del territorio. Las
dinámicas desatadas por esa forma de terrorismo, pasaron por el despojo de bienes y
tierras; la intimidación a través de amenazas; el incendio de casas, “beneficiaderos” y
14 Comparar Sánchez, Gonzalo; Meertens, Donny. Bandoleros, gamonales y campesinos. El caso de la
Violencia en Colombia, 1998. p.33.
15 Comparar Guzmán; Fals y Umaña. La Violencia en Colombia. Tomo I. pp. 43-44.
16 Sobre el Bogotazo consultar a Herbert Braun en Mataron a Gaitán. Vida pública y violencia urbana
en Colombia, 1987.
17 Comparar Renovación Casanare. “Recopilación de algunos autores sobre vida y obra”, s.f.. Consulta
electrónica.
18 Comparar Sánchez; Meertens. Bandoleros, gamonales y campesinos. El caso de la Violencia en
Colombia. p.33.9
trapiches; las migraciones masivas de campesinos hacia ciudades o zonas de su
misma filiación partidista (llegando a la homogeneización política de veredas y
regiones) y la coacción física. El terrorismo oficial también se sirvió de mecanismos
de represión oficial como los “chulavitas” y los “pájaros”, ambos de tendencia
conservadora, procedentes de Boyacá y Caldas respectivamente, quienes ejecutaron
las represiones y persecuciones contra los liberales de la mano de la policía y el
Ejército.
19 A ello siguió una guerra entre campesinos donde las Fuerzas Armadas, tras
iniciar enemistades se marcharon dejándolos inmersos en una continua venganza.20
La coacción física fue evidente con las masacres perpetradas por los
diferentes actores armados. Éstas según María Victoria Uribe, contaban con tres
fases: la preliminar, donde se intimidaba a quienes iban a ser masacrados a través de
amenazas, para generar temor; la liminar en la cual se ejecutaban las masacres y
donde se daban las torturas contra las víctimas y sus familias; y la fase postliminar o
final, en la cual se hacía la repartición de los botines y se procedía a dar un
tratamiento especial a los cuerpos de las víctimas para conseguir un reordenamiento
del cuerpo mediante el cual se colocaba afuera lo que es de adentro, exhibiendo lo
más íntimo, y lo de abajo arriba y viceversa.21
1.2. PRIMERA OLA DE LA VIOLENCIA EN LOS LLANOS ORIENTALES
En los Llanos Orientales, durante la Primera Ola de la Violencia las acciones se
presentaron en amplias zonas de poder y dominio que abarcaron Arauca, Casanare,
Meta y Caquetá, facilitando la presencia de Jefes guerrilleros quienes se repartieron el
territorio en determinados centros de operación.22 Esta primera fase, y hasta 1951,
contó con la participación de actores de diferentes condiciones sociales, hecho que se
puede apreciar en los mismos comandantes guerrilleros, entre quienes se encuentran
19 Comparar Sánchez; Meertens. Bandoleros, gamonales y campesinos. El caso de la Violencia en
Colombia. pp.38-39.
20 Comparar Guzmán; Fals y Umaña. La Violencia en Colombia. Tomo I. p. 116.
21 Comparar Uribe. Matar, rematar y contramatar. Las masacres de la Violencia en el Tolima”. pp. 27-
54-162 - 187.
22 Comparar Guzmán; Fals y Umaña. La Violencia en Colombia. Tomo I. pp. 81-136 -153.10
hacendados, vegueros, campesinos, peones, etc.23 Asimismo, esta primera fase
ostentó una cierta homogeneidad política producto de la afiliación de los llaneros al
Partido Liberal, originaria no sólo de los desplazamientos campesinos desde Boyacá24
sino también por la influencia ejercida por el jefe político local, cacique o gran
hacendado quien imponía su credo político a sus trabajadores.25 Dicha homogeneidad
se debió también a la absorción de un amplio número de población en las filas
guerrilleras,
26 como respuesta a la necesidad de proteger la vida: los llaneros preferían
unirse al combate y a los jefes, en quienes veían a sus protectores, en lugar de esperar
la muerte.
27
En este contexto, la sociedad llanera cobró gran importancia por el
conocimiento que cada miembro de los diferentes niveles sociales tenía del Llano.
Esto les permitió desplazarse con facilidad como actores armados durante La
Violencia, o incluso ser empleados como los “guías” de policías, chulavitas y
Ejército. La composición de la sociedad llanera gira en torno al hato, ya que la
economía dependía en su mayoría de la explotación ganadera. En dicha composición
se encuentra el conuquero como su base social, quien era considerado cuatrero. Fue el
primer convocado a luchar por sus patrones, quienes más tarde le darían la espalda.
Le sigue el veguero, encargado de la labor agrícola y dueño de algunas reces. Su
labor en el campo era recompensada con vacas viejas para el sacrificio. En un tercer
nivel se hallaba el caballicero, encargado de cuidar los caballos necesarios para las
faena; por lo general eran adolescentes y jóvenes, quienes, durante La Violencia,
fueron los estafetas de los comandos. Le sigue el vaquero, quien contaba con
categoría social y honor en el Llano puesto que era dueño del caballo y demás
elementos que utilizaba para la faena. El mayordomo o encargado es quien cuida el
hato, donde vive y trabaja con su mujer e hijos, con la salvedad que sólo él es quien
23 Comparar Barbosa, Reinaldo. Guadalupe y sus centauros. Memorias de la insurrección llanera,
1992. p. 87.
24 Comparar Guzmán; Fals y Umaña. La Violencia en Colombia. Tomo I. p. 99.
25 Comparar Bushnell, David. Colombia una nación a pesar de sí misma. De los tiempos
precolombinos hasta nuestros días, 1994. p. 136.
26 Comparar Sánchez; Meertens. Bandoleros, gamonales y campesinos. El caso de la Violencia en
Colombia. p.39.
27 Comparar Guzmán; Fals y Umaña. La Violencia en Colombia. Tomo I. pp. 60-192.11
percibe un sueldo. Y finalmente, el caporal era quien comprendía y conocía como
ninguno cada parte del llano (ríos, bancos de sabana, matas de monte, morichales,
etc.); como jefe de ganadería, era quien dirigía los vaqueros y, en tiempos de guerra,
fue quien ofició como jefe de la revolución.28
Los modos específicos de conformación de las guerrillas de los Llanos
presentaron singularidades que le brindaron un matiz característico. La primera de
ellas es la presencia de fuerzas armadas policiales o chulavitas que actuaban contra la
población liberal de los Llanos. Segunda, dichas acciones violentas se basaban en el
hurto, el asesinato, las violaciones, desplazamientos masivos, etc., que impulsaron a
la población a luchar por una misma causa. Tercera, la población que entra a formar
parte de las fuerzas guerrilleras proviene de todos los estratos sociales. Cuarta, la
protección de la vida se convierte en el principal objetivo de las acciones que llevaron
a cabo los comandos guerrilleros. Quinta, la conformación de comandos, en algunos
casos, se dio en torno a núcleos familiares, como el caso de los Bautista y los
Fonseca.
29
Así, la manera como se conformaron los comandos guerrilleros, permite
apreciar claramente que la primera época o fase de la lucha se presentó como una
espontánea y de conformación de comandos de irregulares que se enfrentaban al
régimen, donde las primeras formas de respuesta organizada, de los primeros
comandos, tenía como principal objetivo defender la vida y la armonía.30
1.3. LA CONFORMACIÓN DE LOS COMANDOS GUERRILLEROS
La conformación de las guerrillas de los Llanos Orientales (como las del resto de las
regiones donde se presentó La Violencia) sucedió tras el asesinato de Gaitán y los
sucesos del Bogotazo, momento a partir del cual el comportamiento de los
campesinos se transformó de pacífico a uno en guerra. Sus acciones violentas se
28 Comparar Guzmán; Fals y Umaña. La Violencia en Colombia. Tomo I. pp. 79 a 81.
29 Comparar Fonseca. Los combatientes del Llano 1949-1953. pp. 17-41-57-62. Contrastar con
Barbosa. Guadalupe y sus centauros. Memorias de la insurrección llanera. pp. 86-87.
30 Comparar Barbosa. Guadalupe y sus centauros. Memorias de la insurrección llanera. p. 86.12
justificaban por los actos cometidos por los conservadores y las fuerzas del
gobierno.31 A nivel nacional estos sucesos pusieron en funcionamiento un intento de
golpe de Estado, que se llevaría a cabo en las principales ciudades del país, apoyado
por la Dirección Nacional Liberal (DNL)32 y por los altos oficiales liberales del
Ejército. El golpe de Estado planeado para el 26 de noviembre de 1949, no se ejecutó
según lo planeado sino que fue reemplazado por un paro nacional de trabajadores
que, dados los problemas de comunicación, sólo se presentó en los Llanos Orientales
bajo el liderazgo del capitán Alfredo Silva.33
Las acciones del capitán Silva en Villavicencio contaron con la
participación de oficiales de la Fuerza Aérea, quienes contribuyeron con los
preparativos y operaciones de contacto con caciques liberales, pobladores y quienes
habían participado en las revueltas de 1948. De esta forma, la noche del 25 fueron
tomadas por asalto Villavicencio, Puerto López, Restrepo, Cumaral, Barranca de
Upía y Sabanalarga. Tras estos sucesos y teniendo el poder sobre Villavicencio, el
capitán Silva liberó a los presos de las cárceles, entre los que se encontraban Eliseo
Velásquez y Guadalupe Salcedo, retenidos por abigeato.34
A finales de 1949 se habían constituido varios comandos como el de Eliseo
Velásquez en Puerto López, los hermanos Bautista en Aguaclara, los hermanos
Betancourt en Caño Chiquito, Rafael Gómez en Trinidad e Israel Jiménez en
Barranca de Upía, junto con los hermanos Fonseca.35 Algunos de esos comandos ya
realizaban acciones por su cuenta, como fue el caso de los comandos de los hermanos
Fonseca y los Bautista. Estos comandos se conformaron por la necesidad de
defenderse de las acciones de las fuerzas policiales y de los mismos “chulavitas”
provenientes de Boyacá.
36 La presencia de comandantes y guerrilleros boyacenses en
los Llanos Orientales se presentó principalmente por la utilización de Boyacá como el
31 Comparar Fonseca. Los combatientes del Llano 1949-1953. p. 42.
32 Comparar Franco. Las Guerrillas del Llano. Testimonio de una lucha de cuatro años por la
Libertad. p. 58.
33 Comparar Casas, Justo; La Violencia en los Llanos Orientales, 1986. p. 36.
34 Comparar Barbosa. Guadalupe y sus centauros. Memorias de la insurrección llanera. pp. 83 - 85.
35 Comparar Barbosa. Guadalupe y sus centauros. Memorias de la insurrección llanera. p.87.
36 Comparar Fonseca. Los combatientes del Llano 1949-1953. pp. 29 - 36-50-52.13
centro de provisión humana para la represión estatal, conformándose así los
contingentes revolucionarios.37
Las primeras guerrillas también se conformaron como resultado de la
ventaja geográfica que brindaba el Llano, en cuanto a la facilidad para ejecutar
emboscadas y acciones sorpresas contra la policía y los chulavitas, y posteriormente
contra el Ejército. A estas posibilidades se sumaban la protección ofrecida por las
llamadas matas de monte; y la dificultad a la hora de combatir a las guerrillas quienes
contaban con el conocimiento del territorio llanero.38 Este hecho es vital, ya que el
territorio se constituye en una de las condiciones específicas de las que habla Tilly
para la conformación de los repertorios guerrilleros. Las condiciones geográficas
contribuyeron en el desarrollo de la guerra de movimientos propia de los combates
guerrilleros.
Uno de los jefes guerrilleros del Llano fue Guadalupe Salcedo, quien se
convirtió en “símbolo nacional de la resistencia durante este periodo”39 y en uno de
los más conocidos jefes guerrilleros, como resultado de los éxitos militares
alcanzados durantes los años de combate. Este hecho permitió a su vez que liberales
de todo el país vieran en él un paladín que defendía los derechos ciudadanos que eran
violados y que miembros de las Fuerzas Armadas le tuviesen temor, a tal punto que
algunos buscaran no acudir a los Llanos a cumplir con su deber.40
La conformación del “comando” o guerrilla de Guadalupe Salcedo (nacido
Tame, Arauca, en 1924 en una familia de llaneros vaqueros y ganaderos), conoce dos
versiones. La primera asegura que, desde 1946, Salcedo, como dirigente campesino,
había fundado una organización armada para proteger a la población civil, la cual tras
su liberación de la cárcel, siguió mostrando una posibilidad de lucha armada en
37 Comparar Guzmán; Fals y Umaña. La Violencia en Colombia. Tomo I, pp. 99 - 101.
38 Comparar Fonseca. Los combatientes del Llano 1949-1953. pp. 18-43.
39 Ver Sánchez; Meertens. Bandoleros, gamonales y campesinos. El caso de la Violencia en Colombia.
p. 40.
40 Comparar Gómez, Eugenio. “1949-1953. La guerrilla liberal”. En Revista Credencial Historia,
2006. Consulta electrónica.14
defensa del pueblo.41 La segunda versión, más conocida, sostiene que, tras su salida
de la cárcel, a sus 25 años de edad, Salcedo se dirigió al interior del Llano (Meta)
donde, junto a un grupo de 10 hombres, emprendió acciones de bandolerismo. Para
inicios de 1950, dichos actos se tornaron en acciones guerrilleras bajo el mando, en
un principio, de Eliseo Velásquez quien, al entrevistarse con Salcedo, lo nombraría
como uno más de sus comandantes.42
De esta forma, se puede apreciar la escasa claridad existente frente a las
acciones del primer año de Guadalupe Salcedo y de su comando, tal y como lo
muestra Eduardo Franco Isaza en su libro “Las Guerrillas del Llano”: “…Un sujeto
de nombre Guadalupe Salcedo andaba alzado con diez hombres, introduciendo
desórdenes e inconvenientes con el vecindario, perjudicando el buen nombre del
movimiento y la conducta que uniformemente se seguía…”43
1.4. CARACTERÍSTICAS Y COMUNES DENOMINADORES DE LOS
PRIMEROS COMANDOS GUERRILLEROS
El que la primera fase de lucha fuese una espontánea y de conformación de comandos
de irregulares, determinó que se pudiese hablar de repertorios de acción bien
limitados y establecidos sólo hasta finales de 1950 y principios de 1951, cuando
termina el desarrollo de los comandos y de sus repertorios, y se da el rompimiento
entre hacendados y guerrilleros. Pese a este hecho, las acciones de los comandos
conformados en 1949 y que se encontraban operando desde entonces o antes,
presentaron como principales características:
41 Comparar Renovación Casanare. “Recopilación de algunos autores sobre vida y obra”. Consulta
Electrónica.
42 Comparar Barbosa. Guadalupe y sus centauros. Memorias de la insurrección llanera. pp. 89-90.
43 Ver Franco. Las Guerrillas del Llano. Testimonio de una lucha de cuatro años por la Libertad.
p. 111.15
a. Acciones con el objetivo principal de defender la vida, la cual
peligraba constantemente por la acción de la policía y los chulavitas, como el caso de
los Fonseca quienes por las acciones contra su familia deciden tomar las armas44;
b. Participación de los diferentes sectores sociales, puesto que todos los
habitantes del Llano vieron cómo sus casas y familias fueron afectadas, llamándolos a
la acción;
c. La traducción de la necesidad de armas en acciones para garantizar su
tenencia y utilización en las operaciones que emprendieran (se apreció fácilmente
hasta el final de los comandos guerrilleros)45
, como por ejemplo la toma del puesto
chulavita de Sevilla;
d. Acciones descoordinadas y sin planes claramente preconcebidos,
donde lo que permanecía constante, y que antecedía las acciones, era la presencia de
hechos sangrientos con resultados claves en la destrucción de hogares y familias; y
que contaban con la participación de los chulavitas o policías;46
e. Primeros intentos de organización de los comandos, traducidos en la
necesidad de establecer y limitar las zonas de acción, el uso de los caballos y de las
armas, la agricultura y la creación de reglamentos que definieran el proceder de los
guerrilleros, así como las penas y los castigos en caso de su incumplimiento. Un claro
ejemplo es el conocido Congreso de Brisas del Charté de los Fonseca.
47
Estas características fueron las que permitieron el posterior desarrollo de
repertorios de acción colectiva; los cuales por las características y dinámicas propias
de La Violencia tuvieron elementos comunes, tales como:
a. Acciones en un territorio específico, contando con zonas de acción en
Arauca, Casanare, Caquetá y Meta, cada una con su respectivo Jefe, como Eliseo
Velásquez en Puerto López y los Bautista en Aguaclara;
44 Comparar Franco. Las Guerrillas del Llano. Testimonio de una lucha de cuatro años por la
Libertad. pp. 29-36.
45 Comparar Fonseca. Los combatientes del Llano 1949-1953. p. 33.
46 Comparar Barbosa. Guadalupe y sus centauros. Memorias de la insurrección llanera. pp. 86 - 88.
47 Comparar Franco. Las Guerrillas del Llano. Testimonio de una lucha de cuatro años por la
Libertad. pp. 67-76.16
b. Creación de cuerpos de información e inteligencia como los llamados
estafetas, encargados de la comunicación con la población e informarse sobre las
acciones y ubicación del enemigo, para que los comandos pudiesen utilizar la
información a su favor al momento de ejecutar las acciones;
c. Utilización de minas, para ocasionar mayores daños al enemigo, y
podérseles enfrentar sin combates directos, como los Fonseca quienes conocían el
manejo y creación de las minas por su experiencia en la Armada;
48
d. Acciones dirigidas en contra de objetivos específicos: policía o
chulavitas, que limitara el daño ocasionado a la población civil.
Estos elementos comunes fueron los que, en los años de combate de las
guerrillas, permanecieron como constantes, puesto que muchos de ellos se
convirtieron en partes integrantes de los repertorios empleados, como se verá.
1.5. CONSIDERACIONES FINALES
De esta manera, se puede observar cómo la interacción social que se presentaba entre
los individuos, estaba marcada por la violencia, que en términos de Tilly se basan en
infligir daños físicos a personas y objetos, y por un pequeño grado de coordinación
entre los actores que los perpetran. En este contexto y frente a estos vacíos de la
historiografía, es necesario llamar la atención sobre la conformación de los comandos
guerrilleros a través de acciones violentas, en las cuales participaron los miembros de
los comandos o incluso la población.
Las acciones violentas de este momento sirvieron a los comandos como el
mecanismo para realizar su reivindicación respecto a la necesidad de proteger su vida,
que como se veía, se encontraba amenazada por las acciones perpetradas contra la
población y los comandos que estaban marcados por los asaltos, saqueos y ultrajes de
parte de chulavitas y la policía. De tal forma, sus acciones se presentaban como una
manera de enfrentamiento contra el régimen propio del Estado, quien lejos de
proteger la vida de los llaneros es quien a través del apoyo que brinda a la policía y
48 Comparar Fonseca. Los combatientes del Llano 1949-1953. p. 87.17
los chulavitas (que habían sido enviadas al Llano para contener y controlar las
facciones liberales allí presentes), atentará en su contra.
Las acciones que allí se presentaron sirven también para entender cómo en
términos de María Victoria Uribe, la violencia de un pueblo determinado no se da
ilimitadamente sino que ésta posee objetivos precisos que se manifiestan en códigos
de comportamientos, estrechamente relacionados con los valores e identidad de una
comunidad.49 Para Tilly esto se traduce en los llamados repertorios de acción
colectiva, en la medida que, las acciones colectivas violentas se presentaron a través
de un conjunto específico de rutinas o repertorios limitados, que respondían a un
contexto específico (el Llano), actores determinados (policía, y chulavitas por un
lado, y población civil y guerrilleros por otro), con un objetivo específico:
salvaguardar la vida de las personas; de tal manera que las acciones que éstos
llevaban a cabo estaban limitadas por el modo del combate, por sus actores y por sus
reivindicaciones.
Es así como las primeras acciones violentas de los comandos guerrilleros
durante su conformación se convirtieron en una forma de contienda política capaz de
reclamar ante el régimen colombiano por la protección de la vida. Primeros intentos
que permitirán el posterior desarrollo de repertorios de acción determinados y con
características específicas que permitan la consecución de las reivindicaciones del
pueblo llanero y de sus guerrilleras.
A continuación se mostrará otra de las formas como se presentaron los
procesos de democratización a través de los procesos de organización,
reglamentación y pacificación como formas de contienda política propia de las
guerrillas del Llano.
49 Comparar Uribe. Matar, rematar y contramatar. Las masacres de la Violencia en el Tolima”. p. 30.18
2. CONTIENDA POLÍTICA A TRAVÉS DE LOS PROCESOS DE
ORGANIZACIÓN, REGLAMENTACIÓN Y DE PAZ ENTRE 1951 Y 1957
Conociendo que para Tilly los procesos de democratización y de conformación de los
nacionalismos se presentan a partir de la contienda política, es decir de la manera
como los individuos realizan sus reivindicaciones,
50 se puede decir que la contienda
política de las guerrillas del Llano, además de presentarse a través de la violencia
colectiva, también se presentó a lo largo del desarrollo de una organización más
avanzada de sus estructuras, en la cual se procuró generar el sentido de pertenencia
entre la población y los comandos a partir de la regulación de la violencia colectiva
que emplearon los últimos. Dicho límite a la violencia buscaba que las acciones
condujesen a la consecución más clara de sus reivindicaciones, así como a la
posibilidad de lograr una mejor coordinación de los esfuerzos, para que la violencia
fuera mejor dirigida.
Para el desarrollo de este capítulo primero se mostrará cómo se dieron los
procesos de organización y reglamentación, seguidos de los procesos de paz y
desmovilización de los comandos guerrilleros. Esto con el fin de establecer cómo
ambos procesos se constituyeron como una forma de contienda política que limitó la
violencia colectiva que se emplea, así como la intensidad misma con la que ésta operó
en determinados momentos.
2.1. PROCESOS DE ORGANIZACIÓN Y REGLAMENTACIÓN COMO
CONTIENDA POLÍTICA
Los intentos de organización y reglamentación empleados por los comandos
guerrilleros entre 1951-1953, como parte de los procesos de democratización,
buscaban regular la violencia empleada, de tal manera que se protegiera al
movimiento guerrillero y a la población, impidiendo desmanes en su contra y,
principalmente, que se fijaran de manera más clara los propósitos de su “revolución”.
50 Comparar Tilly. Contienda Política y Democracia en Europa 1650-2000. p. 5.19
La transformación de las relaciones entre el pueblo y los comandos de 1951,
evidenció el nuevo sentido de pertenencia forjado entre ellos y la necesidad de lograr
una mejor organización con el fin de garantizar su supervivencia, mediante la
determinación de las diferencias existentes entre ambos grupos y la manera en que
cada uno debía operar. Si bien para este momento dicha necesidad se hizo más
evidente e imperante, cabe aclarar que algunos comandos guerrilleros, desde el
principio, ya habían realizado unos intentos de organización, los cuales lograron
establecer zonas de acción y reglamentos que limitaban y estipulaban las acciones de
los comandos y la población, así como las penas y castigos. Algunos ejemplos son el
comando de los Fonseca,
51 el de los Bautista, y el de Eduardo Franco.
52
Las primeras formas de organización de los comandos mostraron
diferencias, puesto que la organización del movimiento guerrillero se dio durante los
años de existencia del conflicto y según su aparición, es decir, según la zona del
Llano y manera como surgiera un comando guerrillero.53 Sin embargo, es posible
encontrar semejanzas compartidas como:
a. Preocupación por impedir que las acciones de los comandos y de la
población fueran excesivas y se convirtieran en propias de bandoleros que sólo
buscaban su propio beneficio, como había ocurrido en las represalias del pueblo
contra los ganaderos, para lo cual instauraron penas y castigos codificados según la
gravedad que eran aplicados de manera diferente en cada comandos, como por
ejemplo la violación de una mujer.
54
b. Establecimiento de una delimitación clara entre la población civil y la
combatiente, facilitando la división de las labores de cada una, en la cual todos y cada
uno tenía un papel específico. En este sentido el pueblo estaba encargado de brindar
información e implementos necesarios para el combate y su supervivencia. Las
mujeres por su parte estaban encargadas de la educación de los niños.55
51 Comparar Fonseca. Los combatientes del Llano 1949-1953. pp. 62-63.
52 Comparar Casas. La Violencia en los Llanos Orientales. pp. 62-65-105.
53 Comparar Casas. La Violencia en los Llanos Orientales. p. 57.
54 Comparar Fonseca. Los combatientes del Llano 1949-1953. pp. 63-171 - 174.
55 Comparar Casas. La Violencia en los Llanos Orientales. pp. 55-62.20
c. Uso de las armas y municiones, destinadas principalmente para el
personal más calificado por su escasez. Para esto los combatientes debían llevar la
cuenta de las municiones gastadas, para el control de los recursos.56
d. Existencia de un cuerpo especializado de vigilancia, estafetas y
comunicaciones, que permitían el conocimiento de las acciones del enemigo y de los
otros comandos guerrilleros, como el servicio de estafetas dispuesto por Tulio
Bautista para su comando.
57
e. Presencia de una organización militar jerárquica al interior de los
comandos, donde los comandantes actuaban al frente de sus filas desde el inicio y
hasta el final de los combates, garantizando el respeto y credibilidad en sus filas y en
la población.
58 En palabras de Eduardo Fonseca: “…Este comportamiento nos trajo el
máximo respeto y acatamiento de los demás. Demostramos que no sólo sabíamos
mandar sino que también lo sabíamos hacer”59
.
Los puntos a y b, siguiendo a Tilly, muestran cómo hay una diferenciación
de los actores, siendo el pueblo un actor integrante de la fuerza guerrillera en la
medida en que comprende su base social y de apoyo para la ejecución de sus
acciones, así como un elemento determinante para su supervivencia. Por su parte, los
puntos c a e muestran cómo las acciones de los comandos poseen objetivos
específicos, desde estar informados hasta garantizar la buena utilización de sus armas
en el combate contra el enemigo; y cómo cada elemento se ha conformado como
resultado mismo de las características propias del combate en el Llano. Estas
características de los repertorios de los comandos se hicieron más fuertes en los
posteriores intentos de organización y reglamentación de los comandos.
El intento de organización de 1951 buscaba la unificación en la
organización y comando de las fuerzas guerrilleras del Llano que no se había logrado
hasta entonces. Durante él se reunieron varios jefes guerrilleros en la llamada
Conferencia de Matepiña, donde se estableció un programa y estructura de
56 Comparar Casas. La Violencia en los Llanos Orientales, p. 64.
57 Comparar Casas. La Violencia en los Llanos Orientales. pp. 55-65.
58 Comparar Casas. La Violencia en los Llanos Orientales. pp. 63-64-104.
59 Ver Fonseca, Eduardo. Los combatientes del Llano 1949-1953. p. 7621
organización.60 Allá quedaron establecidos dos comandos, uno bajo el mando de los
Bautista que operaría desde el Cusiana hacia el sur, y otro bajo el mando de una junta
compuesta por los Fonseca, Calderón y Franco, que operaría en Arauca y el Cusiana
bajo el nombre de Comando Mochacá y la dirección de Franco.61 Esta estructura
buscaba la coordinación de los esfuerzos de los miembros, los comandos y la
población civil. Cada comando contaba con un comandante a cargo de cinco a diez
hombres. La existencia del servicio de “estafetas” encargado de garantizar la
comunicación entre los diferentes comandos, se encontraba dispuesto en todas las
direcciones: llevaban cartas e instrucciones, entraban en los pueblos y tenían contacto
con determinados ciudadanos, con el fin de conocer todo cuanto hiciera, dijese,
planeara y pensara el enemigo, siendo el pueblo la principal fuente de información.
En esta Conferencia también se estableció una nueva división de las zonas de acción
de los comandos, cada una de los cuales buscaría hacer a su vez contacto con los
movimientos guerrilleros del resto del país (Tolima y Santanderes principalmente).
62
Así, la organización de los comandos se hizo visible a partir de más
“sofisticados” y completos sistemas de organización, basados en leyes que se ponían
en práctica en cada uno de los comandos, dando fe de la importancia que tenía la
separación del pueblo y los combatientes por la importancia del primero para la
supervivencia del segundo. Otro ejemplo de la reglamentación es el empleado por el
comando de los Fonseca, conocido como “Reglamento de Disposiciones
Disciplinarias y Tácticas” del 13 de mayo de 1952.
63 Cabe resaltar que si bien para
este momento no existía un único reglamento común para todos los comandos, la
mayoría de ellos compartían normas.
La creación de un reglamento común a todos los comandos se dio con la
expedición del “Proyecto que reglamenta la vida civil, jurídica y militar” o Primera
Ley del Llano, del 11 de septiembre de 1952. Ésta surge como un intento de los
60 Comparar Franco. Las Guerrillas del Llano. Testimonio de una lucha de cuatro años por la
Libertad; pp. 10-76-158.
61 Comparar Fonseca. Los combatientes del Llano 1949-1953. pp. 98-108.
62 Comparar Franco. Las Guerrillas del Llano. Testimonio de una lucha de cuatro años por la
Libertad. pp. 159-161.
63 Comparar Fonseca. Los combatientes del Llano 1949-1953. pp. 124-129 - 146.22
grupos combatientes para darse una estructura propia frente a la del Estado
colombiano, de tal manera que respondiese mejor a la realidad y necesidades de la
sociedad llanera y a las experiencias mismas de los años de combate. La Primera Ley
del Llano logró reglamentar la organización de la población civil y militar, la
autoridad, los medios coactivos, las normas y disposiciones penales y policivas y
contempló normas sobre la agricultura y la ganadería. Asimismo, le brindó a la
revolución una estructura política, militar y organizativa bajo el nombre de
“Comando Guerrillero de los Llanos Orientales”, bajo el entendido de respeto a la
autonomía propia de cada comandante frente a sus decisiones y acciones (sin que
éstas pudiesen ser cuestionadas), pese a la designación de Eduardo Franco como “Jefe
de Estado Mayor”64
.
Lo más importante en palabras de Reinaldo Barbosa Estepa se encuentra en
que las formulaciones de la Primera Ley del Llano asumieron un carácter
socializador, determinante incluso de la normatividad jurídica aplicados para
combatir los crímenes políticos o militares que se dieran contra la revolución, al
tiempo que sus sanciones eran correctivas y no represivas.65
A finales del 52, cuando se presentaba una contraofensiva –mejor
organizada y más intensa de las contraguerrillas- que se mantuvo hasta septiembre de
1953, se presentó en los Llanos Orientales el doctor José Alvear Restrepo, quien
aseguraba ser enviado por la DNL para organizar a los comandos y unificar la lucha
guerrillera a nivel nacional. Su presencia fue determinante en la conducción de la
“revolución llanera”, como resultado de su participación en la redacción de la
Segunda Ley del Llano, y por la insistencia que siempre demostró para convocar un
nuevo congreso guerrillero que garantizara una lucha orientada hacia la liberación
nacional. De esta forma, en 1953 tras los asaltos que se presentaron, se dio inicio a la
64 Comparar Guzmán, Germán; Fals, Orlando y Umaña, Eduardo. La Violencia en Colombia, Tomo II,
2005. pp. 71 - 95.
65 Ver Barbosa. Guadalupe y sus centauros. Memorias de la insurrección llanera. p. 181.23
preparación y convocatoria al Congreso Guerrillero que se desarrollaría el 10 de
junio.66
Mientras esto ocurría, los laureanistas buscaban realizar una reforma
constitucional que convirtiera a Colombia en un Estado Corporativo y que se
presentaría el 15 de junio ante la Asamblea Constituyente. En palabras de Barbosa
Estepa esto significaba que en el curso de esos dos eventos se debatían las dos
alternativas de poder más importantes del momento, donde la guerra había alcanzado
límites insospechados, la insurrección popular armada se asomaba a las puertas del
poder y el movimiento guerrilleros se había hecho inderrotable.67
El Congreso, según lo previsto, se realizó del 10 al 19 de junio en la Mata de
la Perdida. En él participaron los Bautista a través de Carlos Roa, Rolfe Ramírez,
Campo E. Ruiz y Quintiliano Barreto como sus representantes; los Calderón, el
comando Mochacá representado por Salcedo; así como con la participación de cada
sector o comando guerrillero y la respectiva representación civil a cargo de dos
personas.
68
El objetivo del Congreso era alcanzar la unificación del movimiento a partir
de “una dirección única y un reglamento que a todos obligara”69, “acordar los planes
de sus posteriores acciones de armas, arreglar su ya dificilísima situación económica
y aprobar como asunto de trascendencia para ellos la denominada “Ley que organiza
la Revolución de los Llanos Orientales de Colombia””70. Las divergencias alcanzadas
durante la redacción del estatuto se hicieron visibles en la búsqueda, por un lado, de
una constitución liberal, y por otro, de una estructura comunista del movimiento.71 La
constitución liberal fue evidente en la posición de los hermanos Fonseca y sus
partidarios con el “oficialismo liberal”, mientras que el segundo se identificaba con la
posición “democrática revolucionaria”, propia de los Bautista y los acaudillados por
66 Comparar Barbosa. Guadalupe y sus centauros. Memorias de la insurrección llanera. pp. 152-154-
157. Contrastar con Casas. La Violencia en los Llanos Orientales. p. 74.
67 Comparar Barbosa. Guadalupe y sus centauros. Memorias de la insurrección llanera. pp. 157-158.
68 Comparar Fonseca. Los combatientes del Llano 1949-1953. p. 219.
69 Ver Fonseca. Los combatientes del Llano 1949-1953. p. 185.
70 Ver Guzmán; Fals y Umaña. La Violencia en Colombia. Tomo II pp. 97-98.
71 Comparar Fonseca. Los combatientes del Llano 1949-1953. p. 218.24
Salcedo y la asesoría intelectual de Alvear Restrepo. La latente división al interior del
movimiento generó la posterior separación de los Fonseca y sus “seguidores” y su
salida definitiva del Congreso.72
Pese a estos hechos, al finalizar el Congreso se logró la redacción de la
Constitución de “La Perdida”, que fuese considerada como el documento más valioso
de las guerrillas, ya que buscaba legalizar ante los gobiernos de América al
movimiento rebelde, pues justificó y expuso los fines perseguidos y sus aspiraciones;
afianzó a las guerrillas como un movimiento político de liberación patriótica; logro el
respaldo de una norma que gobernara a todos quienes pertenecían al movimiento;
encausó los esfuerzos conforme la voluntad del pueblo y expuso los motivos de lucha
y la organización del movimiento.73
La Constitución de La Perdida, Segunda Ley del Llano o “Ley que organiza
la Revolución en los Llanos Orientales de Colombia”, como fuese nombrada, estaba
integrada por 224 artículos, dispuestos en siete títulos: De la población civil; Del
gobierno popular; De las autoridades superiores civiles y militares; Delitos y penas;
Administración de justicia; De las Fuerzas Armadas y en especial de la tropa; y
Disposiciones Varias.
74 En ella se aseguró la unidad de mando del movimiento a
partir de la elección de un Comandante en Jefe para todas las fuerzas guerrilleras,
siendo elegido como tal Salcedo, quien estaría asesorado por un Estado Mayor
General, conformado por Franco, Jefe del Estado Mayor; Alvear Restrepo, Rafael
Sandoval, Jorge González Olmos y Carlos Neira como representante del pueblo civil;
y finalmente con Humberto Paredes como su Secretario.75 Con estas jerarquías se
buscaba, a su vez, la reorganización de los “Comandos de las Zonas y de las
Guerrillas y los servicios de correos (estafetas)”76
.
Esta segunda ley, al ser más extensiva, buscó reglamentar temas
determinantes para la población llanera tales como el agrario y la ganadería, la
72 Comparar Barbosa. Guadalupe y sus centauros. Memorias de la insurrección llanera. pp. 159-160.
73 Comparar Ver Fonseca. Los combatientes del Llano 1949-1953. p. 221.
74 Comparar Guzmán; Fals y Umaña. La Violencia en Colombia. Tomo II. p. 97-101.
75 Comparar Casas. La Violencia en los Llanos Orientales. p. 74.
76 Ver Guzmán; Fals y Umaña. La Violencia en Colombia. Tomo II. p. 98.25
administración de justicia, etc. Así al reglamentar la vida de la población también
logra establecer una estructura propia que es paralela al Estado, en la medida que se
fijan figuras como la Junta de Vereda que se encargarán del cumplimiento de lo en
ella estipulado.
Estos hechos permiten observar cómo la población civil, al adquirir un papel
determinante durante los combates, se convirtió en un actor no armado reconocido
por su valor estratégico para obtener información vital para los combates y para la
supervivencia del movimiento –al garantizar los suministros necesarios para los
combatientes-. Asimismo cuando los comandos establecieron leyes que limitaron y
determinaron sus acciones, se convirtieron en parte integrante de la estructura
paralela que funcionará en el Llano junto a la propia del Estado, donde las acciones
de los comandos –al ser más coordinadas y mejor dirigidas- permiten un avance en
las reivindicaciones por la paz y la seguridad de los llaneros, así como logran
contraponérsele al régimen a través de la creación de un aparato alternativo y
paralelo.
Así los procesos de organización y reglamentación de los comandos, vistos
como una forma de contienda política propia de los procesos de democratización, se
destacan como una forma regulada de violencia colectiva puesto que ahora las
guerrillas, al contar con una estructura, logran que sus repertorios se ejecuten más
claramente, con miras a la consecución de sus reivindicaciones. La violencia
colectiva será de tipo reducida contra la población mientras que de tipo elevada
contra la policía, los chulavitas y el Ejército, pues ya no se presentaba aleatoriamente,
sino que empezará a responder a los planes de lucha y a las necesidades de la misma.
La violencia contra la población sería reducida ya que ésta se aplicará solamente
cuando se decreten sanciones y penas de acuerdo a lo estipulado en las Leyes del
Llano. La violencia elevada, que se verá en el siguiente capítulo, se presentó contra la
policía, el Ejército y los chulavitas, dado a que estos se han constituido en los
objetivos de acción y contra el cual se realizan las reclamaciones.
La irregularidad característica de la etapa de conformación de las guerrillas
empezó a dar paso a repertorios más regulares, no tan espontáneos, sino que eran una 26
respuesta más directa a las necesidades de la población y a las mismas acciones que
contra ellos se perpetraban, como el caso del ataque contra la base militar de Orocue
realizada por el comando de Salcedo el cual, contó con una preparación y planes
determinados que garantizaron el éxito de dicha incursión.
2.2. PROCESOS DE PAZ Y DESMOVILIZACIÓN COMO CONTIENDA
POLÍTICA
Los procesos de paz y desmovilización de los comandos guerrilleros con el gobierno,
el posterior regreso a las armas o las actuaciones desde la política que se dieron como
resultado del incumplimiento de lo acordado entre las partes, y el mismo asesinato de
Salcedo, muestran de manera definitiva cómo la violencia colectiva, tal como lo
asegura Tilly, varía su intensidad –elevada, media o reducida– dependiendo del
régimen político que se encuentre en el poder.77
El 13 de junio de 1953, mientras se realizaba la Conferencia de La Perdida,
ocurrió el Golpe de Estado del general Gustavo Rojas Pinilla, que buscaba desmontar
el régimen conservador, impedir que Gómez reasumiera el control del Ejecutivo y la
consolidación del movimiento de masas como opción de Estado. De tal manera que al
finalizar el Congreso, quienes en él participaron, encontraron que se había presentado
un cambio determinante en la vida nacional, condicionando la posibilidad de que
entrara en vigencia la Segunda Ley del Llano y la subsistencia misma del
movimiento, puesto que, al poco tiempo, las guerrillas se disolvieron.78
El gobierno a partir del Golpe de Estado cambió su estrategia, pasando del
combate con las guerrilleras a una nueva búsqueda de negociación que pusiera fin al
conflicto armado. Los bombardeos ya no se hacían con bombas y metralla sino con
propaganda y periódicos, en los que se informaba sobre el “golpe de opinión” y se
invitaba a la población a volver a la normalidad y la deposición de las armas.
79
77 Comparar Tilly. “Violencia Colectiva”. p. 51.
78 Comparar Fonseca. Los combatientes del Llano 1949-1953. p. 222. Contrastar con Barbosa.
Guadalupe y sus centauros. Memorias de la insurrección llanera. pp. 160 - 162.
79 Comparar Casas. La Violencia en los Llanos Orientales. p. 115.27
Por su parte, las guerrillas que ahora contaban con una nueva organización,
dada la disidencia de los hermanos Fonseca, presentaban una clara y fuerte división
que debilitaba al movimiento y que determinó al final la manera como se presentó el
proceso de pacificación del Llano.80 Éste ocurrió con la entrega de las armas por
bloques separados.
Por un lado, la entrega del Comando de los Fonseca y quienes los apoyaban,
el 9 de septiembre en Tauramena, tras negociaciones sostenidas con el Gobierno entre
el 9 y el 14 de agosto, en las que acordaron: el pleno goce de los derechos
constitucionales, el retorno de los exiliados, la libertad de los presos políticos, el
compromiso del gobierno para dictar un decreto de amnistía e indulto y a destinar
suficientes recursos y elementos para la reconstrucción de las zonas de la violencia.
81
Y por otro lado, la entrega del comando de Salcedo y de todos aquellos que
reconocían en él, desde el Congreso de La Perdida, a su Comandante en Jefe,
sucedida entre el 12 de septiembre y el 6 de octubre en Monterrey. La entrega fue el
resultado de las conversaciones sostenidas con el gobierno que se llevaron a cabo
entre el 12 de julio y el 9 de septiembre.82
La desmovilización de los comandos llaneros, considerada como una de las
más dramáticas (puesto que logró la desmovilización de un total de 3.540
combatientes), presume algunas razones para su realización: promesas del gobierno
frente al perdón de los delitos a todos quienes se acogieran al plan, así como
beneficios económicos que les traería su desmovilización;
83 amenazas sobre su
destrucción y la dura situación en la que se encontraban (limitaciones en armas,
medicamentos, alimentos, miseria, falta de coordinación entre las fuerzas guerrilleras,
etc.);
84 y el compromiso para cumplir todas las demandas que satisfacerían las
80 Comparar Casas. La Violencia en los Llanos Orientales. p. 116.
81 Comparar Barbosa. Guadalupe y sus centauros. Memorias de la insurrección llanera. pp. 164-169.
82 Comparar Barbosa. Guadalupe y sus centauros. Memorias de la insurrección llanera. pp. 170-171.
Contrastar con Fonseca. Los combatientes del Llano 1949-1953. p. 259.
83 Comparar Guzmán; Fals y Umaña. La Violencia en Colombia. Tomo I. pp. 117-118.
84 Comparar Gómez. “1949-1953. La guerrilla liberal”. Consulta electrónica.28
necesidades básicas de la población, brindándole de esta forma al gobierno el “éxito”
en su proceso de paz.85
Este proceso, pese a que había logrado la desmovilización y retorno a la
vida civil de un considerable número de combatientes, demostró desde el comienzo
estar marcado por la desconfianza frente a las intensiones del gobierno y a la manera
como se llevaron a cabo las negociaciones, seguros del engaño que manejaban en su
discurso y en la poca diligencia con la que atenderían sus promesas86
.
La desconfianza de los excombatientes y el pueblo pronto se transformó en
un manifiesto descontento y preocupación, pues vieron cómo las promesas hechas por
el gobierno fueron incumplidas y cómo aparecieron nuevos y más intensos brotes de
violencia en su contra por parte de los militares, especialmente en aquellas zonas
rurales donde la entrega no se dio o fue tardía. Esto desencadenó una reactivación de
la lucha, dando pie a una nueva fase de guerra de guerrillas en el suroccidente del
Meta, en las regiones de Ariari, Guayabero, Palo y Caguán, y el noroccidente del
Caquetá. A esto se sumó la agudización de la confrontación entre los “gamonales” y
el pueblo, con la utilización de cuerpos armados particulares o del “DAS Rural”,
fenómeno conocido en el Llano como “bandidismo oficial” de parte de los hateros
contra los peones y vegueros que dio inicio a una nueva modalidad del problema
agrario, acompañado de algunos brotes armados.87
El incumplimiento del gobierno se presentó por una serie de factores. El
primero de ellos consistió en la falta de recursos, los cuales fueron transitorios,
insuficientes, precarios y discontinuos, de tal manera que no fueron capaces de suplir
las necesidades de la población llanera.88 A esto se sumó el hecho de que la reforma
agraria y las instituciones creadas para su ejecución no cumplieron su cometido: no
ayudaron a los pequeños propietarios sino que beneficiaron a los grandes hacendados
85 Comparar Barbosa. Guadalupe y sus centauros. Memorias de la insurrección llanera. p. 237.
86 Sobre la desconfianza en los procesos de paz comparar Guzmán; Fals y Umaña. La Violencia en
Colombia. Tomo II. pp. 194 - 199.
87 Comparar Barbosa. Guadalupe y sus centauros. Memorias de la insurrección llanera. p. 236.
88 Comparar Guzmán; Fals y Umaña. La Violencia en Colombia. Tomo I. p. 120.29
y a los grandes sectores empresariales, dejando a la población en las mismas
condiciones.89
El segundo factor fue la represión y persecución de parte del gobierno, a
través de sus Fuerzas Armadas, contra la población civil y excombatientes, dando
inicio a una ola de violencia institucional. La persecución contra los excombatientes
se presentó especialmente contra sus jefes guerrilleros quienes cayeron víctimas de
las Fuerzas Armadas, incluso durante los procesos de negociación. Algunos ejemplos
los encontramos en el ahogamiento bajo extrañas circunstancias de Alvear Restrepo
el 20 de agosto de 1953, en Puerto López,
90 y el posterior asesinato de Guadalupe
Salcedo en 1957,91 en Bogotá. Estos hechos condujeron al levantamiento de una
autodefensa campesina o en algunos casos al retorno a las armas92 que, junto a la
presencia de “los pájaros”, facilitaron una segunda ola de violencia.
Salcedo al igual que otros excombatientes que no retornaron a las armas,
optaron por la política en el sentido en que buscaron nuevos acercamientos con el
gobierno para pedir el cumplimiento de lo pactado.93 Entre sus acciones se encuentran
la reunión con el coronel Luis Carlos Turriago, Jefe Civil y Militar de los Llanos en
noviembre de 1956, donde denunciaron los actos perpetrados por “los pájaros” contra
la población y ellos mismos. O la carta del 28 de febrero de 1957, donde Salcedo y
otros excombatientes, declararon su solidaridad con los movimientos alzados en
armas, al tiempo que nombraron a Salcedo como su representante para que llamara a
una asamblea que fuera constitutiva del gobierno provisional con comando nacional,
civil y de la guerra.94 Es así como entre 1954 y 1957, al tiempo que se siguió
trabajando desde la vía política, también se intentó reorganizar la revolución a partir
89 Comparar Barbosa. Guadalupe y sus centauros. Memorias de la insurrección llanera. pp. 239-240.
90 Comparar Barbosa. Guadalupe y sus centauros. Memorias de la insurrección llanera.
pp. 160-167-168-241.
91 Comparar Guzmán; Fals y Umaña. La Violencia en Colombia. Tomo II. p. 200.
92 Comparar Barbosa. Guadalupe y sus centauros. Memorias de la insurrección llanera. p. 236.
93 Comparar Barbosa. Guadalupe y sus centauros. Memorias de la insurrección llanera. p. 243.
94 Comparar Guzmán; Fals y Umaña. La Violencia en Colombia. Tomo II. pp. 200 - 208-225 - 227.30
de contactos permanentes entre los excomandantes, entre los que sobresalen las
labores de Salcedo y Juan de la Cruz Varela.95
La labor de Salcedo por reavivar la revolución duró hasta el día de su
muerte en junio de 1957. La muerte de Salcedo, fue altamente difundida por la prensa
nacional, que logró establecer los últimos movimientos del jefe guerrillero quien,
según los testimonios y declaraciones, no sólo fue traicionado, sino que se encontraba
condenado a muerte desde el inicio mismo de la guerra, en especial cuando dejó de
creer en el “Frente Civil” y cuando empezó a trabajar por la reunificación de las
guerrillas del Llano.96
2.3. CONSIDERACIONES FINALES
Así como la organización y reglamentación alcanzada por los comandos les había
permitido que sus acciones estuviesen mejor ejecutadas y dirigidas, y con
limitaciones específicas a la violencia que podían ejercer, con la pacificación y demás
sucesos antes mencionados se pudo ver cómo la supervivencia del movimiento se vio
afectada por la división interna en el movimiento guerrillero, dejando como resultado
los posteriores intentos de reconformación y reorganización de las guerrillas del
Llano que se diera con las acciones políticas de Salcedo, así como el retorno de
algunos guerrilleros a las armas.
De igual manera, la figura de Salcedo permite observar cómo la dirección
del movimiento, pese a los intentos de unificación, estuvo siempre dividida entre los
diferentes comandantes; y cómo dicha división impidió que los procesos de
democratización que se buscaban con la lucha armada no se dieran según lo esperado,
sino que, por el contrario, éstos terminaran en un proceso de pacificación que no fue
cumplido por el gobierno y que no les dio las garantías necesarias.
También se aprecia cómo los procesos de organización, reglamentación y
pacificación como formas de contienda política, que buscan la consecución de las
95 Comparar Barbosa. Centauros de Guadalupe o la insurrección llanera 1946-1966. Tomo I, 1998.
p. 434.
96 Comparar Barbosa. Guadalupe y sus centauros. Memorias de la insurrección llanera. pp. 243-244.31
reivindicaciones a través de una violencia con determinados grados de intensidad,
ésta se encuentra limitada a través de las leyes y demás disposiciones empleadas,
logrando que se llegue a una violencia reducida contra la población civil y una
violencia elevada contra los demás actores contra quienes se enfrentaban las
guerrillas. De igual manera, frente a la intensidad de las acciones violentas que se
presentaron se puede apreciar que, si bien hubo un momento donde ésta fue elevada,
también hubo una violencia media o reducida a partir del inicio de los procesos de
paz y desarme mantenidos con el gobierno. Este hecho se presenta por el régimen del
momento: durante los mandatos de Gómez y Urdaneta, las acciones de los comandos
fueron altamente combativas y con una violencia elevada contra la policía, el Ejército
y los chulavitas (que se mostrará a continuación), mientras que, durante la presidencia
de Rojas Pinilla, el acercamiento con las guerrillas permitió mantener conversaciones
con ellas, logrando que la violencia que éstas ejercían fuera reducida e incluso su
posterior desmovilización.
Este hecho permite hablar, retomando a Tilly, de repertorios de cooperación
o de conflicto según las implicaciones que éstos tienen para los actores. Los procesos
mencionados son un ejemplo claro de los repertorios de cooperación presentes en las
relaciones entre los comandos guerrilleros y el pueblo, mientras que los repertorios de
conflicto fueron aquellos que se dieron entre las guerrillas y la policía, el Ejército y
los chulavitas, que se mostrarán a continuación.32
3. VIOLENCIA COLECTIVA DE LAS GUERRRILLAS DE LOS LLANOS
COMO FORMA DE CONTIENDA POLÍTICA 1950-1953
Retomando nuevamente a Tilly, sobre la violencia colectiva como otra forma de
contienda política, se puede apreciar cómo, con el transcurso de los años y
especialmente después de 1951, se desarrollaron repertorios más limitados, donde los
actores se relacionan con el fin de infligir daños físicos a personas y objetos
determinados, con un alto grado de coordinación y coerción entre ellos. Siendo así
como la violencia colectiva fue la manera en que las guerrillas realizaron sus
reivindicaciones.
De esta forma, se mostrará la manera como se presentaron los repertorios de
acción colectiva violenta durante los años de combate, y los sucesos que les dieron
origen.
3.1. HACIA LA CONFORMACIÓN DE LOS REPERTORIOS DE ACCIÓN
COLECTIVA VIOLENTA DE LOS COMANDOS GUERRILLEROS: 1950-
1951
Si bien durante los primeros repertorios violentos que se presentaron en el Llano
fueron el resultado de las acciones que se daban contra de la población, por los
chulavitas y la policía presentes en la región, durante los años de 1950 y 1951
ocurrieron varios hechos determinantes para la conformación de los repertorios
empleados desde ese momento.
En 1950 la invasión del Llano por la policía y los chulavitas,
97 incentivó la
puesta en marcha de nuevas acciones por parte de las guerrillas quienes, para este
momento, contaron con el respaldo e incitaciones de los hacendados llaneros. Este
hecho permitió que, durante este primer año de lucha, operara la participación de
actores provenientes de todas las clases sociales, con la particularidad de que muchos
de los hacendados actuaban en calidad de comandantes mientras que sus peones eran
97 Comparar Barbosa. Guadalupe y sus centauros. Memorias de la insurrección llanera. p. 77.33
sus propios soldados. Esta situación duró hasta principios de 1951, cuando los
hacendados dieron la espalda a los comandos guerrilleros.98
Ese mismo año, mientras se presentaban grandes cambios en la estructura de
las Fuerzas Armadas colombianas, los comandos de la “Revolución Llanera”
incrementaron su número y su fuerza efectiva. Así, pese a las diferencias existentes,
unificaron los criterios de acción a través de las reuniones del mes de febrero en
Casanare y del 27 de abril en las costas del río Guanapalo. En ellas lograron darse una
organización y su constitución en Comando, así como la promulgación de la
Resolución No. 103 con la cual se delimitaban las zonas militares de operación en los
Llanos.99
La nueva estructura de las Fuerzas Armadas y los cambios presentados en su
interior, contribuyeron en la alteración sustancial en la forma en que las guerrillas
llaneras consideraban al Ejército, quien pronto pasó de ser un aliado, un salvador o
amigo, a ser visto como un enemigo que se debía combatir. La puesta en marcha del
cerco militar del Llano, la presión militar sobre las zonas de Sogamoso, el río Pauto,
Villavicencio y Meta, y las acciones punitivas en contra de los comandos guerrilleros
y en algunos casos en contra de la población, ocasionaron la desconfianza de las
guerrillas y del pueblo. Esa desconfianza se tradujo en la agudización de los
enfrentamientos, que pasaron a incluir acciones contra el Ejército y en el surgimiento
de nuevos comandos guerrilleros.100
Un ejemplo al respecto está en las acciones ejecutadas por el comando de
Salcedo. Durante las conversaciones en el Guanapalo, Salcedo, al lado de Perdomo y
su comando, sostuvieron enfrentamientos en Manuco, Sabanas de Trinidad, contra
fuerzas del Ejército que se encontraban realizando operativos en determinadas zonas
del Llano con el fin de contener el crecimiento guerrillero del momento.101
98 Comparar Guzmán; Fals y Umaña. La Violencia en Colombia. Tomo I. p. 87.
99 Comparar Barbosa. Guadalupe y sus centauros. Memorias de la insurrección llanera. pp. 94 - 96.
100 Comparar Franco. Las Guerrillas del Llano. Testimonio de una lucha de cuatro años por la
Libertad. pp. 33-67-68.
101 Comparar Barbosa, Reinaldo, Guadalupe y sus centauros. Memorias de la insurrección llanera.
p. 9734
A finales de 1950, se dieron dos hechos importantes que contribuyeron al
desarrollo de los comandos guerrilleros y de sus repertorios: primero, la ampliación
del cierre del Llano por parte del gobierno colombiano, ejecutado por sus Fuerzas
Armadas; y segundo, la llamada “Escisión del bloque llanero”.
La puesta en marcha de la nueva etapa de cierre del Llano, que buscaba un
mayor control de la ganadería a través del Decreto 2499 del 20 de julio de 1950,
generó mayor escasez, afectando tanto a combatientes como a la población civil,
quienes no podían comerciar libremente con el resto del país ni con Venezuela. El
objetivo del gobierno con esta disposición era el aniquilamiento de los rebeldes o su
rendición mediante la aplicación de “operaciones cívico-militares” y de guerra
regular directa, para lo cual se incorporaron otras disposiciones parecidas.
102
Por su parte, la “Escisión del bloque llanero” se dio cuando los grandes
hacendados del Llano, que habían apoyado e incluso incentivado la creación y
accionar de las guerrilleras, les dieron la espalda a estos cuando se les establecieron
impuestos al ganado, así como contribuciones forzosas en ganados y cabalgaduras
para la lucha, establecidas a través del decreto No. 101 del Estado Mayor General del
Ejército Revolucionario Liberal (de Eliseo Velásquez),
103 con el objetivo de
conseguir y garantizarse provisiones que faltaban como resultado del cerco del
Llano.
La respuesta de los hacendados que estuvieron a favor de la revolución
mientras ésta no afecto sus propiedades, fue el rechazo y la posterior ruptura de
relaciones con las guerrillas quienes, empezaron a ser consideradas como bandoleros,
cuatreros y prófugos. Esto último se formalizó a través de las declaraciones del
Congreso de Ganaderos de noviembre de 1950, y con las Resoluciones de
Villavicencio y Sogamoso.104 Esta ruptura facilitó la conformación de grupos
102 Comparar Barbosa. Guadalupe y sus centauros. Memorias de la insurrección llanera. pp. 103-108-
109-110-121.
103 Comparar Guzmán; Fals y Umaña. La Violencia en Colombia. Tomo I. pp. 83-88.
104 Comparar Barbosa. Guadalupe y sus centauros. Memorias de la insurrección llanera. p. 107.
Contrastar con Guzmán; Fals y Umaña. La Violencia en Colombia. Tomo I. p. 87.35
antiguerrilla que lucharon contra las guerrillas, con el apoyo y la financiación de los
hacendados e incluso del gobierno105
.
En 1951, las llamadas “guerrillas de paz” –grupos de conservadores que
llegaron al Llano con el objetivo de dominar a las guerrillas liberales, que contaban
con el apoyo del gobierno en término de armas y con la participación del Ejército y la
policía en sus acciones-, sumado al cambio ocurrido en la forma como se
consideraban las guerrillas desde la firma del manifiesto de Sogamoso durante la
Conferencia de Ganaderos del mismo año; se generó un cambio en las relaciones
entre los hacendados, los guerrilleros y el pueblo, así como mayores
enfrentamientos.
106 En este escenario, los comandos “replicaba(n) a la traición de los
amos quemando los hatos, saqueándolos y paseándose como una tromba de muerte
por la llanura”107
.
A finales de 1950, estos hechos, sumados a la escasez de víveres por el
cierre del Llano,
108 ocasionaron el descontento del pueblo que, al verse afectado por
las acciones dirigidas en su contra, apoyó a las guerrillas llaneras a quienes
consideraron como sus defensores.109 También operó el cambio en la forma de los
enfrentamientos que ya no se presentaron “entre las dos facciones de la clase
dominante en la cual van involucrados los de abajo, como carne de cañón. Ahora es la
clase dominante contra todos los de abajo”110. Así se transformaron las relaciones
entre el pueblo y las guerrillas con la aparición de un sentido de pertenencia entre
ellos y con el movimiento, compartiendo un mismo objetivo y actuando ya fuese
como combatientes o como los productores de bienes de consumo necesarios durante
el desarrollo de las acciones militares.
111
105 Sobre el surgimiento de los grupos anti-guerrilla comparar Barbosa. Guadalupe y sus centauros.
Memorias de la insurrección llanera. p. 107.
106 Comparar Franco. Las Guerrillas del Llano. Testimonio de una lucha de cuatro años por la
Libertad. pp. 99-144-145-146-150.
107 Ver Guzmán; Fals y Umaña. La Violencia en Colombia. Tomo I. p. 96.
108 Comparar Franco. Las Guerrillas del Llano. Testimonio de una lucha de cuatro años por la
Libertad. p. 131.
109 Comparar Barbosa. Guadalupe y sus centauros. Memorias de la insurrección llanera. p. 100.
110 Ver Casas. La Violencia en los Llanos Orientales. p. 44.
111 Comparar Franco. Las Guerrillas del Llano. Testimonio de una lucha de cuatro años por la
Libertad. p. 137.36
Estos dos años de conflicto fueron determinantes para la conformación de
los repertorios violentos empleados por las guerrillas, en la medida en que el pueblo
se tornó de manera irrestricta a favor de los comandos, apoyándolos en sus acciones.
El apoyo se evidenció con la ayuda al momento de tender trampas contra el enemigo,
brindándoles información, y supliéndoles de insumos necesarios para los combates y
su supervivencia. Estos hechos determinaron finalmente los actores inmersos en el
conflicto así como el posterior papel que cada uno de ellos desempeñaría.
Asimismo, el año de 1951 fue para las guerrillas llaneras el momento
determinante de su conformación final, puesto que la escisión del bloque llanero,
junto a los hechos antes reseñados, permitió que los comandos adoptaran y ejecutaran
repertorios propios de acción colectiva violenta contra la Policía, el Ejército y
chulavitas. Este hecho dado a que sus acciones ya no eran sólo con el objetivo de
defender sus vidas y las de sus familias, sino que se convirtieron en intentos
específicos de actuar contra el régimen del momento y sus Fuerzas Armadas. De tal
manera, sus acciones dejaron de ser espontáneas y pasaron a tener una mayor
regularidad, respondiendo de manera más directa a las necesidades de la población y
a las acciones que contra ella se cometían. Como por ejemplo la acción ejecutada
contra José Bigot en octubre de 1951 por el comando de Salcedo, en la cual se
muestra un alto grado de planeación para la ejecución del ataque, conseguido con el
engaño a través del empleo de vestimentas del Ejército por los guerrilleros para
mezclarse con la tropa de Bigot y atacarlos posteriormente. En este caso la necesidad
o el motivo que originó estas acciones fueron los desmanes de Bigot y su tropa contra
la población.
La adopción de repertorios decididamente violentos se debió también a que,
a partir de ese momento, los comandos que habían establecido organizaciones más
definidas que contribuyeron a responder de mejor manera a las necesidades de
combate e incluso a formar un aparato paralelo al Estatal del momento, que no se
acomodaba a la vida del Llano y que en muchas ocasiones le resultaba ajeno.
112
112 Comparar Gómez. “1949-1953. La guerrilla liberal”. Consulta electrónica.37
Estos sucesos determinaron el incremento de las fuerzas guerrilleras con el
surgimiento de nuevos comandos y de sus acciones que fueron más agudas y de
mayor intensidad, evidenciado en los resultados alcanzados en los años posteriores de
conflicto, donde se generaron mayores daños a sus enemigos.
Las acciones que se dieron a partir de 1951, demuestran claramente cómo la
violencia colectiva de los comandos, al momento de infligir daños contras la Policía,
el Ejército y los chulavitas presentes en el Llano, alcanzaron un alto grado de
coordinación y de destrucción, capaz de demostrar la eficacia y eficiencia de los
repertorios empleados, caracterizados por ser sorpresivos, altamente combativos, de
mucha movilidad, y con una gran especialización de los guerrilleros al momento de
ejecutar las acciones; es decir una guerra de movimientos113 que se perfeccionó con el
transcurso de los años y con los enfrentamientos entre los actores. Además, se puede
apreciar cómo la contienda política se basó principalmente en las reclamaciones para
respetar la vida y la “paz” de los llaneros, que constantemente se veía amenazada.
En 1951, los intentos de organización del movimiento guerrillero, sumados
al incremento de las acciones de las contraguerrillas, condujeron al aumento de las
acciones guerrilleras con altos grados de destrucción contra las fuerzas policiales, del
Ejército y de las “guerrillas de la paz”.114 Algunos ejemplos los encontramos en las
siguientes acciones del comando de Salcedo, quien para este momento, había
adquirido ya una gran reputación, logrando que sus acciones fueran sorpresivas,
intrépidas y certeras.115
Una de las acciones más conocidas de Salcedo junto a Riqueiro Perdomo y
su comando, fue la ejecutada contra del capitán chulavita Julio Chaparro y su tropa,
en las cercanías del río Canacabre. En él, Salcedo y Perdomo entraron a un patio,
donde encontraron a un joven quien tras ser interrogado fue enviarlo con un
“embuste” al puesto chulavita, para que llamara la atención de los allí presentes y los
113 Se conoce como guerra de movimiento a las operaciones alemanas de 1914 para derrotar a Francia,
a través de una estrategia basada en movimientos rápidos con el objetivo de sorprender a sus
adversarios. Comparar “La Gran Guerra (1914-1918)”, s.f. Consulta electrónica.
114 Comparar Barbosa. Guadalupe y sus centauros. Memorias de la insurrección llanera. pp. 120-121.
115 Comparar Barbosa. Guadalupe y sus centauros. Memorias de la insurrección llanera. p. 99.38
condujera hacia una emboscada. El muchacho cumpliendo con las instrucciones,
llegó al lugar establecido, acompañado por el sargento del puesto y cinco chulavitas,
donde fueron rodeados por los guerrilleros. Perdomo pidió que se rindieran, pero el
sargento y su grupo se negaron, aprestándose para la batalla. Finalmente, los
guerrilleros vencieron utilizando los surales a su favor.116
La victoria guerrillera permitió la obtención de un botín de guerra117, y la
posibilidad de cambiar de manera definitiva el pensamiento que se tenía sobre ellas y
sus perseguidores: “…en lo sucesivo el sentimiento será inmodificable, y nace un
nuevo aforismo en el corazón del pueblo: un guerrillero vale por diez chulavitas”118
.
Esta acción, además de poseer los elementos mencionados, demuestra cómo
la población civil apoyaba las acciones perpetradas por los comandos guerrilleros, ya
fuera uniéndose a los combates o actuando como parte del engaño contra el enemigo.
Demostrando nuevamente cómo el apoyo de la población hacia los comandos
resultaba vital para la consecución de la victoria y de las reclamaciones que se hacían.
En agosto de 1951, el comando de Salcedo realizó un ataque contra una
comisión de veinticinco soldados bajo las ordenes del Teniente Guinard en las afueras
de Maní.119 Los guerrilleros, al acercarse a Mundo Nuevo, decidieron enviar un
convoy de 7 hombres (entre ellos Perdomo, Salcedo y Jorge Carreño) en busca de
municiones. Al encontrarse el Ejército y los guerrilleros, y viendo la gran diferencia
en el número de combatientes, los soldados emprendieron la persecución contra los
guerrilleros, quienes huyen sin éxito. Los soldados utilizando su F.A.120 intentaron
cercar a los guerrilleros que se defendieron lo mejor que pudieron. Éstos pronto
fueron apoyados por sus compañeros que estaban retrasados en su marcha hacia el
Charté, y empezaron a ganar una mejor posición en el combate, permitiéndoles pedir
116 Comparar Franco. Las Guerrillas del Llano. Testimonio de una lucha de cuatro años por la
Libertad. pp. 175-176.
117 Los botines de guerra brindaban a las guerrillas la oportunidad de conseguir provisiones necesarias
para la supervivencia de los combatientes y los futuros combates; especialmente de ropas, alimentos,
armas y municiones. En algunos casos incluso lograban la “adquisición” de nuevos combatientes.
118 Ver Franco. Las Guerrillas del Llano. Testimonio de una lucha de cuatro años por la Libertad.
p. 176.
119 Comparar Fonseca. Los combatientes del Llano 1949-1953. p. 105.
120 Un F.A era un arma tipo carabina empleada en la época en su mayoría por parte de las Fuerzas
Armadas, que luego fueron empleadas por las guerrillas al quedar como botines de guerra.39
la rendición de los soldados a quienes Salcedo ofreció la libertad si se entregaban.
Mientras tanto, Riqueiro Perdomo había caído muerto y el teniente Guinard había
desertado de su tropa. Los guerrilleros, una vez más, recogieron un fortín.
121
Con la muerte de Perdomo, Salcedo se independizó y dio a su comando el
nombre de Riqueiro Perdomo.
122 De esta forma, Salcedo emprendió nuevos ataques e
incursiones en contra de otras comisiones chulavitas, de policías y del Ejército. Entre
ellas se cuentan la incursión en La Porfía, de donde había huido el “Teniente Don
Héctor” rumbo a la guarnición de Yopal; el ataque a San Pedro de Arimena, donde se
emplearon bombas,123 y el ataque de octubre de 1951, en Rondón,124 contra la
“contraguerrilla” de José Bigot125
, que contó con la participación de 40 guerrilleros,
que vestidos como soldados del Ejército, fueron conducidos al cuarte de Bigot, el cual
fue tomado al poco tiempo. Salcedo al enterarse de que la mayoría de sus miembros
habían sido obligados a pertenecer a ella, los liberó y fusiló a Bigot, a sus hermanos y
cabecillas. La respuesta a cada una de estas acciones fue el bombardeo desde aviones,
o ataques de comisiones del Ejército o la policía contra la “chusma” y el pueblo.126
Estas acciones pese a ser consecuencia de una “casualidad” donde los
grupos combatientes no esperaban luchar sino que iban en busca de otros objetivos de
acción, permiten observar cómo la instrucción militar y la especialización alcanzada
por las guerrillas en el manejo de las armas y en las demás tácticas ofensivas que
empleaban, brindaban a las últimas la posibilidad de llevar a cabo un golpe certero
con un alto grado de destrucción de las filas enemigas, aprovechando de esa forma las
condiciones específicas de combate propias del Llano.
121 Comparar Franco. Las Guerrillas del Llano. Testimonio de una lucha de cuatro años por la
Libertad. pp. 178 - 180.
122 Comparar Fonseca. Los combatientes del Llano 1949-1953. p. 80.
123 Comparar Franco. Las Guerrillas del Llano. Testimonio de una lucha de cuatro años por la
Libertad. pp. 181-182.
124 Comparar Barbosa. Guadalupe y sus centauros. Memorias de la insurrección llanera. p. 127.
125 Sobre el surgimiento de esta contraguerrilla comparar Fonseca. Los combatientes del Llano 1949-
1953. p. 109.
126 Comparar Franco. Las Guerrillas del Llano. Testimonio de una lucha de cuatro años por la
Libertad. pp. 181-183-211-212.40
3.2. REPERTORIOS DE ACCIÓN COLECTIVA VIOLENTA A PARTIR DE
1952
En 1952 ocurrió un fortalecimiento de la arremetida contraguerrillera por parte del
Estado. Las guerrillas de paz fueron reforzadas con mejores elementos, y con el
pretexto de combatir a los guerrilleros, se dedicaron al robo de ganado y el
bandolerismo, inculpando después a los guerrilleros liberales, con el objeto de lograr
su desprestigio. El gobierno también adelantó un intento de negociación y
pacificación del Llano, contando con la participación de Alfonso López Pumarejo,
encargado de llevar a cabo los diálogos con las guerrillas, y una apertura del Llano,
permitiendo el tránsito de personas y mercancías, para lo cual retiraron la mayoría de
los puestos militares. Esto duró hasta mayo cuando, por órdenes del general Carlos
Bejarano, fue emitida la Resolución No. 23.
127 El objetivo de estas acciones, más que
la pacificación del Llano, era conseguir el debilitamiento de las guerrillas, para acabar
con ellas de una vez por todas.128
Estos intentos no lograron su cometido, sino que las guerrillas lograron
demostrar una combatividad y movilidad extraordinarias que les permitieron alcanzar
mayores y mejores resultados con la posibilidad de hacerse presentes en cualquier
lugar del Llano en el cual incursionara el enemigo.
129 Las guerrillas también
demostraron una mayor organización de sus fuerzas, con la implementación de
nuevos reglamentos (antes mencionados), la unificación de criterios para el cobro de
impuestos, y la generalización del combate contra el Ejército.
130
La guerra de movimientos brindó a las guerrillas la posibilidad de que sus
acciones fuesen más selectivas y eficaces, así como permitió la especialización de los
guerrilleros en el manejo de armas automáticas, armas blancas, explosivos y rutas
clandestinas de abastecimiento. También les permitió asimilar con mayor
complejidad todas aquellas tácticas insurgentes como la disciplina y el rigor de la
127 Comparar Barbosa. Guadalupe y sus centauros. Memorias de la insurrección llanera. p. 141.
128 Comparar Fonseca. Los combatientes del Llano 1949-1953. pp. 99-113 - 118
129 Comparar Fonseca. Los combatientes del Llano 1949-1953. pp. 113-118.
130 Comparar Barbosa. Guadalupe y sus centauros. Memorias de la insurrección llanera. p. 139.41
formación militar de los combates, necesarias para la utilización adecuada de los
elementos con que contaban, y la educación de la población civil en política para que
éstos pudiesen realizar sus exigencias contra el régimen político del momento.
131
Aquí se puede apreciar fácilmente la especialización que iban adquiriendo los
comandos guerrilleros en las tácticas de ataque con el paso del tiempo y cómo incluso
iban sumando a las tácticas que ya tenían y dominaban, nuevos elementos para la
consecución de sus objetivos.
Uno de los comandos que más se destacaron en esta guerra de movimientos
fue el Comando Riqueiro Perdomo, extendiendo sus acciones por Arauca, Meta y las
costas del Cusiana,
132 lo cual se aprecia en sus combates. El 18 de junio de 1952, este
comando con Salcedo al frente, atacó el campo de aterrizaje de Orocué, donde se
encontraba la tropa del capitán Quintero.133 El ataque que se había presentado como
una represalia a los actos cometidos por el Ejército en contra de una comisión liberal,
tuvo como factor determinante el que fuese una acción que se daba contra una
guarnición estratégica del Ejército, donde su aeropuerto “servía de abastecimiento al
resto de guarniciones del Llano adentro”134
.
Un mes después, el comando Riqueiro Perdomo se movilizaba bajo la
dirección de los tenientes Alberto Hoyos y Tomás Zambrano (dado que Guadalupe
Salcedo se encontraba enfermo).
135 Realizó el ataque a Turpial, el más exitoso y
violento de las guerrillas del bajo Llano. El comando de 50 unidades que se dirigía a
Puerto López, se encontró con una comisión del Ejército que se encontraba quemando
las casas ubicadas a las orillas de la carretera. Este actuar hizo que “El Loco” Beltrán,
junto a cuatros guerrilleros, se les enfrentaran. El ataque se realizó a través de
emboscadas que se tendían a cada uno de los cinco camiones mientras estos
avanzaban, puesto que estos contaban con 300 metros entre ellos, permitiendo que,
tras finalizar el ataque, las guerrillas pudiesen reabastecer sus suministros y asestar un
131 Comparar Barbosa. Guadalupe y sus centauros. Memorias de la insurrección llanera.
pp. 129 - 131.
132 Comparar Barbosa. Guadalupe y sus centauros. Memorias de la insurrección llanera. p. 131.
133 Comparar Fonseca. Los combatientes del Llano 1949-1953. p. 151.
134 Ver Barbosa. Guadalupe y sus centauros. Memorias de la insurrección llanera. p. 144.
135 Comparar Casas. La Violencia en los Llanos Orientales. p. 105.42
nuevo golpe.136 Este ataque dejó noventa y cuatro soldados muertos, entre los que se
encontraban los tenientes Gómez y Caro; por su parte las guerrillas perdieron al
teniente Hoyos y adquirieron un gran botín, así como una respuesta por parte del
Ejército: el 14 de julio, sitió la población civil de Puerto López, aniquilando gradual y
selectivamente a los hombres.137
Los sucesos de 1953 estuvieron marcados por el inicio de la invasión
anunciada por López en su reunión con los jefes guerrilleros de 1952. La invasión
comenzó el 20 de enero, con la participación de un gran número de conservadores a
quienes el Ejército armaba con fusiles y uniformes y con el incremento del pie de
fuerza del Ejército y la Fuerza Aérea, lo que facilitó la recuperación de las zonas en
conflicto.138
La respuesta armada de los comandos guerrilleros no se hizo esperar: hubo
duros combates en la zona de los Parra, en Tame, y en Labrazagrande, Yopal y
Aguazul.139 Así como el 1 de febrero en Chorro Blanco, se minaron ochocientos
metros de carretera, activados con cuatro magnetos capaces de estallar cincuenta
minas cada uno. En esta acción perdieron la vida ciento cincuenta soldados y otro
tanto de contraguerrilleros.140
Tras esto la colaboración entre los comandos se hizo más fuerte, con el fin
de ampliar su capacidad militar y defender el territorio que se veía cada vez más
amenazado por la oleada conservadora.141
Estos dos últimos combates dejan ver cómo las acciones de los comandos se
presentaban como respuesta a las acciones que cometían en su contra y de la
población mostrando así cómo las reivindicaciones por la paz y la vida de ellos se
hacen presentes y se convertían en un móvil de acción.
136 Comparar Fonseca. Los combatientes del Llano 1949-1953. pp. 157-158.
137 Comparar Barbosa. Guadalupe y sus centauros. Memorias de la insurrección llanera. p. 145.
138 Comparar Fonseca. Los combatientes del Llano 1949-1953. pp. 118-191.
139 Comparar Fonseca. Los combatientes del Llano 1949-1953. p. 191.
140 Comparar Barbosa. Guadalupe y sus centauros. Memorias de la insurrección llanera. p. 157.
141 Comparar Fonseca. Los combatientes del Llano 1949-1953. p. 200.43
3.3. CONSIDERACIONES FINALES
Retomando a Tilly quien afirma que los repertorios se presentan como el resultado de
un aprendizaje cultural y del contexto mismo donde se encuentran inmersos, se puede
apreciar cómo la especialización en los repertorios se da como ese resultado del
aprendizaje culturas de los comandos y por la lucha que se presentó en el contexto
específico del Llano de los años 50. Además se ve cómo los repertorios de conflicto
se encontraban determinados por la búsqueda de ocasionar daños al enemigo y sus
pertenencias, generando que estos se caracterizaran por:
a. La presencia de comandos en zonas específicas, lo que facilitaba su
comunicación y la efectividad de las acciones;
b. Esta división permitió que los combates fuesen esporádicos
presentándose según el lugar donde estuviera el “enemigo”;
c. Acciones rápidas y altamente eficaces, resultado de la sorpresividad de
los ataques, el uso del engaño en el que participaban los comandos y el pueblo, y el
aprovechamiento del conocimiento geográfico;
d. Alta movilidad, que facilitaba la presencia de los comandos en el lugar
donde se presentara el enemigo y el éxito de los ataques;
e. Alta especialización en el uso de armas y el material bélico disponible,
dada su escasez.
El que los repertorios se presentaran según el momento y lugar donde
estuviera el enemigo, permitió que la violencia alcanzada fuese en episodios; así
como el contar con una amplia coordinación entre sus fuerzas. Esta coordinación,
junto a la coerción, se hicieron perceptibles en la planeación y ejecución de los
ataques, en los cuales algunas veces se contaba con la participación de la población
civil y de otros comandos. Asimismo, la coordinación y coerción alcanzadas
permitieron que los repertorios contaran con una violencia de intensidad elevada, que
respondía de manera directa a las disposiciones y acciones estatales, y con un alto
grado de perfeccionamiento que les permitió tener éxito frente a sus enemigos.44
Asimismo, la violencia presentada, siguiendo los lineamientos de María
Victoria Uribe, fue esporádica y dirigida a objetivos específicos: policía, Ejército,
chulavitas y régimen colombiano en general, en la medida que sus acciones se daban
para contraponérsele. La violencia empleada por las guerrillas contó con limitantes
específicos, dados a través de las Leyes del Llano, para evitar que ésta fuese
empleada en contra de la población civil. De esta forma, la contienda política se basó
principalmente en las reclamaciones para respetar la vida y la paz de los llaneros.45
4. CONCLUSIONES
El presente estudio de caso tenía como objetivo principal realizar un análisis de las
continuidades, discontinuidades y combinaciones en los repertorios de acción
colectiva violenta de las guerrillas del Llano comandadas por Guadalupe Salcedo
entre 1949-1957.
El desarrollo de las características específicas en los repertorios ocurridos en
el Llano son el resultado de:
a. Los actores involucrados: gobierno y sus Fuerzas Armadas, chulavitas,
comandos guerrilleros y pueblo,
b. Del lugar y el momento en el que se presentaron: El Llano y la Primera
Ola de la Violencia, esta última marcada por el conflicto bipartidista, y
c. Por sus circunstancias estratégicas como lo fueron el Llano y el
desarrollo de una guerra de movimientos, garantizada por la existencia de diferentes
comandos y zonas de acción.
Pese a que La Violencia estuvo enmarcada en la guerra bipartidista, que
marcó el desarrollo de los repertorios empleados por los comandos, cabe la pena
resaltar que otros factores que contribuyeron a los reclamos de este movimiento
guerrillero fueron el problema agrario, y los enfrentamientos entre las clases sociales
llaneras dadas las vastas diferencias y desigualdades existentes entre ellas.142 Dichos
factores se hicieron visibles a través de los enfrentamientos entre el pueblo y los
grandes hacendados, y más aún con la escisión del bloque llanero, momento a partir
del cual las acciones de los segundos se tornaron en contra del pueblo con la
conformación de grupos antiguerrilla. El problema agrario fue decisivo puesto que
durante las negociaciones de paz sostenidas entre el gobierno y las guerrillas, fueron
un tema de gran importancia, dadas las instituciones y medidas que el gobierno debía
adoptar para su solución, pero que como se vio no logró cumplir con lo pactado.
Con el análisis de dichos repertorios podemos observar las variaciones que
en ellos se presentaron al pasar de acciones colectivas violentas, que no se
142 Comparar Barbosa. Guadalupe y sus centauros. Memorias de la insurrección llanera. p. 17.46
encontraban bien limitadas y establecidas, a verdaderos repertorios regulares con
características específicas que garantizaron a las guerrillas las victorias obtenidas
durante sus años de combate. Este transcurso estuvo acompañado de cambios
significativos en la organización de los comandos guerrilleros, permitiéndoles pasar
de grupos de hombres armados a proyectar la conformación de una fuerza
revolucionaria, organizada a partir de códigos de conducta y leyes específicas que
dividieron al cuerpo civil del armado, y que determinaban los derechos y deberes de
cada uno de ellos, así como las penas y castigos.
Se observa también cómo las guerrillas del Llano presentaron repertorios de
de conflicto y de cooperación en las relaciones que desarrollaron con los demás
actores. Los de cooperación fueron aquellos presentados entre los comandos y el
pueblo, reflejados en las redes de comunicación, el desarrollo de las Leyes del Llano
con las cuales se regularon sus relaciones, se perpetuó el sentido de pertenencia
alcanzado entre ellos y se limitó el actuar de los comandos con el pueblo para impedir
el abuso; y por la organización que alcanzaron los comandos a través de dichas leyes.
Los repertorios de conflicto fueron los ocurridos contra los chulavitas, policías y
Ejército, reflejados en los diferentes enfrentamientos que demostraron el éxito de las
acciones guerrilleras. De igual manera, en las acciones de los comandos se refleja el
grado de coerción alcanzado por éstos al momento de ejecutar los repertorios
netamente violentos.
La relación presente en las acciones colectivas de cooperación y conflicto,
se encuentra en que las acciones de cooperación y la forma como se logró la
interacción entre las guerrillas y el pueblo permitió el apoyo y ayuda del último para
con los primeros al momento de ejecutar los repertorios y la consecución de sus
objetivos (salvaguarda de la vida y oposición al régimen y sus actores). Además
permiten observar una combinación en los repertorios empleados por las guerrillas,
mostrando una dualidad de sus acciones para la consecución de sus objetivos.
Respecto a la figura de Guadalupe Salcedo y su importancia dentro del
periodo de La Violencia en los Llanos, se puede apreciar cómo ésta fue clave al
momento de lograrse la consolidación en las relaciones y el sentido de pertenencia 47
existente entre los comandos y la población. Esto gracias a que su figura –y la de los
demás comandantes- lograba transmitir confiabilidad para sus compañeros y el
pueblo, lo que en varias ocasiones les garantizó la protección de su parte; mientras
que para el enemigo, temor. Salcedo de esta manera se convierte en un ejemplo de la
dualidad de los repertorios, que al tiempo que eran de cooperación y de conflicto
también presentaban unas continuidades y unas discontinuidades.
Entre las discontinuidades vemos también cómo Salcedo no puede
considerarse Comandante General dada la “fuerte” división existente al interior de las
guerrillas del Llano, principalmente, por la presencia de diferentes jefes guerrilleros,
quienes contaban cada uno con su territorio de acción; así como con ambiciones y
pasiones propias, que limitaron la consecución del proyecto de unificación de las
fuerzas guerrilleras del Llano.
143 Ello obedeció también a que la Segunda Ley del
Llano no logró ejecutarse completamente gracias al proceso de paz al que se
acogieron las guerrillas, y a la división que se presentó entre los comandos en la
realización del Congreso de La Perdida. Estos hechos hicieron necesario, en
determinados momentos, acudir a las acciones de otros comandos guerrilleros, como
los Bautista y los Fonseca, para poder entender y analizar de mejor manera los
repertorios de acción empleados. Esta estrategia también obedece a que, dada la
forma específica de combate que empleaban los comandos, les resultaba más
eficiente la división del territorio por zonas de acción para que sus acciones fuesen
más eficientes y eficaces.
La discontinuidad de las acciones guerrilleras se debió, principalmente, a su
carácter esporádico, según el lugar donde estuviese el enemigo o se presentara algún
acto contra la población. A ello se sumó el desarrollo de la guerra de movimientos
empleada por los diferentes comandos del Llano, que permitió que éstos pudiesen
movilizarse a lo largo de la región, para lo cual también se valieron de los
conocimientos que tenían sobre el territorio. El que contaran con servicios de
comunicación y de información entre los comandos, como parte de sus repertorios de
acción, les garantizaba que, al tener un conocimiento rápido de lo que ocurría en
143 Comparar Franco. Las Guerrillas de Llano. pp. 10-76-169.48
cualquier lugar, pudiesen marchar al lugar preciso, así como saber qué comandos
debían actuar, cuándo se necesitaba de la colaboración de otros y cuándo llevar a
cabo las incursiones armadas.
La discontinuidad también aparece en la medida que, si bien las acciones
contaban con cierto grado de coordinación y coerción, algunas de ellas recurrían a la
improvisación como el caso del ataque del Loco Beltrán, quien tras empezar un
combate con el Ejército, sin previo aviso o preparación, gracias a las tácticas
desarrolladas por las guerrillas, tuvo resultados favorables. De esta manera, la
improvisación jugó un papel determinante puesto que les abría un mayor campo de
acción al garantizarles a los comandos la sorpresividad de sus acciones y la dificultad
para el enemigo de establecer un patrón del accionar guerrillero.
La continuidad radicaba en los elementos comunes que poseían los
repertorios utilizados por las guerrillas, como los ya mencionados servicios de
comunicación, su accionar en territorios determinados como respuesta a las acciones
en su contra y de la población, la especialización al usar armas y minas, su guerra de
movimientos y sus acciones contra chulavitas, policías y Ejército.
Así las continuidades, discontinuidades y hasta las combinaciones propias
de los repertorios de acción colectiva violenta empleados por los comandos y entre
ellos el “Riqueiro Perdomo”, muestran cómo éstos los ejecutaron con miras a
alcanzar procesos de democratización en los cuales el Llano y en especial su pueblo
pudiese gozar de una mejor situación a la que se encontraban antes y durante el
periodo de La Violencia. Esto para Tilly se constituye en uno de los tres elementos en
los cuales la democratización busca lograr un avance: el de la protección de la
población frente a las actuaciones arbitrarias del gobierno y sus agentes; que como
vimos en el caso de los Llanos durante la época de La Violencia fue el Estado a través
de sus Fuerzas Armadas e instituciones quien atentó contra la vida misma de los
llaneros y los guerrilleros.
El avance en los procesos de democratización se presentó en la evolución de
los procesos de organización y reglamentación como contienda política, ya que, a
través de los resultados dados por dichos procesos, se buscaba poner en 49
funcionamiento un aparato que se constituyera en una alternativa al Estado
colombiano, capaz de responder de mejor manera a las necesidad y a la realidad
llanera, que había sido “olvidada” por el Estado durante mucho tiempo. La idoneidad
del aparato alterno al Estado radicaba en que las disposiciones que la originaban,
respondían de mejor manera a la realidad del Llano, incluso reflejando a su
sociedad,144 pues buscaba protegerle frente a un Estado que atentaba contra la vida de
los llaneros y sus disposiciones no se ajustaban a su realidad.
Los avances del proceso de democratización también se presentaron por los
usos de la violencia colectiva como contienda política, puesto que ésta se constituyó
en el canal a través del cual se realizaron las reclamaciones y reivindicaciones de los
llaneros frente al Estado para que éste buscase salidas a la situación que allí se
presentaba, y que conllevaron a los procesos de paz del gobierno de Rojas Pinilla
donde se plantearon promesas para los combatientes y el pueblo que luego no fueron
cumplidas. Así la reivindicación en la que más se logró avanzar fue en cierta medida,
la protección contra las arbitrariedades del Estado; pero sin lograr mayor avance en
las otras reivindicaciones propias de los llaneros sobre una disminución entre las
grandes distancias y diferencias existentes en su sociedad, como resultado por
ejemplo del incumplimiento del gobierno frente a temas como el del problema
agrario.
Cuando pensamos qué tanto se avanzó en los procesos de democratización,
podemos decir que no fue un gran avance, pues si bien se logró contraponérsele al
Estado colombiano, su éxito estaba condicionado a la permanencia en la lucha y en sí
a la del movimiento guerrillero. Una vez se dan los procesos de paz se ve como lo
que habían alcanzado no logró mantenerse, e incluso nunca vieron cumplirse las
promesas hechas por el gobierno, promesas como la mejoría de la cuestión agraria, el
respeto de la vida (por los asesinatos de excombatientes), entre otras que quedaron sin
ser cumplidas. Aún más si se piensa con detenimiento se aprecia que los repertorios
de los comandos si bien lograron reclamar por su vida y la del pueblo, estas acciones
no les permitieron acceder a la posibilidad de ser parte de los procesos de
144 Comparar Barbosa. Guadalupe y sus centauros. Memorias de la insurrección llanera. p. 189.50
concertación y a la consulta vinculante del pueblo respecto de los recursos y políticas
del gobierno ya que, al actuar contra el Estado, quedaron de cierta manera
marginados de la vida política, pues al dárseles calificativos como los de bandoleros y
pillos se les excluye como actores políticos, quedando incluso al margen de la ley.
De tal manera, si bien se logra un avance en los procesos de
democratización, a partir del uso de repertorios de acción colectiva violenta, éstos
mismos fueron los que limitaron la amplia consecución de las demandas o
reivindicaciones de los llaneros y de las guerrillas, como los que se intentaron
negociar y cumplir con el proceso de paz al que se acogieron.BIBLIOGRAFÍA
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RECONOCIMIENTOS

“El caso de Guadalupe Salcedo y las guerrillas del llano entre 1949-1957 como una
respuesta a la violencia bipartidista colombiana”
Estudio de Caso
Presentado como requisito para optar al título de
Politóloga
En la Facultad de Ciencia Política y Gobierno
Universidad Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario
Presentado por:
Blanca Elizabeth Álvarez Pinilla
Dirigido por:
Lorenzo Acosta Valencia
Semestre I, 2013A mis padres Héctor Álvarez y Blanca Pinilla,
Mis hermanas Alejandra y Paola,
Y mi sobrino Emmanuel
Por ser mi fuerza y mi compañía.AGRADECIMIENTOS
Agradezco a la Universidad del Rosario por brindarme la oportunidad de ver el mundo de
una manera diferente y por los espacios de generación de conocimiento que me permitieron
alcanzar una meta más en mi vida; a los profesores por sus exigencias que me llevaron a
buscar cada día la excelencia y mi desarrollo como profesional.
A mi familia, que durante todo mi proceso académico depositaron su confianza en mí,
dando todo por ayudarme en la consecución de un sueño, por su paciencia y amor infinito.
Finalmente, un especial agradecimiento a mi director de trabajo de grado, Lorenzo Acosta,
pues sin su apoyo, entendimiento, paciencia infinita y orientación esto no sería posible.
FUENTE: WWW.CEDEMA.ORG

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