Indira Carpio (especial para ARGENPRESS.info)
Tal vez deba empezar por lo primero ¿hay chavismo de derecha? Si, así como también hay de izquierda, todavía. Hay gente que vota por Chávez, se dice chavista, y -aun peor- se dice de izquierda, pero es estructuralmente escuálida y están en nuestros medios de comunicación ¿La razón fundamental de por qué son de derecha?.
Creen, aceptan y trabajan para agudizar la brecha que separa las clases sociales, se apropia de los medios de producción pero no los socializa o los comparte sólo con los amigos para lograr el guiso, persigue a los sindicatos o todo lo que se le parezca, no garantiza la destrucción del Estado a través del empoderamiento del pueblo, sino que desde el poder, incluso, logra vencer verdaderas revoluciones, generando más dudas que certezas sobre el proceso y obteniendo a cambio una charretera de condecoraciones por altos funcionarios.
Son esas personas que deliran de “amor” por las misiones, pero pagan educación privada a sus hijos, que sueñan con que seamos limpios y organizaditos como los gringos. Esa que nos llaman ultrosos, radicales y marxistas por ser críticos sin abandonar la lucha. Esa clase de gente existe y está trabajando con nosotros ¿Por una misma causa?
Al mismo tiempo que el imperio ataca, las divisiones internas dentro del proceso bolivariano lo empiezan a resquebrajar. La convocatoria a la autocrítica hecha por parte del presidente no fue respetada, todo lo contrario, el que se atreviera/atreva saldría masacrado.
Paralelamente a la noticia sobre las sanciones legales de Estados Unidos contra Petróleos de Venezuela y una posible declaración de Venezuela como Estado terrorista por sus relaciones con Irán, el martes 24 de mayo, 5 periodistas de La Radio del Sur -LRDS- fueron despedidos de sus puestos de combate .
¿Los motivos? El supuesto relanzamiento de la emisora y su fusión con Telesur, proyecto del cual fueron echados anteriormente por problemas personales 4 de los 5 compañeros despedidos por el entonces presidente de la televisora y actual ministro de comunicación e información de Venezuela, Andrés Izarra ¿Casualidad?
Recientemente el sitio web Aporrea.org publicó una entrevista a William Izarra, uno de los ideólogos de la Revolución Bolivariana y padre de Andrés Izarra, quien decía que la tolda roja “sigue siendo una estructura reformista, cuarta republicana, coercitiva, asimétrica, que impone, que anula; no te permite que tú desarrolles tu pensamiento; te liquida desde el punto de vista de la creación política” ¿Será que discute sobre el uso del “socialismo como eslogan” con su hijo?
Con los despidos, por lo menos 3 de los programas más combativos en las hondas hertzianas caribeñas, “van fuera del aire” como estaría encantado de decir el escuálido Enrique Mendoza: “La Brújula del Sur”, conducido por Ernesto J. Navarro, “La vuelta al Sur”, por Marcos Salgado, Jefe de prensa y “En órbita”, por Hernán Cano, director de producción.
Le acompañan en la lista de despidos, Áaron Corredor, Jefe de Programación y Freddy Muñoz Altamiranda, coordinador del noticiario. Por solidaridad con los expulsados, el periodista Carlos Echeverri, asistente de musicalización renunció al medio.
Algunas personas inocentes sobre los antecedentes del problema, acuñan los despidos, primero de la presidenta Cristina González el 9 de mayo y luego de los 5 trabajadores de LRDS, a la cobertura imparcial que dedicaron a la deportación a Colombia del periodista sueco Joaquín Pérez Becerra, director de la Agencia de Noticias Nueva Colombia.
Sin embargo, si esto fuera del todo cierto, entonces ¿por qué no despidieron al resto de los periodistas de LRDS quienes también dieron espacio al caso Pérez Becerra? ¿Por qué salen de la radio las mismas personas que en otrora fueron perseguidas y ordenaron despedir de cuanto espacio gubernamental estuviesen, luego de reclamar participación laboral en las decisiones estratégicas en Telesur?
El caso Pérez Becerra fue la gota que derramó el vaso si, pero la riña y la retaliación contra estas personas es evidente y de vieja data.
Está claro que la fusión de Telesur y La Radio del Sur reforzará la marca de esta última; no obstante la línea editorial de LRDS hasta el momento daba voz a los movimientos campesinos, obreros, feministas, LGBTI, a los colectivos menos visibilizados; en cambio Telesur se convirtió en la versión latinoamericanizada de CNN en español -esto último, sin restarle importancia estratégica a este proyecto- Pero, ¿es esto una ventaja para la radio? No. Todo lo contrario, la absorción de la radio simplemente acalla una ventana que surge y compite con la multiestatal audiovisual.
La recién nombrada presidenta de LRDS y exdiputada Desirée Santos Amaral, en sus tiempos mozos luchó por las reivindicaciones laborales de los comunicadores y ahora viola sus derechos laborales. La nueva vicepresidenta es antigua compañera de labores de los expulsados y autonombrada “enemiga” de buena parte de las trabajadoras y los trabajadores de esa radio, Nieves Valdés.
Ambas llamaron uno a uno a los periodistas y les dieron nomás que una carta en la que se justificaba el motivo de despido: “reorganización y relanzamiento” de LRDS. Pero, ¿la inamovilidad laboral dónde la dejan?
No sólo eso, el terrorismo patronal y el acoso a los extranjeros, que vinieron a aportar su trabajo por la “Revolución”, se cimentaron en comentarios y mensajes xenofóbicos a través de la redes sociales, que revivieron antiguas amenazas de “deportación” a su país de origen, por parte de Nieves Valdéz.
La conducta de éstas “revolucionarias” da pena ajena. Mi madre diría “están como viejas pa' la gracia”. Pero, actualmente en Venezuela obtiene un cargo político quien más duro meza la hamaca.
Otra cuestión que preocupa es el tema de la libertad de tratar temas con alto índice de incomodidad para el ejecutivo. La autocensura es una práctica muy de moda en el Sistema Nacional de Medios Públicos en Venezuela. Muchas y muchos periodistas manifiestan su solidaridad con los periodistas expulsados, pero en privado. A los más arriesgados, aquellos que se atreven a gritarlo, les persiguen y piden que se les corten la cabeza. A los más ligados con el ministerio, simplemente se les llaman y amenazan con despedirlos.
A lo que algunos llaman la práctica del “periodismo institucional” si la información no favorece, entonces o no hablan o si hablan se les censura, se les bota y se les persigue.
Está visto que hay chavistas de derecha y son nada menos que el enemigo íntimo, la quinta columna, la vergüenza y, peligro: algunos están amordazando/dirigiendo nuestros medios.
Para mayor información: http://colectivodetrabajadoreslrds.blogspot.com/2011/05/comunicado-del-colectivo-de.html
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